Respuesta neuronal maternal como posible predictor de ansiedad y depresión posparto. POR: Alejandra Alonso

Todavía hay mucho que aprender sobre la neurobiología subyacente a la depresión y ansiedad posparto. El cerebro humano es capaz de reconocer y responder a las necesidades de un bebé e involucrarse en conductas de cuidado incluso aunque el costo sea alto, explica Megan Finnegan, una científica que junto con su equipo estudió la respuesta neuronal a interacciones con infantes como predictor de las ya nombradas condiciones

La científica continúa explicando que la respuesta cerebral típica a los infantes cambia de una forma característica en las mujeres que experimentan depresión posparto. La ansiedad posparto también es muy común. Investigaciones epidemiológicas sugieren que la comorbilidad entre ambas condiciones se da con mucha más frecuencia que experimentar solo una de ellas. Y esto, a su vez, es consistente con lo que pasa con los trastornos de ansiedad y depresión en otras poblaciones.

¿Cómo realizaron el estudio?

Se utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) para monitorear la actividad cerebral de las madres mientras veían videos de sus bebés de 3 meses realizando acciones que evocaban emociones agradables y desagradables. En la condición donde se evocaban emociones agradables, las madres miraban un vídeo de sus bebés jugando al “peek-a-boo”. En la condición donde se evocaban emociones desagradables, veían un vídeo donde los brazos de sus bebés eran sostenidos suavemente a los lados, una situación que se sabe que provoca frustración. Ellas completaron evaluaciones de seguimiento a los 6, 12 y 18 meses después del parto. 

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Finnegan explica que ellos desconocían si las diferencias en la respuesta cerebral de las madres podría atribuirse a experiencias pasadas con enfermedades mentales, potencialmente por cambios perdurables en el tiempo en la función neuronal luego de la enfermedad o, tal vez, a través de una predisposición preexistente a experimentar depresión. Por otro lado, la respuesta cerebral de la madre a su bebé podría ser un signo de una trayectoria más amplia de estrés que, sin intervención, llevaría al empeoramiento de los síntomas luego. Para ponerlo a prueba, decidieron ver cómo la habilidad del cerebro materno para responder diferencialmente a situaciones placenteras y no placenteras con su bebé se relacionaba con síntomas pasados, actuales y futuros de depresión.

¿Qué observaron?

Las madres que mostraron mayor activación neuronal al presentarles videos positivos, tendían a experimentar menos síntomas de depresión y ansiedad subsecuentes. En contraste, los síntomas eran más comunes entre madres cuya respuesta neuronal a videos positivos y negativos era similar.

En vez de ser menos sensibles, las madres que luego reportaban más síntomas de depresión posparto tendieron a ser más sensibles a los videos negativos, comparadas con las madres que mostraron menos síntomas. Para los autores esta sensibilidad a contextos emocionalmente desagradables con relación a sus bebés, puede jugar un rol en la depresión y ansiedad posparto.

Por otro lado, hubo muy poca evidencia de la influencia de la depresión y la ansiedad pasadas en la forma en que el cerebro de la madre respondía a sus bebés. Esto indica que, en lugar de ser un síntoma de una enfermedad mental recurrente, la respuesta cerebral posparto actual puede ser parte de una trayectoria más amplia de empeoramiento de los síntomas. Estos hallazgos significarían que remodelar la forma en que las mujeres responden a las emociones de sus bebés podría ser una vía fructífera para interrumpir el curso de la depresión y la ansiedad posparto.

Finnegan y sus colegas también encontraron que los síntomas posparto elevados no estaban asociados con la respuesta emocional autoinformada de las madres a los videos o su evaluación de las emociones de su bebé. Esta disociación de la valoración consciente de las emociones de su bebé o de sus propias emociones destaca la importancia de considerar las medidas cerebrales para detectar sesgos de respuesta subyacentes que pueden ayudar a impulsar la psicopatología posparto.

Limitaciones del estudio

El trabajo se realizó con un número modesto de participantes (24 madres) y es esencial que este trabajo se repita en cohortes más grandes y diversas para caracterizar con mayor precisión los límites del tejido cerebral involucrado en este fenómeno.

Por razones estadísticas, el equipo tuvo que examinar la relación entre depresión y ansiedad en modelos separados y comparar la superposición en términos cualitativos. El trabajo futuro podría mejorar esto extrayendo los componentes compartidos de las puntuaciones de ansiedad y depresión para estimar los niveles de lo que los psicólogos denominan angustia internalizante. Comprender cómo la internalización de la angustia se relaciona con los cambios en la respuesta cerebral de una madre a su hijo puede ayudarnos a describir y predecir mejor la evolución de los trastornos afectivos posparto en el transcurso del desarrollo materno-infantil.

Referencia del estudio: Finnegan, M., Kane, S., Heller, W. & Laurent, H. (2021). Mothers’neural response to valenced infant interactions predicts postpartum depression and anxiety. PLOS ONE. DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0250487

Fuente: PsyPost

RECUPERADO DE: https://www.psyciencia.com/dna-v-un-modelo-de-flexibilidad-psicologica/