El fascinante experimento sobre la comunicación cerebro a cerebro. POR SERGIO De Dios GONZALEZ
Esta no es la reseña de una película de ciencia ficción, sino la referencia a un fascinante experimento sobre la comunicación cerebro a cerebro. Se trata de un nuevo campo de investigación que ya ha arrojado resultados prometedores y del cual seguramente oiremos hablar mucho en el futuro.
El experimento sobre la comunicación cerebro a cerebro fue dirigido por el doctor Andrea Stocco, profesor asistente de psicología en el Instituto de Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Washington, en Seattle.
Lo que el equipo de investigación hizo fue, nada más ni nada menos, que conectar cerebros a distancia y lograr que se transmitieran los pensamientos entre sí. Para ello emplearon las señales eléctricas del sistema nervioso y utilizaron la Internet como medio de transmisión. ¿Cómo lo lograron? Enseguida lo veremos.
“La literatura de cienciaficción es la crónica más fiel de nuestros tiempos y a veces también una guía premonitoria del futuro”.
-René Rebetez-
El experimento sobre la comunicación cerebro a cerebro
El experimento sobre la comunicación cerebro a cerebro se basa en el concepto de “interfaz intercerebral”. En términos generales, consiste en digitalizar la actividad nerviosa eléctrica de los pensamientos de una persona. Se parte de la base de que la actividad cerebral puede ser detectada en términos de señales eléctricas.
Lo que sucede enseguida es que esas señales eléctricas se trasmiten vía Internet hasta el cerebro de otra persona que está en un lugar distante. La hipótesis señalaba que ese otro podría decodificar esas señales y captar el pensamiento de quien lo había emitido, como si se lo estuviera diciendo.
El experimento sobre la comunicación cerebro a cerebro comprobó con éxito la premisa. En efecto, se produjo la transmisión a distancia de pensamientos simples. El director del experimento dijo que “La capacidad de comunicar fácil y directamente unos conceptos e imágenes muy complejos de un cerebro a otro es algo que está muy lejos en el futuro”. Sin embargo, ya se abrió la puerta para lograrlo.
La interfaz cerebral
La palabra “interfaz” hace referencia a un dispositivo que recibe señales generadas por un aparato y luego las traduce para que sea comprensibles por otro. Cuando se habla de interfaz cerebral a lo que se alude es a la capacidad de emplear el cerebro como uno de estos dispositivos.
Lo que buscaba el experimento sobre la comunicación cerebro a cerebro era algo así como que dos personas “hablaran” a distancia y sin pronunciar una palabra. Se trataba entonces de enviar y recibir “mensajes neurales”, codificados a través de señales eléctricas.
Las señales eléctricas se recogen mediante una tecnología que sea capaz de leer las ondas cerebrales. En este caso, se emplearon electroencefalogramas. La información capturada en forma de señales se transmitió a otra persona a través de Internet.
Los detalles del experimento
Para llevar a cabo el experimento se contó con la participación de 10 voluntarios; la mitad de ellos eran hombres y la otra mitad, mujeres. Las edades de estas personas estaban comprendidas entre los 19 y los 39 años y todos gozaban de buena salud.
Lo que se hizo fue formar parejas de forma aleatoria y luego ubicar a cada par en dos localizaciones diferentes, separadas por una milla. Después conectaron a cada participante a una máquina de encefalograma. Ninguno de los voluntarios podía ver o escuchar a los demás.
El miembro “A” de cada pareja debía pensar en un objeto, que perteneciera a una categoría específica. Por ejemplo, si se le proponía la categoría “animales”, tenía que pensar en un objeto de ese grupo, como perro, gato, ganso, etc. El participante “B”, por su parte, debía enviar preguntas por Internet para trata de averiguar de qué objeto se trataba.
Quien había pensado en el objeto, es decir el voluntario “A”, tenía que contestar a las preguntas que le formulaban con un “sí” o un “no”, pero sin pronunciar palabra. El aparato, entonces, enviaba la señal afirmativa o negativa al cerebro del voluntario “B”. Los “sí” originaban un parpadeo de luz y los “no” no lo hacían.
Los resultados
En total se hicieron 20 rondas de transmisión de cerebro a cerebro. El resultado fue que en el 70 % de las rondas hubo aciertos y que los receptores lograban identificar el objeto pensado por el participante “emisor”.
Así mismo, en el 93 % de las preguntas, el receptor fue capaz de identificar correctamente si el emisor había contestado “sí” o “no”. El experimento apunta a que en un futuro sea posible emitir y recibir mensajes, de cerebro a cerebro, incluso sin necesidad de usar Internet. Los científicos piensan que se ha abierto una puerta que cambiará nuestra forma de comunicarnos.
RECUPERADO DE: https://lamenteesmaravillosa.com/el-fascinante-experimento-sobre-la-comunicacion-cerebro-a-cerebro/
Respuesta sexual femenina y masculina: ¿en qué se diferencian? POR: LORETO MARTIN
El sexo es ese gran desconocido al que, a veces, tememos. Un temor que con frecuencia se traduce en ansiedad anticipatoria. En muchos casos, una medida para prevenirla o disminuir su intensidad es la información. Así, en este artículo explicamos las fases por las que tanto hombres como mujeres pasan en un encuentro sexual, y con ello desarticulamos ciertos mitos que el pudor y la vergüenza han podido reforzar.
El modelo de respuesta sexual humana se desarrolla a partir de los estudios de William Masters y Virginia Johnson (1996). Ellos fueron los precursores del estudio de la respuesta sexual femenina y masculina, y tras 12 años de investigaciones, lograron determinar que:
- La respuesta sexual es un proceso que consta de un principio y un fin claro.
- La respuesta sexual sigue el mismo esquema tanto en hombres como mujeres, pasando por las mismas fases.
Asimismo, estudiaron cómo, aunque ambas respuestas sexuales pasan por cuatro fases, se encuentran diferencias en la reacción fisiológica de los genitales.
En este artículo presentamos esas cuatro fases de las que Masters y Johnson hablaron a la hora de definir un encuentro sexual, así como la respuesta sexual masculina y femenina en cada una de esas etapas.
Las fases de la respuesta sexual
Las cuatro etapas de las que hablaron Masters y Johnson son:
- Excitación.
- Meseta.
- Orgasmo.
- Resolución.
Otras autoras, como H. Kaplan (1979), eminencia en el ámbito de las disfunciones sexuales, hablaban de la existencia de una fase previa a la de excitación, llamada fase de deseo.
Finalmente, nos encontramos con investigadores que suprimen la fase de meseta planteada por Masters y Johnsons y pasan directamente de la fase de excitación a la de orgasmo.
A continuación describiremos cada fase y explicaremos las diferencias existentes entre la respuesta sexual femenina y masculina.
Fase de excitación: el cuerpo manda señales
En los hombres, la fase de excitación comienza cuando el cerebro manda una “orden” a través de la médula espinal a los genitales. En esta fase, el pene del hombre se llena de sangre y se endurece, los testículos suben y el escroto se vuelve más grueso.
De igual manera, en el caso de las mujeres, los signos de excitación pueden aparecer entre 10 y 30 segundos después del procesamiento de los estímulos sexuales. Este tiempo, al igual que ocurre con los hombres, puede cambiar en función del estado de ánimo, de la fatiga…
Cuando la mujer entra en la fase de excitación, comienza a experimentar lubricación vaginal. No es lo único que le ocurre a la vagina, ya que tambiénaumenta de tamaño y de longitud.
Otra característica de la excitación femenina es que los pechos se hinchan y los pezones se endurecen y pueden llegar a cambiar de color —más oscuros—.
Fase de meseta: preparándonos para el encuentro
La segunda fase se refiere a la fase de meseta, defendida por Masters y Johnson. Si se continúa con la estimulación, se pasa de una fase a otra.
En el caso de los hombres, el pene se hincha aún más, los testículos se vuelven más grandes y el glande cambia su color a un tono más azulado. En la fase de meseta, se cierra también el esfínter interno de la vejiga del hombre, puesto que así se evita que con la eyaculación llegue a su vez la micción.
Los hombres cuentan con glándulas bulboretrales —más conocidas como glándulas de Cowper— que se encargan de segregar un fluido a la uretra. Este líquido es el líquido pre-eyaculatorio o preseminal. Se encarga, entre otras cosas, de limpiar la uretra de restos de orina y de la lubricación uretral. Este líquido preseminal ya contiene espermatozoides —de eyaculaciones anteriores—.
En la mujer, se puede observar la fase de meseta en la acentuación de los rasgos previamente descritos en la fase de excitación.
- El clítoris se esconde bajo el prepucio que lo protege, el útero se desplaza hacia arriba y continúa la lubricación vaginal. Los labios menores de la vagina se engrosan, y la mujer puede comenzar a sentir ciertos espasmos en zonas como los genitales, el vientre, las piernas…
En ambos casos, aumenta la tensión muscular, la tasa cardíaca y la presión arterial.
Fase de orgasmo: la guinda del placer
Si la actividad sexual prosigue, en la respuesta sexual femenina y masculina se pasa de la fase de meseta a la fase de orgasmo.
En los hombres, los espermatozoides inician su recorrido desde los testículos, por las vesículas seminales, donde se unen con el líquido seminal producido por estas mismas vesículas. Los espermatozoides continúan hacia la próstata, donde se vuelven a unir, esta vez con el líquido prostático. El paquete eyaculatorio está listo para salir por la uretra.
En este momento, suele producirse una sensación de pérdida de control de los músculos. Estos se contraen para que se produzca la eyaculación y el semen se expulse a través del pene. Continuando con la estimulación, el semen acabará disparándose hacia el exterior con contracciones —entre 5 y 8 aproximadamente— a un ritmo de 0,8 segundos por contracción.
En la fase orgásmica de la mujer también encontramos cómo protagonistas a las contracciones. Se producen contracciones en el útero y en la vagina, aunque para que fisiológicamente se produzca un orgasmo son necesarias las contracciones del músculo pubocoxígeo —entre el coxis y el pubis—.
Las contracciones se inician también a un ritmo de 0,8 segundos y luego van decreciendo. El cerebro “manda órdenes” al músculo pubocoxígeo, en este caso la orden del orgasmo.
Fase de resolución: la vuelta a la normalidad
Una vez alcanzado el clímax, la respuesta sexual femenina y masculina todavía no ha acabado. En la fase de resolución, el pene del hombre vuelve a la normalidad, pierde su erección. Los testículos y el escroto también recuperan su tamaño original. En esta fase tiene lugar el período de refracción, que se refiere a la imposibilidad de tener un orgasmo en determinado tiempo, por haber tenido uno hace muy poco. La duración del período de refracción varía en función de diferentes variables, como la edad de la persona o su estado de salud.
En el caso de las mujeres, la fase de resolución se caracteriza por la vuelta a la posición de reposo del útero, así como la vuelta a la normalidad del tamaño de la vagina. No obstante, y aunque ambas respuestas sexuales son diferentes, es aquí donde podemos observar la distinción más notable: las mujeres no tienen período refractario, y pueden volver a tener un orgasmo —es aquí donde se especifica la capacidad multiorgásmica de la mujer—.
El desconocimiento y la desinformación suelen encontrarse en la base de muchas disfunciones sexuales. La sexualidad es y ha sido un tema tabú sobre el que, generalmente, no se nos enseña nada.
Por ello, entender que nuestra respuesta sexual y la de nuestra pareja se puede dividir en fases y conocer qué es lo que ocurre en cada una puede darnos pistas sobre aquello que sentimos o siente el otro. Conocer qué es el líquido preseminal o saber de la necesidad de contracción del músculo pubocoxígeo puede dar claridad a algo que muchas veces anticipamos con ansiedad o miedo al fracaso: el sexo.
¿Qué tan rápida es la velocidad del pensamiento? POR: Maria Fernanda Alonso
Contrario a lo que podríamos pensar, cuanto más emocional es una opinión, menos cambia con el tiempo. O al menos esto es lo que se encontró en una serie de estudios cuya conclusión principal es que las actitudes basadas en la emoción son, en realidad, más estables (Rocklage & Luttrell, 2021). Lo llamativo de esto es que cualquiera podría pensar lo contrario si se tiene en cuenta que los estados emocionales pueden ser pasajeros y cambiantes.
Qué metodología usaron los estudios
Primer estudio
Se pidió a los participantes que pensaran en tres obsequios que habían recibido recientemente, antes de seleccionar su actitud hacia el obsequio de una lista de adjetivos, algunos abiertamente negativos, otros abiertamente positivos y otros neutrales, como “asombroso”, “aburrido”, “aterrador” o “valioso”. Los participantes enumeraron obsequios que van desde cepillos de dientes eléctricos hasta figuritas de Star Wars.
Un mes después, se pidió a los participantes que pensaran en los mismos regalos y nuevamente seleccionaran adjetivos que representaran sus sentimientos hacia ellos. Después de la segunda parte del estudio, los adjetivos elegidos por los participantes se codificaron como positivos o negativos para valencia (atracción o aversión), extremidad y emocionalidad (aunque pueden parecer similares, la emocionalidad se relaciona con cuánto una actitud se basa en la emoción, mientras que la extremidad mide el grado en que una actitud es positiva o negativa; “sobresaliente”, por ejemplo, tiene una alta emocionalidad pero una extremidad baja).
Qué encontró este estudio
Los participantes que eligieron adjetivos más extremos, ya fueran positivos o negativos, tenían menos probabilidades de ver un cambio en la valencia de los adjetivos utilizados para describir sus regalos en el segundo momento. Del mismo modo, cuanto más se basaba una actitud en la emoción, menos cambiaba también.
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Segundo estudio
Esta investigación analizó las actitudes hacia las marcas, y también encontró que las actitudes basadas en las emociones cambiaban menos con el tiempo.
Tercer estudio
En esta oportunidad, las actitudes fueron analizadas en un entorno más naturalista: reseñas de productos publicadas online. El equipo obtuvo todas las reseñas de todos los restaurantes de Chicago durante un período de doce años, y se enfocaron sólo en los comentaristas que habían publicado más de una reseña del mismo establecimiento. Luego, el equipo analizó tanto la valencia emocional de las reseñas y midió las diferencias en el número de estrellas que los críticos dieron a los restaurantes en cada momento.
Hallazgos del tercer estudio
Como en estudios anteriores, la emocionalidad positiva predijo consistentemente menos cambios de actitud a lo largo del tiempo, aunque la emocionalidad negativa no lo hizo. La extremidad positiva también predijo menos cambios de actitud, mientras que la extremidad negativa predijo más cambios de actitud.
Estudio final
En esta parte de la investigación, los autores analizaron si la exposición a mensajes diseñados para evocar grandes emociones aumentaba realmente la probabilidad de que las personas desarrollen actitudes fijas. Para hacer esto, el equipo asignó a los participantes a dos condiciones. En una, vieron un mensaje sobre un animal acuático ficticio llamado “lemphur” diseñado para provocar una gran emoción al leer sobre un conmovedor encuentro submarino entre la criatura y un buzo. En la condición de baja emoción, los participantes leyeron un mensaje basado en hechos sobre el lemphur similar a una entrada de enciclopedia.
Después de leer el texto, los sujetos indicaron su actitud hacia el animal, seleccionando de la misma lista de adjetivos utilizados en el primer estudio. En estudios de seguimiento durante los días siguientes, los participantes seleccionaron adjetivos nuevamente.
Qué encontraron
Como era de esperar, las personas en la condición de alta emoción eran más propensas a indicar una respuesta más emocional y también tuvieron una respuesta más extrema al animal que aquellos en la condición de baja emoción. Los sujetos en la condición de alta emoción también mostraron menos cambios en su actitud hacia la criatura con el tiempo.
En general, las respuestas emocionales se relacionaron con actitudes más fijas.
Utilidad de los hallazgos
Los autores llaman la atención sobre el efecto particularmente fuerte de la emocionalidad positiva, y sostienen que puede ser útil para la creación de mensajes de salud pública u otros intentos de cambio de actitud. Consideran, finalmente, que inducir emociones positivas, en lugar de emociones negativas como la vergüenza, puede ser más beneficioso. Queda por ver si las emociones positivas tienen un efecto similar en el comportamiento real, en lugar de solo las actitudes hacia las cosas o situaciones.
Referencia bibliográfica: Rocklage, M. D., & Luttrell, A. (2021). Attitudes Based on Feelings: Fixed or Fleeting? Psychological Science, 32(3), 364-380. https://doi.org/10.1177/0956797620965532
Fuente: Research Digest
RECUPERADO DE: https://www.psyciencia.com/velocidad-pensamiento/