5 grades retos del comienzo de la adolescencia. Por: BERNARDO PEÑA
Hablemos de 5 grandes retos del inicio de la adolescencia que debes considerar para transitar esta etapa de forma exitosa. Cambios en el cuerpo y en el ánimo, la independencia, la pareja, el sexo, la identidad, entre otros.
La adolescencia es una etapa difícil en la que se producen importantes cambios físicos, pero también psicológicos y sociales. Es un periodo en el cual la persona transita el camino de niño a adulto y es allí cuando aparecen grandes retos.
Muchos padres se sienten impotentes ante los cambios bruscos que experimentan sus hijos. Pasan de ser muy habladores a estar callados, de contárselo todo a no decir nada, y a tener un humor impredecible… En suma, la comunicación y la forma de interactuar cambian y esto hay que aprender a gestionarlo poco a poco.
Cómo puedes hacerle frente a los retos de la adolescencia
Todos los problemas que puedan ocasionar estos cambios que experimentan los adolescentes no solo afectan a sus padres, sino también a ellos mismos. Los jóvenes se encuentran perdidos, sin saber muy bien qué es lo que les ocurre. Ni ellos mismos entienden sus vaivenes emocionales.
Por eso, proponemos aquí identificar 5 grandes retos de la adolescencia y cómo abordarlos de la mejor manera.
1. La búsqueda de la propia identidad
Cambios constantes, pruebas de diferentes estilos. Lo que estás buscando es tu propia identidad. Esto puede hacer que la familia no entienda cómo se puede pasar de un extremo al otro, o de una manera de ser a otra, con tanta facilidad.
Solo estás intentando ubicarte, saber quién eres para empezar a construir tu personalidad y autoestima. Cuáles son tus valores, y cómo quieres expresarte a través de tu ropa o de tu peinado.
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2. La necesidad de independencia
Todos deseamos ser independientes, que no nos digan lo que tenemos que hacer, ser libres. Pero, no todo es tan fácil, ni va tan rápido. La independencia significa también hacer frente a los gastos de la vida cotidiana. Y en la actualidad encontrar un trabajo no es sencillo.
No obstante, esto no significa que no haya que perseverar en el intento. Todos tenemos que volar del nido tarde o temprano.
3. La apariencia
Este es uno de los grandes retos de la adolescencia y, quizás, uno de los más difíciles. Es un periodo en el que te centrarás mucho en cómo te ves físicamente, si cumples con los cánones de belleza, si los demás te aceptan.
Sin embargo, esto llevado al extremo puede convertirse en problemas de anorexia y bulimia, por lo que no hay que perder la perspectiva.
Aunque intentamos encajar y nos preocupamos por si el cuerpo desarrollará ciertas parte o no, obsesionarnos no será algo positivo. Siempre habrá personas que se desarrollen antes que otras, que sean más delgadas o que tenga una cintura más estrecha, por ejemplo. Aceptar el cuerpo tal y como es será todo un reto.
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4. El interés por el sexo
El interés por el sexo ronda a los adolescentes. Hacen bromas y su actitud denota cierta inmadurez en el aspecto de la sexualidad.
Las charlas que puedan dar en los institutos sobre salud sexual son necesarias, pero también las que puedan brindar sobre educación sexual. Entre varios temas se debe hablar de métodos de prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS) o de embarazos no deseados.
También es importante tratar los temas referidos al deseo, el respeto, el amor y los aspectos para construir relaciones sanas.
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5. La inclinación a la hora de elegir pareja
Debido a lo anterior, los adolescentes querrán experimentar el hecho de tener una pareja, y es aquí cuando sería importante tener una buena educación sexual de base.
Las diferentes modalidades de relación existentes, las relaciones sanas y las violentas, la identidad de género, las relaciones heterosexuales y las homosexuales, todo está por descubrir. Y es necesario que se hable en la casa y en la escuela.
La familia tendrá una gran importancia en todos estos retos de la adolescencia. Transmitir buenos valores, fomentar la comunicación (con paciencia y respeto para todas las partes) y hablar de todos los temas que puedan evitar malestar, sufrimiento y dolor en esta etapa tan difícil será algo más que necesario para atravesarla de una forma saludable.
Si eres padre y te cuesta gestionar la comunicación en casa con tu hijo adolescente, recuerda que es válido que solicites ayuda profesional.
RECUPERADO DE: https://mejorconsalud.as.com/los-5-grandes-retos-de-la-adolescencia-que-forman-la-personalidad/
¿Cómo enseñarle a un hijo adolescente a tomar buenas decisiones? Por: Eleba Sanz
Los adolescentes tienen todo el tiempo por delante, pero a la hora de tomar decisiones se pueden sentir apremiados. Enseñarles a decidir es ayudarlos a controlar la ansiedad y a evaluar con calma los pro y contras.
Enseñarle a un hijo adolescente a tomar buenas decisiones es una tarea que requiere paciencia y tacto. Desde su perspectiva, la vida parece más compleja. Y aunque la experiencia de los padres esté a su completa disposición, él se sentirá tentado a desafiar los consejos de la autoridad.
Además, en su habitación puede estar dos veces encerrado; con respecto a su familia, pero también ensimismado en sus pensamientos. Ayudarlo a salir y a romper el silencio, evaluar juntos escenarios y alternativas, hacer que sienta que no está solo, es fundamental.
¿Por qué la adolescencia es una etapa tan determinante en la vida?
La adolescencia es una etapa en la que todo cambia drásticamente. Se transforman el cuerpo, las relaciones y los sentimientos. Los adolescentes replantean su personalidad y su ser social explorando el mundo más allá del medio familiar, buscando afirmación y sentido de la vida.
En esta etapa se toman decisiones trascendentales y por su idea o concepción del tiempo es probable que no se advierta su peso. Se llega a elegir el desarrollo profesional, la carrera deportiva, continuar o no con un instrumento musical o una expresión artística, como el teatro o la danza.
En estos casos, el cuerpo adolescente que crece y se desarrolla establece una relación rotunda y exigente entre la actividad musical o deportiva y el cuerpo que la ejecuta. Acompañar y estimular al adolescente en este momento es crucial para su futuro.
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Decisiones más importantes que se deben tomar en la adolescencia
Es propio de los adolescentes la impulsividad, lo que torna un poco temerario el hecho de tomar una decisión. Por eso, a la hora de enseñar a un hijo adolescente a decidir es estratégico brindarle nociones sobre manejo consciente del tiempo, de la planificación y del establecimiento de hojas de ruta.
En el desarrollo profesional
Son muchos los casos de personas que encuentran su espacio de desarrollo personal en plena madurez. No obstante, en la adolescencia y con un seguimiento apropiado, la dirección que tome el adolescente acaso resulte decisiva.
Desde niño seguro presentó inclinaciones y será en la adolescencia cuando amerite fomento, especialización, control experto, práctica y ejercicio profesional. La música, el atletismo y la gimnasia, por solo mencionar tres talentos, exigen del adolescente una dedicación especial y de los padres un apoyo categórico.
En el círculo o la elección de los amigos
Es sabido que los amigos son de una importancia capital para los adolescentes. Son espejos, vitrinas, cómplices y confidentes. Los padres no penetran la intimidad de las conversaciones que se tejen en esos círculos en los que se define la personalidad.
De ahí la importancia de generar espacios de encuentro y familiaridad para conocer y explorar con confianza y cercanía a los amigos de los hijos. Es lo que puede aportar elementos para ayudar a configurar o influir en el complejo campo de dichas relaciones, a veces tóxicas o enfermizas.
En definitiva, son estos amigos con quienes pasan mucho tiempo, los que en momentos cruciales pueden brindar información valiosa o soporte emocional.
En el noviazgo y las experiencias sexuales
Comunicación y cercanía son complementarios para acompañar la toma de decisiones de los hijos adolescentes en el campo de la experiencia sexual o el enamoramiento. Entre su círculo de amigos se encontrarán las pautas para estos encuentros y desencuentros tan comunes e influyentes en la educación sentimental.
Por otro lado, sin comunicación aumentan los riesgos de enfermedades de transmisión sexual o embarazo precoz. Es la personalidad la que se está modelando y la sociedad del espectáculo ofrece iconos y valores en los que predomina la vida fácil y desaprensiva.
En la construcción de la autoestima
Los amigos lo ayudan a tener una imagen de sí con la que se acepta si lo aceptan. Se trata de una relación dialéctica que se debe atender para que no se desvíe o tome caminos indeseables, que incluso lleguen a afectar seriamente su salud. La bulimia o la anorexia tienen un componente social en la moda y los estereotipos.
En familia se han de cuidar los hábitos alimenticios y lo que en general se consume, sea material o inmaterial. Las cosas están cargadas de los signos de la época, lo que se refleja en la ropa, los colores de las paredes, la música y otros gustos. En tal sentido, la familia es un todo y cada miembro debe sentirse parte.
Consejos para enseñarle a un hijo adolescente a tomar decisiones
Es común que los problemas en la adolescencia se vean muchas veces más grandes de lo que son y que se perciban como definitivos. Como si no hubiera salida y el horizonte se cerrara.
Para enseñarle a un hijo adolescente a tomar buenas decisiones es importante que te eleves y le muestres que la vida sigue apenas un poco más allá. Ayúdalo a empinarse.
Aumentar la comunicación
Para enseñarle a un hijo adolescente a tomar buenas decisiones, la comunicación en el seno familiar es irreemplazable. Hay que cultivarla en todo momento y los niños deben crecer bajo su ambiente e influjo benefactor. Ello es importante para que comunicar sea un hábito familiar.
La comunicación no está llena solo de palabras, sino de silencios comprensivos. Los padres deben abonar la intuición y la confianza.
El hijo adolescente necesita a los padres como una presencia sutil y envolvente en la que pueden llegar a sostenerse de ser necesario. Necesita respirar y hacerlo a sus anchas.
Dejarlo avanzar
Aconsejarlo, pero no apremiarlo. El adolescente precisa andar y errar. De todos modos, no estén tan seguros los padres de que saben todo lo mejor o lo que más le conviene. En los tiempos actuales los adolescentes están en contacto con realidades que los mayores no sospechaban a su edad.
Resulta un poco paradójico que sea el hijo quien vaya adquiriendo poco a poco las competencias para hacer frente a este mundo acelerado. Avanzan y de alguna manera van con él abriendo nuevos senderos. Estar dispuestos a aprender es una clave que ha de ser compartida.
No interponer la experiencia de los mayores
Basta ver la cantidad de oficios que hoy se ofrecen en el teletrabajo para advertir que hace solo una década atrás nada de eso existía. Las universidades mismas deben replantear su papel en la sociedad y los adolescentes participan de alguna manera en ese rediseño.
De modo que la experiencia paterna es importante, pero más recomendable es ponerla en diálogo y en interacción con los datos de la realidad. Hace poco, el pasado determinaba el correr de los días. Hoy el peso se encuentra en los cambios y las corrientes tecnológicas de un futuro que se actualiza a diario.
El hijo adolescente está conectado a esas corrientes y navega a una velocidad distinta a la de los padres. Pero no importa qué tan rápido vaya si siempre que mire atrás encuentra sus manos, abrazos u hombros.
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Comprensión y cercanía para enseñarle a un hijo adolescente a tomar buenas decisiones
El hijo adolescente necesita sentir confianza y su natural impulsividad lo llevará en ciertas coyunturas a elegir. Desde la distancia y según el conocimiento que los padres hayan adquirido de las relaciones humanas, creerán que lo mejor según el caso sea esto o aquello. Probablemente los lastime no coincidir, pero con toda seguridad habrá aprendizaje mutuo.
De cualquier manera, los padres no han de perderlo de vista, sino mantenerse a su lado, atentos a su llamado, siempre amorosamente vigilantes. Si falla o yerra, estar ahí para ayudarlo a levantarse, recomponerse y seguir adelante. La vida apenas comienza.
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¿Sabes cómo funciona la comunicación perversa?. Por: MARÍA VÉLEZ
¿Has conocido a alguien que todo el tiempo intentaba ridiculizar o infravalorar lo que decías? ¿Suspiraba al escucharte hablar o te ignoraba claramente? Pues bien, estabas ante un comunicador perverso. ¡Sigue leyendo para saber más!
Para desestabilizar a una persona no hace falta crear un conflicto directo o ejercer la violencia física. El uso de ironías, burlas o insinuaciones forman parte de un tipo de comunicación entre iguales en la que un individuo sale perjudicado. Hablamos de la comunicación perversa y puede darse en la pareja, en las relaciones de amistad y en el ámbito laboral.
La comunicación perversa hace referencia a una tortura psicológica hacia un semejante, la cual no hace ruido, pero desestabiliza y confunde a aquel a quien va dirigida. Todo ello puede empezar con una simple falta de respeto sin que, por supuesto, se produzca ningún sentimiento de culpapor parte de quien la emite.
Para ejercer este tipo de comunicación basta con que un individuo se burle de los gustos personales de su compañero, de sus logros o expectativas, tanto en privado como en público. También es común que le prive de la oportunidad de expresarse o hacer insinuaciones sobre el otro sin llegar a esclarecerlas.
Otras veces es tan sencillo como dejar de dirigirle la palabra, a pesar de los constantes intentos de comprobación que hace la “víctima” por conocer si verdaderamente su compañero le está ignorando sin razón aparente. Estas acciones normalmente van a acompañadas de comunicación no verbal a través de miradas altaneras o suspiros desmesurados.
“Una palabra a tiempo puede matar o humillar sin que uno se manche las manos”
-Pierre Desproges-
La ironía y la burla: dos formas de comunicación perversa
La ironía y la burla son dos armas que manejan estos individuos y que van a determinar su círculo de relaciones. A priori, esta actitud puede dar la impresión de un individuo fuerte ya que, de cara a la galería, le coloca en la posición “del que supuestamente sabe”.
La persistencia de esta actitud desemboca en la creencia colectiva de que esa persona “es así”. En el fondo lo que consigue es crear climas desagradables y atmósferas poco recomendables en todas aquellas áreas o facetas de su vida a las que extiende su actitud. Una actitud que al mismo tiempo que contribuye a que nunca pueda crear espacios de comunicación completamente sinceros e íntimos.
De ese modo, el interlocutor termina por consentir los sarcasmos, la indiferencia y los desprecios de su pareja, amigo o compañero de trabajo, como si fueran el precio que hay que pagar por mantener una relación con ese compañero atractivo, pero sumamente complicado.
Los sarcasmos y los leves desprecios se usan como pequeñas pinceladas que incomodan y molestan al otro, y que con frecuencia se dan en presencia de otras personas. Además, suelen contar con el refuerzo de un cómplice que forma parte del grupo. De esta manera, la agresión es tan insidiosa que el receptor llega a dudar si la cosa va en serio o es una broma que debería aceptar.
El círculo vicioso de estas relaciones
Estas acciones son tan cotidianas que parecen lo más normal del mundo. Empiezan con una simple falta de respeto, pero desemboca en ataques continuos que tendrán consecuencias importantes para la salud psicológica del que los sufre.
Se trata de algo tan sibilino y que forma parte de la vida diaria, que las víctimas acaban optando por asumirlo y aceptarlo: terminan encumbrando a esas personas con la clara certeza de que es mejor estar con ellos que contra ellos. Esto desemboca en una auténtica distorsión de la relación entre ambas partes.
Marie-France Irigoyen nos habla de este tipo de violencia, esa que se instala de manera muy sigilosa y muy gradual, y que la persona que la sufre no reacciona para contraatacar, sino que manifiesta la actitud que más alimenta las agresiones encubiertas del otro: una excesiva amabilidad. Creen que si consiguen agradar un poco más, en algún momento su compañero difícil se volverá cortés.
No olvidemos que si en algún momento el perjudicado decide rebelarse y sacar un poco los pies del tiesto, el comunicador perverso se encargará de frenarle, anulando toda capacidad de pensamiento crítico y haciéndole perder la noción de su identidad.
¿Quién es la víctima?
Aquellas personas que sienten cierta inseguridad de sí mismas son susceptibles de ser captadas por aquellos que manipulan. Este tipo de personas anteponen las opiniones de los demás a las suyas, pues creen que siempre van a saber más sobre cualquier tema. No obstante, todo parece apuntar a que la persona verdaderamente insegura es aquella que recurre a la manipulación para sentirse más fuerte.
Este tipo de personas, y de relaciones, remarca la importancia de educardesde edades tempranas en el respeto hacia los demás. Debemos comprender que cada individuo es único e irrepetible y que no debe ser una figura de amenaza para sus iguales, así como que cada persona es igual de valiosa. Así que sal pisando fuerte allá donde vayas, pues tu físico, tus opiniones, tus aspiraciones y tus metas son dignos de ser apreciados.
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