La culpa, una emoción aprendida desde niños. POR CRISTINA TABERNERO

La culpa es una emoción muy poderosa. Y muy dañina. Señala también que somos responsables de nuestros actos. En ese sentido podemos tomar conciencia de lo que ha pasado y cómo hemos actuado. Si nos juzgamos, nos señalamos como culpables y nos quedamos anclados en esa emoción, sin actuar, puede llegar a arrastrarnos hasta lo más profundo de pozo, donde nos espera el malestar emocional y físico.

Proponemos una reflexión sobre lo que te hace sentir culpable. Comienza por comprender qué es sentirte culpable. Para nosotros, sería más saludable analizar de qué te sientes responsable. Porque si comienzas con la connotación negativa que introduce el sentimiento de culpabilidad, probablemente aparecerán también otras emociones poco saludables en principio, como la rabia. A partir de ahí, determina lo que depende de ti y lo que es responsabilidad de los demás.

Cómo surge la culpa

La culpa surge cuando haces algo que sabes que no está bien. Una voz interior te lo remarca. Te sientes mal y ese estado emocional al que te precipitas va a depender de lo que hayamos aprendido, es decir, de la educación que hayamos tenido. Los sentimientos que acompañen a la culpa, como la vergüenza, también van a depender de lo que hayamos aprendido.

Las situaciones que pueden generar culpa son muchas: nos sentimos culpables por no ser buenos padres, buenos hijos, buenos amantes, buenos amigos… Nos torturamos por no haber cumplido las metas que nos fijamos, por engordar, por no llegar a todo… Nos sentimos culpables por lo que hacemos y por lo que no hacemos…Culpables por ser así o pensar esto, sentir aquello o desear lo otro…

¿Cómo vive una persona con culpa?

Las creencias que tenemos, la educación de nuestros padres y nuestros aprendizajes determinarán en cada situación cómo nos sentimos. Desde niños, el peso de la culpa se adquiere desde la familia y el colegio. Los padres contribuyen a este sentimiento de culpa a través de algo tan sencillo como hacer creer al hijo que es la causa de su malestar y sus emociones.

Culpa o responsabilidad

Lo importante es diferenciar entre culpa útil, separada de la culpa asfixiante, estéril y patológica, que tortura. Los sentimientos de culpa que nos permiten rectificar los errores o faltas que hayamos podido cometer resultan útiles.

Se entiende así la culpa como responsabilidad. Los otros sentimientos de culpa, suponen un lastre que agota nuestra energía y generan inútiles y profundos sentimientos de malestar. La culpabilidad patológica no tiene nada que ver con la culpabilidad sana o responsable, que sanciona una falta.

Al hilo de esto, Luis Rojas Marcos, prestigioso psiquiatra andaluz afincado en EEUU, habla de una actitud positiva y no sentirse culpable para mejorar en las enfermedades crónicas.

Niños educados en la culpa o en la responsabilidad

Culpabilizar a los niños para tratar de ejercer el control sobre ellos es una estrategia muy peligrosa. Un niño educado en la culpa desarrolla una sensibilidad particular hacia esa moción: será más fácil de manipular y también habrá una mayor probabilidad de que actúe como manipulador.

Cada vez que los padres atribuyen al hijo la causa de sus estados de ánimo, contribuyen a reforzar su sentimiento de omnipotencia al hacerle creer que él es el responsable de sus emociones. Cuando las emociones son desagradables, directamente el niño se siente culpable.

En cambio, los padres que ayudan a sus hijos a reflexionar sobre sus faltas de una manera constructiva y no acusatoria o condenatoria estarán ayudando a sus hijos a enfrentarse de otra manera a sus errores.

Después de un comportamiento, los niños pueden reflexionar sobre lo que han hecho y sus consecuencias. A la vez, pueden repararlas y no quedarse estancados en la culpabilidad. Recordemos que una vez que ha señalado el daño y motivado su reparación, este sentimiento debería marcharse.

¿Cómo se contribuye al sentimiento de culpa?

Es tan fácil contribuir al sentimiento de culpa en un niño como hacerle creer que es el causante del malestar emocional del adulto. Así los padres que atribuyen a los hijos la causa de sus estados de ánimo, les hacen sentir culpables de su enfado o tristeza.

Frases como Menos mal, tu hermana no nos ha salido como tú… Estoy muy triste por tu culpa… Con el dinero que nos cuesta el colegio, mira cómo lo aprovechas… Nos da vergüenza que te comportes así… El mensaje es totalmente equivocado: los niños tienen que comprender que cada uno es el responsable de gestionar sus emociones.

Es habitual que el sentimiento de culpa consciente o inconsciente no se gestione bien desde la infancia y pueda llegar a condicionar toda la vida de la persona, generándole aprensiones, miedos, autor-recriminaciones, inseguridades…

Niño llorando

Aprender a gestionar la culpa

La culpa nos hace angustiarnos, torturarnos y despreciarnos. El problema no radica en sentirla, sino en cómo manejar la culpa. Para mejorar su gestión te proponemos estos sencillos pasos:

1.- Examina si eres responsable de lo que ha pasado

La clave de la intervención en la culpa patológica consiste en delimitar tu parte de responsabilidad con la ajena. Para liberarnos de ella es necesario saber cómo afrontamos la responsabilidad. Bajo los efectos de los sentimientos de culpa asumimos responsabilidades que no nos corresponden.

2.- Reconoce la culpa

El psicoanalista Sigmund Freud decía que solo se puede vencer al enemigo en su presencia. Acoger el sentimiento de culpa supone asumir su presencia y ponerle palabras. Pensamiento y lenguaje entran en juego para reconocer las emociones.

3.- Expresa la culpa

Si reprimimos y ocultamos la culpa, nos encerraremos en la soledad y el silencio, y en la duda. Las palabras permiten romper ese aislamiento. Contarle a alguien lo que nos hace sentir culpables y cómo nos sentimos ayudará a aliviar el sentimiento.

Madre hablando con su hija adolescente

4.- Reconoce tus propias limitaciones

Disminuir nuestro nivel de exigencias y exceso de responsabilidades de asuntos o sufrimientos ajenos, ayuda a no sentirnos culpables por todo. Renunciar al control, aceptar la existencia de situaciones que se nos escapan, y saber que no podemos llegar a todo, es muy importante.

5.- Elimina los auto-reproches

Los auto-reproches sirven de muy poco. Por el contrario generan dolencias de todo tipo y estados de ansiedad que potencian círculos viciosos de pensamientos negativos. Unos ciclos que a su vez alimentan el sentimiento de culpa.

6.- Pide disculpas

Reflexiona sobre tu modo de actuar, y si sientes que has obrado mal o con desgana, no le des más vueltas. Busca alternativas para reparar el daño, y si no, pide disculpas a la persona afectada. Proporciona un gran alivio y sobre todo abre las ventanas a emociones más positivas.

-¡Pero no hay a quien juzgar! -exclamó el principito.

-Te juzgarás a ti mismo -le respondió el Rey-. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo, eres un verdadero sabio.

-Antoine de Saint-Exupery. El principito-

En resumen, saber qué es la culpa, cómo funciona y sus implicaciones, nos permiten gestionar con mayor efectividad este estado tan limitante del ser. Por tanto, sigue estas claves que te ofrecemos y libérate de la presión de la culpa, entendida como su forma patológica.

RECUPERADO DE: https://lamenteesmaravillosa.com/la-culpa-una-emocion-aprendida-desde-ninos/

Adiós a la teoría polivagal. POR SHING SHING TANG

¿Qué terapeuta no ama la teoría polivagal? Desde 2009, cuando el Dr. Stephen Porges compartió públicamente por primera vez su teoría de cómo el trauma afecta el sistema nervioso, ha sido ampliamente adoptada no solo por terapeutas de salud mental sino también por instructores de yoga, maestros de meditación y casi cualquier persona interesada en tratar el trauma. La teoría polivagal también ha sido alabada por gigantes en el campo del estrés traumático como Bessel Van Der Kolk, Pat Ogden y Peter Levine. Como psicóloga clínica, yo también creía que la teoría polivagal ofrecía implicaciones emocionantes para la curación a través del sistema nervioso.

¿Qué es la teoría polivagal?

La teoría polivagal se centra en el nervio vago, que se extiende desde el tronco del encéfalo hasta todos los órganos internos, incluidos el corazón, los pulmones y el estómago. El nervio vago tiene muchas funciones, una de las cuales es ser el conducto del sistema nervioso parasimpático, que es responsable de estimular las actividades de “descanso y digestión”, como disminuir la respiración y la frecuencia cardíaca, y aumentar la digestión. El nervio vago es esencial para calmar el sistema nervioso, especialmente después de experimentar un factor estresante.

Según Porges (1995), las tres premisas de la teoría polivagal son (como las parafraseo para mis compañeros no neurocientíficos):

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  1. La arritmia sinusal respiratoria (RSA), o cambios en la frecuencia cardíaca que típicamente se sincronizan con la respiración, y la bradicardia neurogénica, una caída repentina y extrema de la frecuencia cardíaca, están mediadas por diferentes ramas del nervio vago. El RSA está regulado por la rama ventral y la bradicardia neurogénica por la rama dorsal. Estas sucursales pueden operar independientemente unas de otras.
  2. Existe una jerarquía filogenética de las dos ramas principales del vago, la dorsal y la ventral. El vago dorsal es una reliquia vestigial del cerebro reptil y es responsable de la bradicardia neurogénica.
  3. La rama vagal ventral es una adaptación única de los mamíferos que permite a los mamíferos detectar novedades, interactuar activamente con el medioambiente y comunicarse socialmente. Lo hace retirando el tono vagal, que tiene el efecto de aumentar la frecuencia cardíaca. Apodado por Porges el “vago inteligente”, el vago ventral está ausente en otros vertebrados como peces, serpientes y pájaros.

En otras palabras, si el nervio vago fuera como el sistema de frenos de un automóvil, el vago ventral sería el pedal del freno, disminuyendo gradualmente la frecuencia cardíaca. Cuando una persona se encuentra con un factor estresante, la liberación del freno vago ventral permite un aumento de la frecuencia cardíaca y la posible activación de la respuesta de “lucha o huida” si es necesario.

Por otro lado, el vago dorsal sería el freno de emergencia y es el responsable de la “respuesta de congelación” que aparece como una caída repentina y extrema de la frecuencia cardíaca, disminución de la respiración e inmovilidad muscular.

Desmintiendo la teoría polivagal

Si bien la función general del nervio vago no está en disputa, un número creciente de científicos apunta a evidencia que refuta la teoría polivagal (para una discusión extensa, consulte la pregunta de Paul Grossman (2016) en ResearchGate). Según la investigación neurocientífica, es poco probable que alguna de las tres premisas sea cierta.

Con respecto a la premisa número 1, la investigación en neurociencia ha encontrado repetidamente que la rama dorsal del vago tiene poco efecto sobre la frecuencia cardíaca (Cheng et al., 2002; Cheng et al., 2004; Farmer et al., 2016; Geis & Wurster, 1980 ; Verberne, 2004). Grossman (2016) también ha argumentado que la evidencia que Porges ha presentado en apoyo de los efectos del vago dorsal en la bradicardia neurogénica es escasa y defectuosa.

Con respecto a las premisas número 2 y 3, muchos estudios han encontrado evidencia de que el vago ventral existe entre lagartijas y peces. Por lo tanto, no es una adaptación exclusivamente de mamíferos como afirma Porges (p. Ej., Barbas-Henry, 1984; Campbell et al., 2006; Grossman & Taylor, 2007; Monteiro et al., 2018; Taylor et al., 2010; Taylor et al., 2006; al., 2014).

Me siento un poco como el Grinch que se robó la navidad por decir esto, pero tenemos que dejar de enseñar la teoría polivagal a nuestros consultantes y estudiantes. A veces, una teoría no funciona a pesar de que suena genial; eso es ciencia.

¿Se puede salvar algo de la teoría polivagal?

Shin Shin Tang. Descripción de la imagen: Un dibujo en tinta negra de una lápida que dice “R.I.P. Teoría polivagal (1994-2021) con un corazón en la parte superior y algunas flores en la base.

A la luz de la evidencia, no lo creo. Sin embargo, hay muchos aspectos de la respuesta al trauma que aún son fenómenos reales, como la bradicardia neurogénica y la respuesta de congelación traumática. Simplemente no pueden ser explicados por la teoría polivagal. Es probable que también sea cierto que estamos preparados para la conexión, aunque de nuevo no de la forma que describe la teoría polivagal.

Finalmente, el nervio vago es asombroso por derecho propio; por ejemplo, el 80-90% de sus fibras nerviosas son aferentes, lo que significa que transportan información del cuerpo al cerebro y no al revés (Berthaud y Neuhuber, 2000). De esta manera, el vago juega un papel central en la transmisión de información a lo largo del eje intestino-cerebro (Breit et al., 2018; Enders, 2018).

Entiendo que la desacreditación de la teoría polivagal sea difícil de aceptar para los terapeutas nerds amantes de la neurociencia. Personalmente, lo encontré tan decepcionante que tuve que procesar mis emociones dibujando una lápida. Te animo a que profundices por ti mismo en las fuentes primarias que cito a continuación.

Referencias:

  • Berthoud, HR & Neuhuber, WL (December 2000). “Functional and chemical anatomy of the afferent vagal system”. Autonomic Neuroscience. 85 (1–3): 1–17. doi:10.1016/S1566–0702(00)00215–0. PMID 11189015. S2CID 30221339
  • Breit, S., Kupferberg, A., Rogler, G., & Hasler, G. (2018). Vagus nerve as modulator of the brain–gut axis in psychiatric and inflammatory disorders. Frontiers in psychiatry, 9, 44.
  • Cheng ZX, Guo SZ, Lipton AJ, and Gozal D. (2002). Domoic acid lesions in nucleus of the solitary tract: time-dependent recovery of hypoxic ventilatory response and peripheral afferent axonal plasticity. Journal of Neuroscience, 22: 3215–3226.
  • Cheng Z, Zhang H, Guo SZ, Wurster R, Gozal D. (2004). Differential control over postganglionic neurons in rat cardiac ganglia by NA and DmnX neurons: anatomical evidence. American Journal of Physiology-Regulatory, Integrative and Comparative Physiology, 286:R625–33
  • Enders, G. (2018). Gut: The Inside Story of Our Body’s Most Underrated Organ (Revised Edition). Greystone Books Ltd.
  • Farmer DG, Dutschmann M, Paton JF, Pickering AE, McAllen RM. (2016). Brainstem sources of cardiac vagal tone and respiratory sinus arrhythmia. J Physiology, 594(24):7249–7265. doi: 10.1113/JP273164.
  • Geis, G. S., & Wurster, R. D. (1980). Cardiac responses during stimulation of the dorsal motor nucleus and nucleus ambiguus in the cat. Circulation research, 46(5), 606–611.
  • Grossman, P., & Taylor, E. W. (2007). Toward understanding respiratory sinus arrhythmia: Relations to cardiac vagal tone, evolution and biobehavioral functions. Biological psychology, 74(2), 263–285.
  • Grossman, Paul. (2016). Re: After 20 years of “polyvagal” hypotheses, is there any direct evidence for the first 3 premises that form the foundation of the polyvagal conjectures?. Retrieved from: https://www.researchgate.net/post/After-20-years-of-polyvagal-hypotheses-is-there-any-direct-evidence-for-the-first-3-premises-that-form-the-foundation-of-the-polyvagal-conjectures
  • Monteiro, D. A., Taylor, E. W., Sartori, M. R., Cruz, A. L., Rantin, F. T., & Leite, C. (2018). Cardiorespiratory interactions previously identified as mammalian are present in the primitive lungfish. Science advances, 4(2), eaaq0800. https://doi.org/10.1126/sciadv.aaq0800
  • Porges, S. W. (1995). Orienting in a defensive world: Mammalian modifications of our evolutionary heritage. A polyvagal theory. Psychophysiology, 32(4), 301–318.
  • Verberne, A. J. (2004). Differential cardiac parasympathetic innervation — what is the functional significance? American Journal of Physiology-Regulatory, Integrative and Comparative Physiology, 287(2), R485-R486.

Artículo publicado en Medium y traducido y adaptado para su publicación en Psyciencia.

RECUPERADO DE: https://www.psyciencia.com/adios-a-la-teoria-polivagal/

El efecto de una buena elección de carrera en los jóvenes. POR: Adriana Serrano

El interés de realizar este artículo sobre la orientación vocacional para elegir una carrera me surgió al ver en mis consultas cómo algunos jóvenes que ya habían concluido alguna profesión desarrollaban problemas de ansiedad, miedo, inseguridad, y sentimientos de no poder lograr tener éxito laboral por darse cuenta que la profesión elegida no era la que les gusta o encaja con sus inquietudes.

En este sentido, es importante para los estudiantes más jóvenes sentir autorealización también a través de su elección de carrera, ya que se encuentran en una etapa formativa de su desarrollo personal.

Aquí haremos un repaso de varias ideas clave que pueden aprovechar quienes se encuentran en una situación en la que ya estén graduados en alguna profesión o vocación y hayan descubierto que no fue la elección que les apasiona, y a los jóvenes que están en el periodo de sus vidas escolares en la que es bueno ir tomando una decisión sobre la carrera que desean estudiar.

¿A partir de qué edad comienza la orientación vocacional?

Cuanto más temprana sea, mucho mejores serán sus efectos en la formación de adolescente. Pero, además, hay que tener claro que el proceso de descubrir una vocación no es algo que se realice tan solo individualmente, sino que es un fenómeno basado en interacciones sociales.

De ese modo, dentro del curso “Cómo desarrollar tu identidad profesional a través del autoconocimiento” que he impartido desde hace varios años, hubo grupos de estudiantes de primer año de secundaria y bachillerato que, al final del curso, pudieron notar cómo eran más capaces de descubrir y reafirmar talentos, intereses y motivaciones; expresaban con mayor claridad sus argumentos personales del por qué deseaban tal profesión.

Además, en los encuentros del taller con padres y estudiantes, se notaba un gran entusiasmo por compartir con la familia esa información. El hecho de hacer saber a los demás el tipo de vocación por el que se sentía mayor inclinación permitía desarrollar un gran sentido de logro.

Los estudiantes que participaron en este taller cuando cursaban primero o segundo año de secundaria mostraron satisfacción al ubicarse laboralmente en sus planes de futuro. Experimentaron mejor confianza y seguridad en sus talentos y retos presentados ante su primera experiencia laboral.

Las fases del proceso

¿Cuál es el proceso necesario como preparación del desarrollo personal en los adolescentes y jóvenes para la elección de carrera? Sus etapas son las siguientes.

1. Evaluación de Aptitudes, Intereses personales, Inteligencia, Personalidad

Estas características psicológicas forman parte de las variables más relevantes para elegir salidas profesionales que, por sus características, o frustren a la persona.

2. Conocer y analizar los resultados obtenidos en cada área

Esta tarea es realizada con el orientador, y el objetivo es identificar y reafirmar los talentos que la persona ya está manifestando en cada oportunidad que ha tenido dentro de su experiencia académica, social, familiar, recreativa, y deportiva.

3. Identificar sus áreas de oportunidad

Esto permite desarrollar otros talentos que serán necesarios para los intereses que ya descubrió.

4. Enfocar información de sí mismo para su autoconocimiento

Es decir, tener conciencia de sus experiencias que han permitido en él o ella un desarrollo mental, emocional y físico.

5. Identificar cómo es que ha desarrollado la motivación

En esta fase se explora el tema de por qué han surgido los intereses que tiene hacia algunas áreas, para ver con claridad cuáles son sus motivaciones que le inclinan a sentir el deseo de conocer o aprender algo nuevo.

6. Realizar acciones y reflexiones para desarrollar el sentido de logro

Esto permite generar sentimientos de seguridad, autoconfianza y auto-valoración positiva de sí mismo, para que pueda tomar opiniones de amigos, familiares, o padres que le ayuden a evaluar su decisión y esas ideas no generen duda o confusión.

7. Integración de información

Revisar las veces que sea necesario las áreas de interés para ir estructurando su decisión.

8. Asesorar a los padres o tutores legales

El objetivo aquí es orientar a padres para que puedan acompañar y contener a su hijo en este proceso.

El proceso de preparación y establecimiento de expectativas

Pasar por este proceso prepara al estudiante para ser más responsable de sí mismo, desarrollar autogestión ante sus metas e intereses, y fortalecer su autoestima y autoconocimiento. Son recursos importantes para su formación en su desarrollo personal.

A partir de aquí se le mostrarán las posibilidades reales que existen en el ámbito académico y profesional para que pueda tomar una decisión libre a partir de su exploración interior y autoconocimiento. Todo ello a la vez que se da asesoría a los padres para que colaboren y participen en el proceso de orientación estando debidamente informados en la realidad educativa para que confíen en la elección de sus hijos.

Para el desarrollo de los jóvenes en esta etapa se considera que un proceso adecuado para cada joven en elección de carrera podrá asegurar satisfacción con su decisión, permitiéndole alcanzar sentimientos de logro y autorrealización.

¿Qué ocurre cuando ya se ha iniciado una carrera?

Pero… ¿Qué pasa con los jóvenes que no pudieron pasar por este proceso y se encuentran en un momento de sus vidas crucial, al ver que no logran tener una vida productiva porque se equivocaron en su elección de carrera y desarrollan sentimientos de insatisfacción, desmotivación, preocupación, miedos, inseguridades, ansiedad y tristeza, sin poder encontrar un nuevo sentido a sus vidas?

En estos casos es recomendable que se acuda a psicoterapia para encontrar de nuevo un sentido a sus vidas. Esto pasa por:

  • Cambiar su comprensión ante miedos, ansiedades, inseguridades que impiden actuar y realizar algún deseo que llega a surgir en la persona.
  • Encontrar qué fue lo que le impidió descubrirse a sí mismo/a y poder elegir un futuro que ofrezca satisfacción personal y laboral para que logre reconstruir su presente.
  • Edificar las experiencias que han generado esa crisis emocional, para que haya un aprendizaje de lo que ya no es funcional y logre desarrollar su sentido de logro mediante nuevas oportunidades académicas o profesionales.
  • Desengancharse de sentimientos de frustración para gestionar su creatividad hacia nuevos intereses.
  • Desarrollar su autoestima.
  • Contar con referentes, historias de logro y redes de apoyo con personas que le nutran su sentido de logro.
  • Comenzar poco a poco a realizar actividades que le gusten mucho.

Con estas acciones, que se pueden llevar a cabo en sesiones con un experto o con autogestión, puede comenzar un cambio basado en descubrir que uno mismo lo tiene todo a su alcance para encontrar nuevas formas de desenvolverse en la vida.

Concluyendo

Podemos concluir con esto que no todos los jóvenes logran desarrollar un buen autoconocimiento, con un sentido de logro que alimente su autoestima y seguridad que les permitan tomar una decisión sin sentirse influenciados por deseos o intereses de sus padres que los aleja de su verdadero ser. Sin embargo, existen recursos para reconducir estas situaciones.

Adriana Serrano brinda servicios profesionales para el desarrollo personal a través de psicoterapia, asesorías y cursos en su centro de transformación creativa CETCRET situado en la Ciudad de México. Adicionalmente cuenta con Coaching Empresarial para diferente nivel ejecutivo, que facilita a sus clientes el logro de sus objetivos profesionales en balance con su vida personal. Algunas de sus áreas de especialidad en el desarrollo personal son trabajo emocional, crisis por separación/divorcio, orientación vocacional, situaciones de estrés y ansiedad, dificultades en relaciones interpersonales y adaptación social, conflictos laborales y familiares, problemas de aprendizajes desde preescolar hasta educación media superior, adaptación y asistencia emocional ante crisis.

RECUPERADO DE: https://psicologiaymente.com/desarrollo/efecto-buena-eleccion-carrera-jovenes