La función de autocompletado del cerebro – Neuropsicología Bogotá

Por: Maria Fernanda Alonso

¿Alguna vez te encontraste mirando fotos viejas, y te diste cuenta de que al ver una de la fiesta de despedida con tus compañeros del trabajo recordaste también el rico trago que tomaste o qué tan cómoda te sentías con esos zapatos de taco aguja de 10 centímetros?

Un estudio revela los mecanismos que se activan cuando nuestros cerebros completan los recuerdos y nos traen automáticamente los diferentes elementos de la experiencia original; la llamada “función de autocompletado” del cerebro. Para ello, investigadores de las universidades de Birmingham y Bonn presentaron a los participantes una serie de imágenes con escenas diferentes. Es importante destacar que combinaron cada escena con uno de dos objetos: una frambuesa o un alacrán. Los participantes tuvieron 3 segundos para memorizar una combinación dada de escena-objeto. Después de un breve descanso, se les volvió a presentar la escena, pero ahora tenían que reconstruir la imagen del objeto asociado de memoria. «Al mismo tiempo, examinamos la activación cerebral de los participantes», explica el profesor Florian Mormann, quien encabeza el grupo de neurofisiología cognitiva y clínica en el Centro Médico de la Universidad de Bonn. «Nos centramos en dos regiones del cerebro: el hipocampo y la corteza entorrinal«. 

Se sabe que el hipocampo desempeña un papel en la memoria asociativa, pero cómo lo hace exactamente es algo poco entendido. Un gran descubrimiento del equipo fue que durante el recuerdo, las neuronas en el hipocampo comenzaron a disparar con fuerza. Este fue también el caso durante una condición de control en la que los participantes solo tenían que recordar la escena sin los objetos. Sin embargo, hay que resaltar que la actividad del hipocampo duró mucho más tiempo cuando los participantes también tuvieron que recordar el objeto asociado (la imagen de frambuesa o alacrán). Además, las neuronas en la corteza entorrinal comenzaron a disparar en paralelo al hipocampo.

«El patrón de activación en la corteza entorrinal durante la rememoración exitosa se parecía mucho al patrón de activación durante el aprendizaje inicial de los objetos», explica el Dr. Bernhard Staresina de la Universidad de Birmingham. De hecho, la similitud entre recordar y aprender fue tan fuerte que un algoritmo informático fue capaz de decir si el participante recordaba la frambuesa o el alacrán. «Llamamos a este proceso reincorporación», dice Staresina: «El acto de recordar pone a las neuronas en un estado que se parece mucho a su activación durante el aprendizaje inicial». Los investigadores creen que dicha reincorporación es impulsada por neuronas en el hipocampo. Al igual que un bibliotecario, las neuronas del hipocampo podrían indicar al resto del cerebro donde se almacenan los recuerdos particulares (como la frambuesa y el alacrán).

Otro dato interesante de esta investigación es que las grabaciones de los cerebros se realizaron en la Clínica Universitaria de Epileptología en Bonn, uno de los centros de epilepsia más grandes de Europa. La clínica se especializa en pacientes que sufren formas severas de epilepsia del lóbulo temporal medial. El objetivo es extirpar quirúrgicamente las partes del cerebro que causan las convulsiones epilépticas. Para localizar el origen de las convulsiones, a algunos pacientes se les implantan electrodos. Estos electrodos son capaces de registrar la activación cerebral.

Los investigadores pueden usar esta rara oportunidad para controlar de cerca el cerebro mientras lo recuerda. Esto es también lo que hizo el estudio actual: los 16 participantes eran todos pacientes con epilepsia a los que se les implantaron pequeños electrodos en el lóbulo temporal medial. «Con estos electrodos pudimos registrar la respuesta de las neuronas a los estímulos visuales», explica el Prof. Mormann. Estos métodos permiten obtener información fascinante sobre los mecanismos de nuestro sistema de memoria. También pueden usarse para comprender mejor las causas de los déficits de memoria.

Referencia del estudio: Bernhard P. Staresina, Thomas P. Reber, Johannes Niediek, Jan Boström, Christian E. Elger, Florian Mormann. Recollection in the human hippocampal-entorhinal cell circuitry. Nature Communications, 2019; 10 (1) DOI: 10.1038/s41467-019-09558-3

Fuente: Science Daily

Tomado de: https://www.psyciencia.com/autocompletado-cerebro/?fbclid=IwAR2rbhhfqpHX5I3VewjQWXDNcw3gmHtvKjg1uXC4zb-fynPljsNna5IZ41w Neuropsicologia Bogota

El mito del cerebro reptiliano – Neuropsicología Bogotá

Por: José Ramón Alonso

Ecerebro triúnico, cerebro triuno o cerebro reptiliano es un modelo propuesto por Paul MacLean para explicar la organización del cerebro humano, la existencia de sistemas contradictorios o al menos alternativos en nuestro comportamiento y la influencia de la evolución como elemento organizador. MacLean sugirió esta idea en los años sesenta del siglo XX y la desarrolló en su libro The Triune Brain in Evolution (1990). Para MacLean nuestro cráneo no aloja un cerebro sino tres, que operan como «tres ordenadores biológicos interconectados, cada uno con su propia inteligencia, su propia subjetividad, su propio sentido del tiempo y su propia memoria». Los tres cerebros son el complejo reptiliano, el sistema límbico y la neocorteza. Veamos las características de las tres estructuras:

El cerebro reptiliano, también llamado complejo-R para disimular ese nombre ridículo, estaría formado básicamente por los ganglios basales, el tronco del encéfalo y el cerebelo. Según los que defienden este mito es un cerebro primitivo, que controla comportamientos instintivos y que se centra en las actividades más básicas de la supervivencia incluidas la agresividad, la dominación, la territorialidad y los rituales. El cerebro reptiliano estaría lleno de memorias ancestrales y controlaría las funciones autonómicas (respiración y latido cardíaco), el equilibrio y el movimiento muscular. Sus respuestas son directas, reflejas, instintivas.

NINGÚN ESTUDIO CONSIGUE SEPARAR LA EMOCIÓN Y LA RACIONALIDAD DE UNA FORMA CLARA, ESTÁN ÍNTIMAMENTE INTERRELACIONADAS EN NUESTRA ORGANIZACIÓN CEREBRAL Y EN NUESTRO FUNCIONAMIENTO MENTAL

La segunda «capa», el segundo cerebro, es el sistema límbico, un término también introducido por MacLean que ha tenido un enorme éxito. También se conoce como el «cerebro paleomamífero» y sería el responsable de las emociones, un sistema basado en un sistema de evasión (sensaciones desagradables como el dolor) y atracción (sensaciones agradables como el placer). Partes clave del sistema límbico serían la amígdala, el septo, el hipotálamo, la corteza del cíngulo y el hipocampo. El cerebro paleomamífero sería el responsable de la motivación y la emoción que sentimos al alimentarnos, al reproducirnos y en el comportamiento parental.

La tercera estructura superpuesta es el cerebro moderno de mamífero, neomamífero o neocorteza. Es característico de los mamíferos más evolucionados, de nosotros los primates, y es responsable del pensamiento avanzado, la razón, el habla, la planificación, la abstracción, la percepción y lo que en general llamamos funciones superiores.

El modelo del cerebro triuno considera, por tanto, que nuestro cerebro humano es el resultado de un proceso estratigráfico, de suma de capas sucesivas: el cerebro instintivo reptiliano, el más profundo y primitivo; al que se superpone un cerebro emocional e intermedio y, sobre ese, se deposita un cerebro racional y moderno. La realidad es que ningún estudio consigue separar la emoción y la racionalidad de una forma clara, están íntimamente interrelacionadas en nuestra organización cerebral y en nuestro funcionamiento mental. Por otro lado, la idea de una aparición de estructuras nuevas y complejas en un proceso de acreción sucesiva es contraria a todo lo que sabemos sobre la evolución que, en realidad, funciona reorganizando los circuitos existentes y, en todo caso, dotándolos de mayor complejidad y asumiendo nuevas funciones

La idea del cerebro triúnico es considerada una patochada por todos los neurocientíficos pero, en particular, por los que más tienen que decir al respecto: los que investigan la neuroanatomía comparada. Los ganglios basales, que forman la parte del león del complejo reptiliano de MacLean, comprenden una parte mucho menor del telencéfalo de los reptiles, existen en todos los grupos de vertebrados y no son, por tanto, estructuras asociadas a este grupo de vertebrados con escamas sino que están presentes en los antecesores de los vertebrados, mucho más primitivos.

Del mismo modo, las estructuras del sistema límbico que según MacLean surgirían con los primeros mamíferos se sabe ahora que están presentes en otros grupos de vertebrados y que características definitorias de este segundo «cerebro» como el cuidado de las crías se presentan también en otros grupos como aves o peces.

LAS ÚNICAS VIRTUDES DEL MODELO DEL CEREBRO TRIUNO SON SU SENCILLEZ Y SU FACILIDAD, PERO ES SIMPLEMENTE UN MODELO ERRÓNEO, SENCILLO Y FÁCIL

Finalmente lo mismo es cierto con la neocorteza, cuyos primeros rudimentos están en los mamíferos más tempranos y aunque otros vertebrados no presentan estructuras con la característica laminación en seis capas, sí presentan áreas homólogas. El telencéfalo de las aves, por ejemplo, forma conexiones con otras estructuras telencefálicas similares a las que hace el neocórtex y se encarga de funciones teóricamente neomamíferas como el aprendizaje y la memoria, la toma de decisiones, el control motor o el pensamiento conceptual.Artículo relacionado:Esto es lo que puede hacer la cocaína a tu cerebro

Hemos visto aves utilizando herramientas para sacar insectos de un hueco, añadiendo agua a una probeta para que flote una semilla y podérsela comer o recordando las caras de las personas que los persiguieron. Esas capacidades de planificación y aprendizaje entrarían según el modelo de MacLean dentro del ámbito último, neomamífero, pero resulta que las aves presentan ya esa capacidad. Las únicas virtudes del modelo del cerebro triuno son su sencillez y su facilidad, pero es simplemente un modelo erróneo, sencillo y fácil.

Otro punto importante a recordar es que la evolución no funciona como una hilera de seres que se van sucediendo unos a otros, en el caso de la evolución humana cada vez menos encorvados y con más cosas en la mano. Todas las especies actuales, por decirlo de una manera clara, tenemos la misma edad. Como muy bien dice Juan Ignacio Pérez: «Todos los seres vivos retrotraemos nuestro linaje hasta las primeras formas de vida que aparecieron sobre la faz de la Tierra y fueron capaces de dejar descendencia tras de sí generación tras generación. Todos somos herederos de aquellas formas y, por lo tanto, todos los linajes, sean del reino que sean, del filo que sean o de la familia o género que sean, tienen la misma antigüedad, tanta como la vida terrestre tiene».

Curiosamente, la idea del cerebro reptiliano ha aterrizado en un mundo alejado del de la ciencia: los tribunales de justicia. Hay un conjunto de técnicas para litigar que se conocen como la estrategia del reptil. Los estudiosos del debate jurídico explican que estas metodologías legales buscan apelar al cerebro reptiliano de jueces y jurados pulsando el botón del miedo.

Según Keenan y Ball , cuando el reptil ve un peligro para su supervivencia, incluso uno pequeño, protege sus genes, y exige a todo el mundo a su alrededor que le proteja a él y a la comunidad. El concepto de comunidad es importante, porque es enormemente flexible, lo que es útil en un proceso legal. El sistema es muy básico: generar una sensación de peligro que ponga a los jurados en modo supervivencia: el demandado, aunque es posible que no haya hecho nada, pudo causar un enorme peligro.

En segundo lugar mostrar que el peligro afecta a toda la comunidad, incluyendo el jurado, su familia y sus amigos. Por lo tanto el jurado ya no es un observador independiente sino una posible víctima de la acción del acusado, tanto él como sus seres queridos. En tercer lugar, argumentar que una enorme compensación económica es el único sistema de protección de la comunidad. Algunos autores calculan que la teoría del reptil ha conseguido unas compensaciones muy superiores a las estimadas como sensatas, un exceso de más de 7.500 millones de euros desde 2008, y en las escuelas de práctica jurídica se enseña cómo aprovecharla y cómo desmontarla.

Ya lo dijo el biólogo David Attenborough: «A veces vemos a los reptiles como primitivos, sosos y lerdos. De hecho pueden ser letalmente rápidos, espectacularmente bellos, sorprendentemente cariñosos y muy sofisticados». Y esos sí que tienen un cerebro reptiliano.

Artículo publicado en el blog de José Ramón Alonso y cedido para su publicación en Psyciencia.

Lecturas recomendadas:

No hay especies más antiguas, ni lenguas tampoco – Conjeturas. Retrieved April 15, 2019, from https://blogs.deia.eus/conjeturas/2017/08/02/no-hay-especies-mas-antiguas-ni-lenguas-tampoco/

C.U.M. (Chris) Smith (2010) The Triune Brain in Antiquity: Plato, Aristotle, Erasistratus, Journal of the History of the Neurosciences, 19:1, 1-14, DOI: 10.1080/09647040802601605

Tomado de: https://www.psyciencia.com/cerebro-reptiliano-mito/?fbclid=IwAR0biybTDhFuxXkALhgISCMM1wQ45QLoBsTmE4rbVm3E320WSkdiEJTXKQo

Perder peso: una solución inesperada para la migraña – Neuropsicología Bogotá

Por: Rita Arosemena P.

Según investigadores de Italia y los Estados Unidos, para quienes sufren de migraña y presentan obesidad, perder peso puede disminuir los dolores de cabeza y mejorar tanto su calidad de vida cotidiana como su productividad escolar o laboral.

Los resultados de este metanálisis fueron presentados el sábado 23 de marzo en ENDO 2019, la reunión anual de la Endocrine Society (Sociedad de Endocrinología) en Nueva Orleans (Estados Unidos).

Para investigar los efectos de la pérdida de peso logrados a través de la cirugía bariátrica o la intervención conductual en la frecuencia y gravedad de la migraña, los investigadores revisaron las bases de datos de investigación médica en línea estándar para los estudios que consideraron la intensidad del dolor, la frecuencia del dolor de cabeza, la duración del ataque, la discapacidad; y también el IMC, cambio del IMC, intervención (cirugía bariátrica versus conducta) y población (adulto versus pediátrica).

Un remedio sencillo a un problema complejo

En un metanálisis de los 473 pacientes en los 10 estudios que cumplieron con los criterios de inclusión de los investigadores, se encontró que la pérdida de peso estaba relacionada con reducciones significativas en la frecuencia del dolor de cabeza, la intensidad del dolor y la discapacidad (todo p <0,0001); así como la duración del episodio de migraña (p = 0.01).

La mejora de la migraña no se relacionó ni con el grado de obesidad al inicio ni con la cantidad de reducción de peso. Además, el efecto sobre la migraña fue similar cuando la reducción de peso se logró mediante cirugía bariátrica o intervención conductual y fue comparable en adultos y niños.Artículo relacionado:La habilidad en matemáticas y su relación con la calidad de comunicación cerebral

Los mecanismos que vinculan la obesidad, la pérdida de peso y la migraña siguen sin ser claros en la actualidad, sin embargo, estos hallazgos presentan una alternativa inesperadamente sencilla a un problema complejo e incómodo para miles de personas en el mundo. Por otro lado, la pérdida de peso puede ser «milagrosa» para reducir, no solo la prevalencia de los ataques de migraña, sino también el impacto de las condiciones asociadas con la obesidad, incluida la diabetes, la hipertensión, la enfermedad coronaria, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades respiratorias.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicados en 2016 estiman que la prevalencia en adultos del trastorno de cefalea actual (sintomático al menos una vez en el último año) es de aproximadamente el 50%. La mitad o tres cuartas partes de los adultos de 18 a 65 años presentan dolores de cabeza con frecuencia, y el 30% o más ha reportado migraña.

Los trastornos de dolor de cabeza son un problema mundial que afecta a personas de todas las edades, etnias, niveles socioeconómicos y áreas geográficas.

Referencia del estudio original: Di Vincenzo A, Beghetto M, Vettor R, Rossato M, Bond D, Pagano C. Effects of bariatric and non-bariatric weight loss on migraine headache in obesity. A systematic review and meta-analysis. Presentado en: ENDO 2019, Endocrine Society Annual Meeting. New Orleans, Louisiana, March 23-26, 2019. Abstract SAT-108.

Tomado de: https://www.psyciencia.com/perder-peso-una-solucion-inesperada-para-la-migrana/?fbclid=IwAR2CNDDHHasDywkwYD5a46gqY8Z5AMa9vxPaza_Q6CAP-bzhmUR5rWaGbaA Neuropsicologia Bogota