Alucinaciones en población general. POR: Alejandra Alonso
Las alucinaciones son un síntoma común en la esquizofrenia y los trastornos relacionados, sin embargo no es necesario tener trastornos mentales para experimentarlas. De hecho, un estudio observó una prevalencia promedio del 9.6% en población general (abarcó personas desde los 5 años hasta más de 60 años) en la percepción de declaraciones verbales en ausencia del estímulo externo correspondiente.
Sin embargo, no es todavía claro qué predispone a las personas de la población general, sin trastornos mentales a experimentar dichas alucinaciones. Un grupo de investigación exploró los mecanismos cognitivos y experiencias pasadas relacionados con las experiencias alucinatorias.
¿Cómo realizaron el estudio?
Se contó con la participación de 1,394 personas, procedentes de 46 países diferentes.
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Se incluyeron evaluaciones de experiencias alucinatorias (auditivas, visuales u olfativas), una medida de experiencias adversas en la infancia (por ejemplo, ser constantemente criticados por sus cuidadores) y 4 tareas cognitivas que estudios previos habían vinculado a las alucinaciones en población general:
- Memoria de origen (recordar si realmente escucharon o solo imaginaron escuchar varias palabras).
- Escucha dicótica (evalúa el grado en que el procesamiento del lenguaje está lateralizado).
- Intervalos de dígitos hacia atrás (evalúa memoria de trabajo verbal).
- Detección de señales auditivas (mide la habilidad de la persona para decir si un clip de discurso estaba sonando durante estallidos largos de ruido).
¿Qué encontraron?
El equipo de investigación observó que haber vivido traumas en la infancia y el desempeño en la tarea de detección de señales auditivas estaban vinculados con las alucinaciones. La tarea fue completada por solo 594 participantes, los que visitaron los laboratorios, ya que otros participaron en línea. La gente que puntuaba más alto en las escalas de alucionaciones, presentaba también una tasa alta de falsas alarmas (eran más propensos a reportar escuchar voces cuando realmente no se había presentado el estímulo).
Este hallazgo apoya la teoría de que las alucionaciones están vinculadas con una confianza excesiva del cerebro en las expectativas de lo que será percibido vs el estímulo sensorial real. Esta alta tasa de falsas alarmas y una historia de traumas en la infancia también suelen verse en pacientes con esquizofrenia.
Por otro lado, el estudio no observó otras asociaciones que sí habían sido vistas en estudios previos en poblaciones clínicas o población general pero con muestras pequeñas. Es decir, no se encontraron asociaciones con los resultados del test de escucha dicótica, memoria de origen o memoria de trabajo.
La falta de claridad en los datos se debe mayormente a la utilización de muestras pequeñas, falta de estandarización de los estudios en pacientes y las escasas replicaciones. Para el equipo, ocuparse de esos detalles no solo mejorará la replicabilidad de los estudios, sino que también nos ayudará a clarificar los mecanismos subyacente a las alucinaciones.
Referencia: Moseley P, Aleman A, Allen P, et al. Correlates of Hallucinatory Experiences in the General Population: An International Multisite Replication Study. Psychological Science. 2021;32(7):1024-1037. doi:10.1177/0956797620985832
Fuente: BPS
RECUPERADO DE: https://www.psyciencia.com/alucinaciones-en-poblacion-general/
Respuesta neuronal maternal como posible predictor de ansiedad y depresión posparto. POR: Alejandra Alonso
Todavía hay mucho que aprender sobre la neurobiología subyacente a la depresión y ansiedad posparto. El cerebro humano es capaz de reconocer y responder a las necesidades de un bebé e involucrarse en conductas de cuidado incluso aunque el costo sea alto, explica Megan Finnegan, una científica que junto con su equipo estudió la respuesta neuronal a interacciones con infantes como predictor de las ya nombradas condiciones
La científica continúa explicando que la respuesta cerebral típica a los infantes cambia de una forma característica en las mujeres que experimentan depresión posparto. La ansiedad posparto también es muy común. Investigaciones epidemiológicas sugieren que la comorbilidad entre ambas condiciones se da con mucha más frecuencia que experimentar solo una de ellas. Y esto, a su vez, es consistente con lo que pasa con los trastornos de ansiedad y depresión en otras poblaciones.
¿Cómo realizaron el estudio?
Se utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) para monitorear la actividad cerebral de las madres mientras veían videos de sus bebés de 3 meses realizando acciones que evocaban emociones agradables y desagradables. En la condición donde se evocaban emociones agradables, las madres miraban un vídeo de sus bebés jugando al “peek-a-boo”. En la condición donde se evocaban emociones desagradables, veían un vídeo donde los brazos de sus bebés eran sostenidos suavemente a los lados, una situación que se sabe que provoca frustración. Ellas completaron evaluaciones de seguimiento a los 6, 12 y 18 meses después del parto.
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Finnegan explica que ellos desconocían si las diferencias en la respuesta cerebral de las madres podría atribuirse a experiencias pasadas con enfermedades mentales, potencialmente por cambios perdurables en el tiempo en la función neuronal luego de la enfermedad o, tal vez, a través de una predisposición preexistente a experimentar depresión. Por otro lado, la respuesta cerebral de la madre a su bebé podría ser un signo de una trayectoria más amplia de estrés que, sin intervención, llevaría al empeoramiento de los síntomas luego. Para ponerlo a prueba, decidieron ver cómo la habilidad del cerebro materno para responder diferencialmente a situaciones placenteras y no placenteras con su bebé se relacionaba con síntomas pasados, actuales y futuros de depresión.
¿Qué observaron?
Las madres que mostraron mayor activación neuronal al presentarles videos positivos, tendían a experimentar menos síntomas de depresión y ansiedad subsecuentes. En contraste, los síntomas eran más comunes entre madres cuya respuesta neuronal a videos positivos y negativos era similar.
En vez de ser menos sensibles, las madres que luego reportaban más síntomas de depresión posparto tendieron a ser más sensibles a los videos negativos, comparadas con las madres que mostraron menos síntomas. Para los autores esta sensibilidad a contextos emocionalmente desagradables con relación a sus bebés, puede jugar un rol en la depresión y ansiedad posparto.
Por otro lado, hubo muy poca evidencia de la influencia de la depresión y la ansiedad pasadas en la forma en que el cerebro de la madre respondía a sus bebés. Esto indica que, en lugar de ser un síntoma de una enfermedad mental recurrente, la respuesta cerebral posparto actual puede ser parte de una trayectoria más amplia de empeoramiento de los síntomas. Estos hallazgos significarían que remodelar la forma en que las mujeres responden a las emociones de sus bebés podría ser una vía fructífera para interrumpir el curso de la depresión y la ansiedad posparto.
Finnegan y sus colegas también encontraron que los síntomas posparto elevados no estaban asociados con la respuesta emocional autoinformada de las madres a los videos o su evaluación de las emociones de su bebé. Esta disociación de la valoración consciente de las emociones de su bebé o de sus propias emociones destaca la importancia de considerar las medidas cerebrales para detectar sesgos de respuesta subyacentes que pueden ayudar a impulsar la psicopatología posparto.
Limitaciones del estudio
El trabajo se realizó con un número modesto de participantes (24 madres) y es esencial que este trabajo se repita en cohortes más grandes y diversas para caracterizar con mayor precisión los límites del tejido cerebral involucrado en este fenómeno.
Por razones estadísticas, el equipo tuvo que examinar la relación entre depresión y ansiedad en modelos separados y comparar la superposición en términos cualitativos. El trabajo futuro podría mejorar esto extrayendo los componentes compartidos de las puntuaciones de ansiedad y depresión para estimar los niveles de lo que los psicólogos denominan angustia internalizante. Comprender cómo la internalización de la angustia se relaciona con los cambios en la respuesta cerebral de una madre a su hijo puede ayudarnos a describir y predecir mejor la evolución de los trastornos afectivos posparto en el transcurso del desarrollo materno-infantil.
Referencia del estudio: Finnegan, M., Kane, S., Heller, W. & Laurent, H. (2021). Mothers’neural response to valenced infant interactions predicts postpartum depression and anxiety. PLOS ONE. DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0250487
Fuente: PsyPost
RECUPERADO DE: https://www.psyciencia.com/dna-v-un-modelo-de-flexibilidad-psicologica/
Cultiva tus cinco sentidos no sensoriales. POR: SERGIO De Dios GONZALEZ
Si le preguntamos a cualquier persona por los cinco sentidos, lo más seguro es que nos responda: oído, vista, tacto, gusto y olfato. No fallaría al responder a nuestra pregunta, sin embargo, existe otra perspectiva alejada de lo meramente sensorial.
Hace unos días, apareció un vídeo de una ponencia sobre educación en la infancia. En él, se planteaba la cuestión del estilo educativo por el cuál se podían guiar los padres a la hora de transmitir a sus hijos valores, normas sociales, moralidad y ética.
La reflexión en los últimos minutos, quedó resumida en la idea de tomar como referencia cinco sentidos como caminos en los que crecer para luego, siendo ya adultos, pudiéramos manejarnos en casi cualquier situación.
“El buen sentido es lo que mejor repartido está entre todo el mundo, pues cada cual piensa que posee buena provisión de él”
-Rene Descartes-
El sentido común
Algunos dicen que es el menos común de los sentidos. Lo tenemos y alguna que otra vez le hemos dicho a alguien como consejo directo que lo usara. Pero ¿qué es el sentido común?¿qué lo define? Es difícil encontrar una descripción.
Podemos quedarnos con el concepto de que es una idea general sobre algún tema. Es una norma que integra educación, experiencia e instinto presente en todos nosotros que sirve como nexo entre semejantes. Se asocia con acierto, serenidad, obviedad y simpleza. No aquella que es básica, sino la que no complica algo innecesariamente.
Aún así, siempre quedan pequeños detalles en los que por muy general que sea el sentido común, tenemos diferencias según la persona y el momento. Y por muy razonable y accesible que sea para consultar, en ocasiones decidimos en su contra dominados por la situación o la emoción, su más potente oponente. Pero si no nos equivocamos por nosotros mismos, no desarrollaremos este sentido y seremos dependientes de los demás de por vida.
Hay tantos sentidos comunes como personas, razones y experiencias vividas, por tanto, para cultivar nuestro sentido común es importante:
- No juzgar el de los demás
- Valorar nuestras opciones
- No guiarnos por el de los demás
- Elegir la más conveniente
- Actuar consecuentemente
El sentido del deber
Obligación y responsabilidad. Con estas palabras podríamos construir distintas definiciones para el sentido del deber. Es tan perjudicial la ausencia del mismo como su exceso. Es conveniente ser cautos y distinguir el sentido del deber, de los “debería de….”.
La culpa, la autoexigencia y la hiperresponsabilidad están muy lejos del equilibrio emocional que aporta estar tranquilo con uno mismo siguiendo las pautas del sentido del deber…. No lo olvidemos…
“No es tan culpable el que desconoce un deber como el que lo acepta y lo pisa”
-Concepción Arenal-
Educar a los niños en este sentido no es tarea fácil. Normalmente va en contra de “sus principios”, pero es algo que a la larga como adultos, agradeceremos a nuestros mayores para poder disfrutar de la serenidad de poner en práctica este camino más allá de la impresión de obligatoriedad.
El sentido del humor
El sentido de humor respecto al mundo y con uno mismo es uno de los síntomas de salud más fundamentales que existen, y a su vez menos valorado. No se trata de reírse de todo de forma superficial y simplificar de forma casi irracional lo que nos rodea.
“La lucidez nos enseña que todo lo que no es trágico es irrisorio. Y el humor añade, con una sonrisa, que no es ninguna tragedia… La verdad del humor es esta: la situación es desesperada, pero no grave”
-André Comte-Sponville-
Darle sentido del humor a la vida no significa despreocupación o insensibilidad. No se trata de ser gracioso o elocuente permanentemente, se trata de trabajar cómo percibimos e interpretamos las situaciones, junto a la manera de exprimirlas de la forma más agradable y apacible posible. Es una actitud que puede ser cultivada en cualquier momento. ¿Cómo?:
- Conócete a ti mismo. ¿Qué o quién te hace gracia?
- Observa a alguien que lo tenga desarrollado y aprende cuándo y cómo ponerlo en práctica. Toma películas o libros como referencia y fíjate en qué hace el personaje para afrontar la situación.
- No busques la gracia permanente, no es eso. Relájate y disfruta, eso permitirá reírte de distintas situaciones y aprender.
- Considera el humor como herramienta de aprendizaje.
- No utilices a los demás de forma ofensiva
El sentido moral
El hombre es un animal que esta continuamente tomando decisiones. ¿Qué nos lleva a tomar un camino u otro ante situaciones complejas? El sentido moral.
Los valores morales son las cualidades que pueden poseer ciertas acciones y relaciones humanas que los hacen preferibles a otras y cuya realización hace bueno al ser humano.
Para conocer realmente la moralidad de una persona, es necesario analizar su vida para conocer cuales han sido sus elecciones más frecuentes. Es bastante común encontrarse con personas que hablan de tener un sentido moral, y que sus acciones indican algo completamente distinto.
Es conveniente hacer un ejercicio de sinceridad personal y reflexionar sobre lo que realmente significan palabras como sinceridad, tolerancia o respeto, y hasta que punto somos coherentes con nosotros mismos, porque es relativamente fácil que en ocasiones entremos en conflicto al llevar la teoría a la práctica.
El sentido del ridículo
Por último, señalar un sentido también imprescindible para desenvolvernos de una forma equilibrada en el día a día: el miedo al ridículo, la tensión de fallar o la ansiedad a ser juzgado si hacemos algo que no encaja con el entorno.
Al igual que sucede con el sentido del deber, el exceso o el defecto de este sentido es perjudicial. Para equilibrarnos lo recomendable es:
- Cultiva tus habilidades sociales
- Analiza las situaciones que temes
- Utiliza el sentido del humor
- Revisa aquello que te genera inseguridad y pon en marcha mecanismos para afrontarlo
- Considera que los demás no siempre evalúan, analizan y juzgan nuestros movimientos
- Cuenta con que es imposible gustar el gusto
- Piensa si el criterio de los demás es definitivo, y en qué te basas para justificarlo
Todos y cada uno de estos cinco sentidos pueden ser desarrollados. Todos y cada uno tienen un espacio en nuestro día a día. Si alguno flaquea o pecamos por exceso o por defecto, nunca es tarde para corregirnos porque en cuanto a crecimiento personal siempre merece la pena. Ya lo dijo Lao Tse, “la manera de hacer es ser”.
RECUPERADO DE: https://lamenteesmaravillosa.com/cultiva-tus-cinco-sentidos-no-sensoriales/