Un año de pandemia: diario de las consultas psicológicas online. Escrito por: Patricia Matey

Nada de lo que sucedió desde comienzos de marzo de 2020 en España, y en el resto del mundo, se había vivido por igual desde la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI. La pandemia por covid-19 ha causado una situación sanitaria y social con implicaciones desproporcionadas hasta ahora no vividas en Europa. 

El artículo de opinión ‘La psicología ante la pandemia de la covid-19 en España. La respuesta de la Organización Colegial‘, firmado por Fernando Chacón-Fuertesa, José Ramón Fernández-Hermida, Mª Paz García-Vera, de las Universidades Complutense y Oviedo de Madrid, recogido en ‘Clínica y Salud’, adelantaba en julio 2020: “Las pandemias tienen efectos psicológicos muy importantes sobre la población, derivados de la percepción de incertidumbre, confusión y sensación de urgencia que generan. Esos efectos en muchos casos son reacciones de adaptación, de diversa factura, a una nueva circunstancia estresante, mientras que en otros son debidos al agravamiento de una psicopatología previa. La acción estresante del contexto pandémico no afecta a toda la población por igual”. 

Estrés pandémico

E insisten: “Es previsible que el estrés pandémico afecte a los grupos más vulnerables de la población, a los que habrá que prestar especial atención. Las personas sin recursos económicos o sociales, discapacitadas, ancianos que viven solos o con escaso soporte social, niños o adultos que viven en hogares conflictivos y personas con psicopatología previa afrontarán peor las consecuencias y restricciones de la cuarentena y del confinamiento. A estos grupos hay que sumar, de forma destacada, la parte de la población a la que más de cerca toca la enfermedad. Nos referimos a las personas enfermas, sus familiares y el personal sanitario que les atiende en primera línea”

La telepsicología llegó para quedarse

Si bien la tecnología y la infraestructura para la telesalud ha estado disponible desde mediados de la década de 1990, la industria del cuidado de la salud nunca hubiera abrazado la telesalud por completo sin un evento que pusiera fin al statu quo como una pandemia. No cabe ninguna duda. 

Mapa de la tragedia

Desde el estallido de la pandemia, hace ahora un año, hemos tenido que adaptarnos a una situación anómala que ha puesto nuestra salud mental a prueba. Y para muestra un botón. Una de las fotografías captadas nos llega de la mano de TherapyChat, la primera plataforma online en España en adherirse ya en 2018 al Código de Buenas Prácticas del Colegio Oficial de Psicología de Madrid. Documentan que todos los psicólogos disponibles son colegiados y pasan a través de un estricto proceso de selección, lo que garantiza la calidad del servicio. 

Y son ellos los que han elaborado un trabajo que documenta las conclusiones de un estudio de 50.000 consultas. ¿El perfil del usuario? “La gran mayoría de nuestros usuarios están entre 24 y 45 años. En cuanto al género, el número de mujeres duplica al número de hombres que acceden a nuestra plataforma. La mayoría de los usuarios reside en España, pero tenemos también clientes en más de 30 países, desde EEUU a América Latina y Australia”. 

  • Prepandemia: la mayoría de las personas que solicitaban terapia en TherapyChat lo hacían por ansiedad. Hay que mencionar, por lo tanto, en primer lugar, que ya muchos de nosotros llegábamos a esta situación con el vaso de la ansiedad muy cargado.
  • Marzo-junio: al poco tiempo de llegar el confinamiento, se incrementaron las consultas relacionadas con problemas de pareja y aumentaron los problemas familiares en general. Era lógico como consecuencia de pasar más tiempo en casa y cerrar nuestro mundo exterior. Desapareció de un día para otro el oxígeno que cogemos de fuera, lo que dificultó la convivencia en muchos hogares y generó mucha acumulación de tensión. Se trata de un círculo vicioso, puesto que la pandemia afecta al estado de muchas personas, produciendo estrés, ansiedad y demás problemas emocionales que, a su vez, afectan a las relaciones más cercanas, las cuales cierran el círculo volviendo a afectar a nuestro estado de bienestar general. No obstante, la aparición de un enemigo común tan resistente produjo una unión y solidaridad en la sociedad que hizo aflorar un gran número de sentimientos positivos y actos altruistas: innumerables videotutoriales, clases gratuitas, acciones de donación y ayudas entre vecinos son solo algunos de los ejemplos.
  • Julio-septiembre: con la ‘nueva normalidad’, la ansiedad volvió a colocarse en cabeza y se convirtió en el mayor motivo de consulta. Además, se le sumaron cuestiones de autoestima y de crecimiento personal. ¿Por qué estos tres problemas? En primer lugar, porque una vez que salimos de la burbuja del confinamiento más duro, surgió la necesidad de adaptarse a vivir fuera de casa, pero con limitaciones añadidas, una gran incertidumbre por la situación y miedo a la enfermedad. Por otro lado, con el tiempo, se produjo una sensación de estancamiento, debido a las limitaciones impuestas. Esto ha provocado que no existan muchas novedades a nivel personal y que las interacciones con otras personas también sigan afectadas. Nos volvimos más vulnerables a bajadas de autoestima o a sentir la necesidad de salir de esta ‘cárcel’ psicológica para crecer.
  • Octubre: a medida que avanzó esta situación, también aumentaron los casos de depresión, consecuencia natural de la reducción de estímulos positivos en nuestra vida, por un tiempo tan prolongado. Adicionalmente, la ansiedad cronificada también ha podido generar bajo estado de ánimo, subiendo los casos de la anteriormente mencionada depresión.

¿Hacia dónde nos dirigimos?

Este año, “ha supuesto un freno en seco que nos ha obligado a ser conscientes de aspectos de nuestra vida que la prisa de nuestra rutina anterior no nos permitía ver. Aspectos como la valoración de la salud física y mental, la compañía y la cercanía de los seres queridos cobran hoy más importancia que nunca. Además, aunque se ha hablado mucho sobre la salud física, también se ha dado mucha importancia a los temas relacionados con la salud mental, desestigmatizando el apoyo psicológico. Eso ha permitido que más personas hayan dado el paso hacia la mejora de su bienestar mental beneficiándose de la ayuda de los especialistas en la materia”. 

El día después | ¿Serán los trastornos de salud mental la pandemia que llegará?Patricia Matey

Las afirmaciones son de Aída Rubio, coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat, que añade: “En primer lugar observamos un aumento significativo de los síntomas de ansiedad y la aparición de mayor número de conflictos de pareja y familiares. Esto fue consecuencia natural del impacto de la noticia, la llegada de las restricciones y el confinamiento total”. 

Y reitera: “Durante el propio confinamiento total, muchos de los que ya venían con problemas de antemano vieron incrementada la gravedad de sus síntomas. Sobre todo detectamos la aparición de más casos de elevada gravedad, ya que el confinamiento tuvo como consecuencia el cierre de los centros presenciales para salud mental grave, y estas personas se vieron con muchos menos recursos asistenciales, y un agravamiento de la sintomatología derivado también del aislamiento social y de la incertidumbre que todos vivíamos. Actualmente estas personas siguen siendo más vulnerables porque un gran protector del estado mental es el tener unos contactos sociales de calidad, lo que esta pandemia está limitando bastante”. 

Las fobias

Tras el desconfinamiento del año pasado, “empezaron a aparecer mayor número de problemas fóbicos: fobia a la enfermedad, fobia social, agorafobia… La población de golpe tuvo que enfrentarse a un gran problema: adaptarse a una nueva realidad, que de por sí generó mucho estrés y miedo, pero además tuvo que hacer frente a abandonar, en muchos casos, su entorno seguro (y libre de virus), es decir, su casa. No siempre esta adaptación se ha logrado o más bien sobrellevado, ya que a día de hoy los cambios siguen siendo constantes, así que lograr una adaptación completa es un verdadero reto. De ahí que hayan aumentado en consulta los trastornos adaptativos, que son aquellos que derivan de épocas de importantes cambios que generan gran estrés. Así encontramos mucha sintomatología ansioso-depresiva en la población aún a día de hoy, y así seguirá siendo”, apostilla. 

Cuando hay tal grado de inestabilidad emocional, por supuesto, los conflictos familiares, de pareja y laborales se ven aumentados. Son un daño colateral que va más allá de las posibles épocas de mayor limitación de movimiento social. 

Por qué la baja autoestima

Por último, ha habido una constante en este tiempo, que han sido las consultas acerca de la baja autoestima. “Cuando hay un gran terremoto vital es natural que las personas nos preguntemos ciertas cuestiones importantes, como si estamos donde queremos, con el trabajo que deseamos, en la situación vital que querríamos, y si nuestro yo real, en definitiva, dista mucho del yo ideal. Esta situación nos ha puesto de frente con ciertas preguntas incómodas. El aislamiento social, además, sumado a la inestabilidad emocional, ahonda en este deterioro de la autoestima”, recuerda Aída Rubio. 

Para segunda muestra otro botón, comenta Ana Lucas, psicóloga sanitaria en Psico-Salud, “en general, durante la pandemia todas las personas tuvimos mucha relación online, quedábamos con amigos, con la familia y trabajábamos solo a través de la pantalla. Algunas de estas nuevas formas de relación han llegado para quedarse. Los psicólogos hemos trabajado online, tiene aspectos positivos como la seguridad, la continuidad de los tratamientos y que puedes ver la cara y la expresión de la persona. En el lado negativo se diría que pierdes parte de la comunicación y a veces la falta de espacio e intimidad en la casa, hace que sea más difícil”. 

Desde el primer día de confinamiento “en marzo de 2020, empezamos a pasar consulta online. Hubo muchas bajas por la incertidumbre de la situación, el miedo o porque la nueva situación afectaba de otra forma a las familias. Pero desde el principio tuvimos que adaptar nuestra forma de trabajar. Eran diferentes los problemas consultados al inicio durante y después de este primer año. Al primcipio nos encontrábamos con situaciones de estrés agudo por múltiples causas, casi todas relacionadas con el confinamiento, la pérdida de libertad, la ausencia de relaciones o de apoyo social, el miedo a la enfermedad, pérdidas cercanas o situaciones de pérdida de trabajo”, detalla. 

La cuarta ola

Durante el confinamiento y a lo largo de este año, “hemos tenido llamadas por estrés continuado en el tiempo. En estos casos a cada persona le afecta de una forma diferente, depende de su situación, los apoyos con los que cuente, su capacidad de hacer frente y salir adelante. Todo esto nos va a decir si la persona necesita más o menos apoyo. Ahora hace justo un año desde que empezó el confinamiento, lo que vemos es la cuarta ola, casos de trastorno generalizado de ansiedad, bajo estado de ánimo, depresión, cansancio acumulado, agotamiento y desgaste por todo lo que hemos pasado”, inisiste Ana Lucas.

La realidad es que hemos vivido” una situación de trauma colectivo, a la que le hemos hecho frente según venía, y aunque el ser humano tiene una capacidad de adaptación y resiliencia brutal, y saldremos fortalecidos, pero el efecto secundario es el desgaste que deja. La terapia covid, en estos casos ayuda al cerebro a entender, ajustar y regular todas esas experiencias que hemos vivido. El objetivo es que la persona tenga una visión más amplia, que genere más recursos y que reduzca el malestar que ha generado toda esta situación”, determina.

Recuperado de: https://www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2021-03-17/ano-pandemia-terapia-psicologica-virtual-ansiedad-covid19_2993772/

“CON LA CIENCIA SE PUEDE LOGRAR LA SANACIÓN INDIVIDUAL”: ANDREA ORTEGA. Escrito por: Estefania Pardo Donado

La depresión que empezó a sentir a los 17 años, motivó a Andrea Ortega Bechara a trabajar por la salud mental de las personas a través de la ciencia. 

Hasta los 26 años tuvo “acercamientos” disímiles entre psicólogos y “curanderos” en su búsqueda de respuestas. Su familia llegó a pensar que se trataba de un tema esotérico. 

Los psiquiatras le dijeron que se trataba de un “desbalance químico” y se quedó con ese diagnóstico. Cuenta que hoy día considera que fue la “falta de propósito de vida” lo que la llevó a ese estado.

Veinte años después, todavía se cuestiona las causas de su depresión. Sin embargo, Andrea encontró en la psicología positiva una respuesta a su diagnóstico y un camino para mejorar su salud mental y, a su vez, la de los demás. 

Desde 2014 trabaja en la también llamada “ciencia de la felicidad”, que, según explica, es la que estudia “cómo podemos crecer y trascender a partir de las experiencias negativas”. 

Actualmente, esta mujer que se siente monteriana porque vive en esa ciudad desde los seis años, es investigadora de la Universidad del Sinú, además de fundadora y presidenta de Florecer, un instituto de psicología positiva.

En 2019 comenzó un programa de perdón y reconciliación que está apoyado por la Universidad de Harvard, la Universidad de Hong Kong,  y financiado por la fundación Templeton World Charity Foundation. Estas instituciones recientemente elogiaron su labor y aporte al estudio global de perdón que la investigadora, junto con su equipo de trabajo, ha hecho. 

Andrea dice que “aún falta camino por recorrer” en la construcción de la paz y el perdón en el país, principalmente en su departamento, uno de los más golpeados por la violencia. Por eso, desde su programa, trabaja por ayudar a construir una mejor sociedad.  

Pregunta

Su experiencia trabajando con víctimas del conflicto la llevó a liderar este programa para Colombia ¿De dónde surge el interés por trabajar con esta población?Respuesta

El interés crece cuando constato la necesidad de diseñar e implementar programas de atención psicológica basados en la evidencia. El único programa que ofrece el Gobierno es el Programa de atención psicosocial y salud integral a víctimas (PAPSIVI), y solo se mide en términos de cobertura y no de eficacia. No existían mediciones con grandes muestras poblacionales de víctimas que den cuenta del impacto psicológico de la guerra, la mayoría se centran en aspectos psicopatológicos, a expensas de factores protectores como el significado, la espiritualidad, la sabiduría, el perdón y la resiliencia. P.

¿Cómo impacta este programa en Colombia, un país que ha vivido décadas de dolor y sangre por la guerra?R.

Colombia contará por primera vez con un método basado en la ciencia que promueve la sanación individual y social, reduce la ansiedad, aumenta el bienestar, la esperanza, la espiritualidad y mejora las relaciones. P.

El método que usted utiliza es el ‘Reach Forgiveness’ (alcanzar el perdón), ¿cómo funciona? R.

Se trata de cinco pasos, cada uno con ejercicios prácticos que facilitan el proceso de perdón. Funciona ayudando a que la persona tome la decisión de perdonar y a que pueda deshacerse de la carga de emociones negativas como la ira, el rencor, la amargura y reemplazarlas por emociones neutras o positivas.P.

¿Por qué es importante el perdón en un país como Colombia?R.

El perdón juega un papel crucial en dos niveles. El primero y más urgente es el comportamental. El perdón permite, primero, que las personas tomen la decisión de no responder de forma violenta a las agresiones de los demás, de tratar al transgresor con respeto a pesar de su ofensa. Esto no quiere decir que condonamos, excusemos, ni que tengamos que reconciliarnos con quien nos hace daño. Pero sí quiere decir que no dejamos que nuestro comportamiento se mueva al compás del odio, el rencor y la amargura. Si todos pudiéramos tomar la decisión de que cuando nos sentimos ofendidos por otra persona, el Estado o una entidad, no vamos a vengarnos o a tomar justicia por mano propia, no tendríamos grupos al margen de la ley, porque en vez de estar alzados en armas, estarían intentando cambiar el sistema por las vías legales. No habría violencia intrafamiliar, porque la persona no reacciona de forma violenta en casa cuando hay algún desacuerdo. Para un país que lleva más de medio siglo en conflicto, lograr ese cambio conductual a nivel social sería algo muy importante.P.

¿Cómo hacer para que en el país a la salud mental se le dé mayor importancia?R.

Creo que hay diferentes niveles para romper. El ideal es a nivel del Estado porque al contar con la  infraestructura y recursos, es uno de los niveles más fértiles para que haya este tipo de cambios sociales. Porque si el Ministro de Salud llega a un acuerdo con el de Educación, de priorizar la salud mental, entonces tendríamos campañas pedagógicas por televisión donde se estaría cambiando la percepción de las personas de lo que es y no es tener un problema de salud mental. Hay mucho tabú y estigma que son infundados. Estamos entre un 30% y 40% de personas víctimas del conflicto que están sufriendo de depresión y ansiedad. Tanto que es la segunda causa de discapacidad a nivel mundial. No hay una preocupación a nivel macro y también se pueden hacer cosas a nivel micro, me refiero al individuo, porque hay muchos recursos gratuitos. El hogar y la familia es otro estadio bien importante para trabajar la salud mental.

Conoce RetaBrain, un espacio de reforzamiento neurocognitivo. Escrito por Rosángela López Cruz

Aunque las estadísticas no están claras, es común encontrarnos con niños y adolescentes que presentan dificultades en una o varias de sus funciones cognitivas, o que se enfrentan al fracaso escolar.

Los retos del día a día que implican estas situaciones suelen ser difíciles e incluso ser vistos como imposibles para estas personas y allegados que se preocupan por su bienestar.

Esto, a su vez, les genera todo un coctel de emociones, creencias y consecuencias a nivel social y emocional, que desfavorece aún más el afrontamiento a dichas dificultades: inseguridad, ansiedad, baja autoestima, depresión, el “no puedo”… 

RetaBrain es un proyecto de parte del Grupo Profesional Psicológicamente, que fue creado para acompañar a niños, niñas y adolescentes que lidian con dificultades académicas y/o cognitivas como déficits en la atención, memoria, lenguaje, motricidad y percepción.

Está orientado tanto a la evaluación como a la intervención de estas funciones afectadas, para lograr un nivel óptimo de funcionalidad y autonomía del paciente. 

Además, cuenta con un enfoque global y multidisciplinar que permite abordar en su intervención las áreas socioemocional y comportamental relacionadas a las dificultades que presente el paciente. Por esta razón, tanto los familiares como la escuela se verán totalmente involucrados en el proceso. 

¿En qué casos puedo recurrir a ese recurso? 

– Si piensas que tu hijo/a suele ser muy distraído

– Es impulsivo y/o inquieto 

– Crees que es posible que tenga dificultades en la memoria 

– Detectas que existe un retraso de la comprensión y deficiencia en el lenguaje

– Notas un retraso en sus habilidades de lectura, escritura o matemáticas 

– Su desempeño escolar se ve comprometido 

– Estas dificultades intervienen claramente con su autonomía en el día a día 

– Identificas que existe un retardo general en la madurez

– Necesita ayuda en sus clases virtuales. 

Recuperado de: https://listindiario.com/la-vida/2021/04/15/665950/conoce-retabrain-un-espacio-de-reforzamiento-neurocognitivo