STEVE CARELL
Un cuerpo sano significa una mente sana. Aumentas tu ritmo cardíaco y haces que la sangre fluya a través de tu cuerpo hacia tu cerebro. Mira a Albert Einstein. Montaba en bicicleta. Steve Carell
¿Ser listo es lo mismo que ser inteligente? 6 diferencias claves
POR: VALERIA SABATER
Seguro que te has dado cuenta de que la gente usa de forma arbitraria los términos «ser listo» y «ser inteligente», sin embargo, no significan lo mismo. En el siguiente texto te describimos sus diferencias.
No es lo mismo ser listo que ser inteligente. Se parecen y, en ocasiones, hasta se confunden. Sin embargo, la primera dimensión tiene más que ver con la astucia y esa perspicacia que permite resolver los desafíos cotidianos. Ahora bien, tu inteligencia es un constructo innato que se mide mediante test psicométricos y que define tu capacidad para afrontar problemas más profundos.
Cabe señalar, eso sí, que ambas esferas cognitivas son igual de valiosas. De hecho, una persona lista puede llegar tan o más lejos como alguien con un CI muy alto.
Lo interesante, además, es que siempre puedes potenciar al máximo ese ingenio que no parte de lo biológico y que contribuye a aprender nuevas habilidades para conquistar tus sueños y propósitos. A continuación, te detallamos las principales diferencias entre un plano y otro.
«Los intelectuales resuelven problemas, los genios los previenen».
6 razones de por qué no es lo mismo ser listo que ser inteligente
Hay un aspecto del que quizás te has dado cuenta. Vivimos en una sociedad que valora en exceso los test de inteligencia, hasta el punto de dar por sentado que la valía de alguien se mide por este factor. En realidad, la eficiencia, la competencia y el talento de una persona se muestran de maneras no siempre cuantificables.
Así, un primer matiz que te interesará saber sobre este tema es que la persona lista es aquella que aplica de modo eficiente su inteligencia. Dicho detalle es decisivo, porque muchas veces tener un CI de 130 puntos, por ejemplo, no es sinónimo de éxito.
A menudo, las altas competencias intelectuales cursan con fracaso académico e infelicidad. En los siguientes puntos profundizamos un poco más en esta información.
1. Origen y desarrollo
La inteligencia tiene un componente genético. Esto mismo es lo que refieren un estudio publicado en la revista Nature, en el cual, puntualizan que este factor es hereditario y puede predecir resultados educativos y ocupacionales. Es más, se estima que esa heredabilidad está entre el 20 % y el 50 %.
Ahora bien, hay un punto interesante. La inteligencia, como destacó el psicólogo británico Raymond Cattell, se manifiesta de dos maneras: de forma fluida y cristalizada. La primera tiene que ver con esa base genética y neurofisiológica ya señalada, pero la segunda, es la que te permite seguir desarrollándote gracias a la formación y la curiosidad.
Ser listo, por tanto, se relaciona con la «inteligencia cristalizada» y facilita adquirir nuevas habilidades durante toda tu vida. De hecho, ahora, tal y como nos indican desde un trabajo en Journal of Intelligence, este factor es medible con un nuevo instrumento llamado «la prueba C».
2. Aplicaciones de cada una
Si no es lo mismo ser listo que ser inteligente, ¿cómo se aplican cada una de estas esferas cognitivas? ¿De qué manera benefician? Para responder a dichas preguntas, es necesario comprender un detalle. La inteligencia tiene más que ver con tus conocimientos y ser listo con tus habilidades. Lo describimos mejor con los siguientes ejemplos.
¿Qué te permite hacer la inteligencia?
- Definir la facilidad con la que adquieres conocimientos complejos.
- Está motivada por la curiosidad y por profundizar en conceptos abstractos.
- Abordar problemas muy complicados y resolverlos de manera lógica y creativa.
- Se relaciona con la capacidad para tener infinitos conocimientos de múltiples disciplinas.
- Dedicar mucho tiempo a la reflexión. Esto puede hacer que te cueste más resolver problemas, porque atiendes los desafíos desde muchos ángulos y perspectivas.
Ser listo y lo que te permite hacer
- Reaccionar de forma original a las situaciones nuevas.
- Es una habilidad para resolver problemas de forma rápida.
- Se relaciona más con encontrar soluciones prácticas a problemas cotidianos.
- Facilita aprender habilidades y estrategias en lugar de memorizar conceptos.
- Reaccionar de manera inmediata a los desafíos, aunque dispongas de poca información.
- Usar de manera muy eficiente tu inteligencia, a pesar de que no presentes un elevado CI.
3. Perspectivas mentales
En un trabajo divulgado en la revista Dialogues in Clinical Neuroscience resaltan que la inteligencia es esa competencia que posibilita razonar, resolver problemas y aprender. Además, integra procesos tan decisivos como la memoria, la percepción, la atención, la planificación y el lenguaje.
Y hay un detalle más. Ser inteligente ofrece una visión amplia de la realidad para pensar a largo plazo. Hay una proyección hacia el futuro, sitúas la mirada en ese horizonte lejano con el objeto de anticipar eventos o problemas ante los que actuar.
Ahora bien, ser listo hace que te focalices más en el presente inmediato para tomar decisiones rápidas.
Las personas con altas capacidades intelectuales no siempre alcanzan el éxito profesional y personal. Es común que evidencien mayores angustias existenciales y una tendencia más elevada hacia la preocupación excesiva. Por su parte, los perfiles «listos» son más resolutivos y eficaces a la hora de sacar partido de su inteligencia.
4. ¿Se puede ser listo, pero no inteligente? ¿Y a la inversa?
La persona lista es, por encima de todo, aquella que usa de manera eficiente su inteligencia. No importa que esta última se ubique en los percentiles medios o altos; siempre pondrá en práctica las habilidades más útiles. En todo caso, es importante destacar, una vez más, que el ingenio o la perspicacia se vinculan con la inteligencia cristalizada antes descrita.
Es decir, alguien con un cociente intelectual menor a 85, no desarrollará habilidades tan ingeniosas como otra con un CI de 100. Por otro lado, el hombre o la mujer con una elevada inteligencia sí puede demostrar, en ocasiones, respuestas a los problemas poco eficientes.
Factores de personalidad como el neuroticismo, una baja inteligencia emocional o la tendencia al sobreanálisis o pensamiento excesivo, quizás genere en ellos serios bloqueos. Algo que no suele ocurrir si eres muy listo, sagaz y habilidoso.
5. Creatividad vs. eficiencia
Todos nosotros llegamos al mundo con un gran potencial creativo. Tal y como matizan en un artículo de Intelligence, las personas más inteligentes suelen demostrar una creatividad de alto nivel. En otras palabras, son capaces de aportar ideas, conceptos y propuestas más complejas e innovadoras.
En cambio, la virtud de la persona lista está en su eficiencia para abordar los problemas con rapidez y no tanto en ofrecer propuestas muy originales.
6. El problema de la alta inteligencia
Ser muy inteligente no siempre es sinónimo de éxito ni de felicidad. A veces, las escuelas no detectan al niño con elevadas competencias intelectuales y esto puede abocarlo a la desmotivación y el fracaso escolar. Es más, disponemos de trabajos que relacionan el CI elevado con la predisposición a ciertos trastornos psicológicos.
La soledad, la sensación de desconexión del entorno, el pensamiento excesivo o las crisis existenciales, son factores que, en algunos casos, pueden acompañar a este sector de la población. Aún así, las personas listas son más hábiles en su regulación emocional y proactivas a la hora de buscar soluciones a lo que les angustia.
La importancia de la educación y los entornos estimulantes
Llegados a este punto es posible que te preguntes si es mejor ser listo o inteligente. Ambas dimensiones son igual de relevantes. Con ellas, consigues adaptarte mejor a cualquier circunstancia y resolver con éxito los desafíos. Para conseguirlo, es decisivo estimular la mente y aplicar siempre un enfoque curioso.
Un trabajo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Texas acota la importancia de la educación para desarrollar al máximo la inteligencia. Cada cual tiene un potencial único que puede alcanzar sus mayores niveles durante la época escolar y académica. Después, los entornos y personas estimulantes facilitarán que aprendas nuevas habilidades.
Por último, ten en cuenta un detalle: la inteligencia emocional es la mejor aliada para impulsar al máximo y de manera efectiva tus competencias cognitivas. Si comprendes y regulas de forma eficaz tus emociones, darás lo mejor de ti en toda circunstancia.
FUENTE: https://lamenteesmaravillosa.com/listo-es-lo-mismo-ser-inteligente/
¿Cómo usar el círculo de influencia y preocupación a tu favor?
POR: VALERIA SABATER
Una parte de tus preocupaciones tienen su origen en esas dimensiones que escapan de tu control. ¿Te gustaría saber cómo manejar de forma efectiva esta realidad psicológica? Te lo describimos a continuación.
«¿Qué ocurrirá con mi trabajo dentro de un año? ¿Por qué mi pareja se toma las cosas de esta manera? ¿Qué pasará si los mercados cambian y este producto no tiene éxito?». Si reflexionas un momento en las cosas que te quitan el sueño, descubrirás que muchas escapan de tu control. Esto mismo es lo que nos dice la teoría del círculo de influencia y preocupación.
Esta propuesta la formuló el reconocido experto en liderazgo Stephen Covey, en su best seller titulado Los 7 hábitos para la gente altamente efectiva (2011). Consiste en un valioso enfoque que te permite focalizar tu energía y recursos en aquello que sí puedes cambiar y que está bajo tu influencia.
Solo así avanzarás con mayor éxito en el complejo viaje de la vida. A continuación, te detallamos cómo puedes aplicar dicha estrategia.
Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos.
~ Víktor Frankl (El hombre en busca de sentido) ~
¿En qué consiste el círculo de influencia y preocupación?
El círculo de influencia y preocupación tiene como finalidad permitirte visualizar dónde debes concentrar tus esfuerzos emocionales, cognitivos y conductuales. Para comprender mejor este modelo, visualiza dos esferas. La primera, la de influencia, que incluye todo aquello que sí está bajo tu control. La segunda, simboliza lo que escapa por completo a tu dominio.
Piensa que, en un mundo cada vez más complejo como el nuestro, cualquier desafío y problema te puede inmovilizar. Lo procesas de manera tan abrumadora que no sabes qué recursos aplicar ni cómo reaccionar.
Para ello, el modelo que ahora te presentamos, diseñado por Stephen Covey e inspirado en las teorías de la filosofía estoica, te será de gran ayuda. A continuación, te describimos qué representan las dimensiones que lo componen.
El círculo de preocupación, lo que no puedes dominar
Esta primera área se sitúa en un espacio muy distanciado de ti. Aunque te gustaría, no lo puedes alcanzar porque se encuentra fuera de tus dominios. De esta manera, el círculo de la preocupación simboliza todos esos asuntos personales y globales sobre los que casi nunca tendrás un control directo. Y, en efecto, algo así te suscita una gran frustración y estrés.
El hecho de que sientas dicho malestar al ver que, por mucho que te esfuerces, siempre hay realidades que se te escapan, es algo normal. En una investigación publicada en Frontiers in Neuroscience se plantea que el control percibido es esencial para tu salud mental y alcanzar logros. Si no experimentas esta percepción, tu cerebro reacciona a menudo de manera adversa.
Por ello, te será de gran ayuda comprender qué áreas son las que no están dentro de tu influencia:
- Los eventos del pasado: lo sucedido ayer es inmutable, nadie puede alterarlo. Es una realidad que debes aceptar para no caer un laberinto de pensamientos inútiles e irracionales.
- Las circunstancias externas: así es, todo lo que se sucede a tu alrededor, como son los eventos sociales, políticos y económicos, son dimensiones que no puedes prever ni controlar.
- El paso del tiempo: ¿a quién no le encantaría poder detener en un momento dado el transcurso de los años para que ciertas cosas no cambiarán? Como bien sabes, esto resulta imposible.
- Acciones de las personas: en efecto, aunque a veces puedas tener cierta influencia en los demás, no siempre podrás controlar sus reacciones, decisiones y sentimientos. Mucho menos su forma de ser.
- Aspectos biológicos: en ocasiones, a pesar de llevar una vida demasiado saludable, cualquiera puede enfermar. Tu biología y genética son aspectos que, de momento, resultan difíciles de manipular o alterar a tu favor.
El círculo de influencia, lo que sí está bajo tu control
La teoría del círculo de influencia y preocupación sitúa el enfoque en esa área sobre la que sí puedes tomar medidas significativas y marcar una diferencia positiva. Hablamos de esa región que te queda más cerca y que, en ocasiones, descuidas o no valoras lo suficiente. Porque, aunque no lo creas, tienes más capacidad de control de lo que piensas.
En este sentido, si eres capaz de focalizarte en todo aquello que sí puedes manejar a tu favor, tu salud mental lo notará. Un ejemplo de ello es lo que resaltan en Journal of Experimental Psychopathology al señalar que cuando una persona toma conciencia de que puede dominar un peligro o amenaza, regula mucho mejor su ansiedad.
A continuación, te describimos esas esferas que siempre estarán bajo tu control y en las cuales te pues enfocar:
- Tienes control sobre tus decisiones.
- Eres libre para marcarte tus metas y objetivos.
- Puedes cuidarte mejor y priorizarte cuando lo necesites.
- Puedes elegir a quién deseas tener en tu vida y a quién no.
- Tienes la capacidad de administrar tu tiempo de manera efectiva.
- Puedes controlar tu comunicación y aquello que dices en cada momento.
- Cuentas con la libertad de elegir las acciones y comportamientos que ejecutas.
- Eres libre de moldear tu actitud, la manera en que reaccionas ante lo que te sucede.
- Dispones del poder del aprendizaje y de integrar nuevas habilidades deafrontamiento.
El círculo de influencia y preocupación es una herramienta cognitiva bastante útil que te permitirá regular mejor tus reacciones emocionales y focalizarte en aquello que de verdad importa. Para ello, es importante que seas consciente de cómo procesas cada desafío y qué áreas son las que sí están bajo tu control.
Estrategias para ampliar el círculo de confianza y reducir la preocupación
La teoría del círculo de influencia y preocupación de Stephen Covey enfatiza una idea que te será de ayuda. «Para mejorar tu realidad debes trabajar en la única dimensión sobre la que sí tienes control: tú mismo». Si centras todos tus recursos, energías y voluntades de cambio en tu propio ser, traerás el bienestar a tu día a día.
Este modelo resulta eficaz para mejorar tanto tu ámbito más personal como en el profesional. Te animamos, por tanto, a que reflexiones y pongas en práctica las siguientes dimensiones.
Para desactivar la preocupación, toma decisiones
Seguro que, en más de una ocasión, te has visto atrapado en los ciclos de pensamiento rumiante y excesivo. Esta dinámica cognitiva tiene con frecuencia su origen en situar la mirada en aspectos que quedan fuera de tu control. Por ende, una estrategia que te será útil en esta situación es aplicar, en primer lugar, la técnica de la parada de pensamiento.
Este recurso cognitivo-conductual te invita a dejar de pensar para reducir la angustia. Luego, ya con más calma, debes identificar esas preocupaciones que te hacen sufrir y darles solución. Tomar decisiones racionales y reflexivas es el modo más útil de romper el círculo de la preocupación.
Recuerda aquello que puedes controlar y lo que escapa de tu dominio
En tu cotidianidad te enfrentarás a múltiples situaciones sobre las cuales no tienes control. Tenerlo claro será un excelente punto de partida para tomar mejores decisiones. Aquello que, por ejemplo, elijan hacer en ocasiones tus familiares o compañeros de trabajo serán acciones que podrás hablar con ellos, pero que no siempre lograrás orientar a tu favor.
De este modo, tener bastante claro en tu mente las dimensiones que están en tu área de influencia será la mejor estrategia para transformar tu realidad. Pocas experiencias son más gratificantes que sentir que tienes el control sobre tus propias acciones.
Al respecto, un trabajo divulgado en Frontiers in Psychology ha podido determinar, mediante la aplicación de una escala que mide esta dimensión, que las experiencias de control percibido sí mejoran el desempeño de las personas. Por tanto, no dudes en trabajar este constructo.
Maneja el temor a la incertidumbre
Tu realidad está dominada por parcelas inciertas y poco claras que deberás aceptar. Nadie tiene una bola de cristal para anticipar todo lo que va a suceder. Entiende que la vida es una sutil combinación de eventos que puedes escribir en tu agenda y otros que nunca podrás prever. Asumir esa contradicción es un ejercicio de bienestar y de madurez.
Potencia la confianza en ti mismo
Para tener un mayor dominio en el círculo de influencia, te ayudará potenciar tu desarrollo personal. En consecuencia, una de las áreas que debes mejorar al máximo, en primer lugar, es tu autoconfianza. Si sientes seguridad en tus recursos, habilidades y competencias, desarrollarás conductas más proactivas para manejar los desafíos.
Un estudio publicado en la revista Journal of Business Venturing Insights señala que esta característica predice el éxito empresarial y emprendedor. Se trata de un enfoque que siempre situará la atención en ti mismo para afrontar de forma efectiva lo que escapa de tu dominio.
Decide dónde focalizar tus esfuerzos y vivirás mejor
Hay una lección que aprendes cuando lees el libro Los 7 hábitos para la gente altamente efectiva de Stephen Covey: todos los días hay que decidir dónde focalizas tus energías y recursos. Habrá realidades que no requieran de tu inversión emocional, cognitiva y conductual. Por ejemplo, invertir energías en una relación donde no hay amor.
Aceptar lo que ya no está en tu escenario de influencia es una tarea en la que debes trabajar para dar forma a una vida más satisfactoria y también feliz. Pon en práctica estos consejos y crea la realidad que mereces