Cinco actitudes muy comunes que te impiden ser feliz. ESCRITO POR: Rocío Navarro Macías

Según el Dalai Lama, para ser feliz hay que practicar la compasión. Franklin D. Roosevelt dijo que la felicidad reside en la alegría de los logros y la emoción del esfuerzo creativo. Ghandi sostenía que la felicidad se alcanza cuando lo que piensas, dices y haces están en armonía. 

Aunque se trata de una emoción agradable a la que todo los seres humanos aspiran, fomentar su aparición resulta también desafiante. “Todos queremos ser felices y estar bien sin haber definido previamente qué es la felicidad y el bienestar para cada uno de nosotros y para la sociedad en general. Esto va a dificultar que logremos alcanzar el objetivo”, indica Lecina Fernández, psicóloga clínica. Lee también

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Rocío Carmona

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Y no es el único obstáculo para intentar asentar el bienestar, más allá de las circunstancias, y que la felicidad destaque en nuestro espectro emocional.

¿Es lo mismo felicidad que bienestar?

Aspirar a ser feliz de forma constante es un imposible. “La felicidad es una emoción básica, la tenemos y compartimos todos los seres humanos. Se gestiona junto con las otras emociones como la ira, sorpresa, el miedo…”, explica Irene López, psicóloga y autora del libro Los 10 obstáculos que te impiden ser feliz (Alienta Editorial, 2021). 
En un marco más amplio se encuentra el bienestar, que está incluso relacionado con la salud. Según la OMS, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. “Se trata de un concepto global y general, realmente deberíamos emplear esta palabra en lugar de felicidad. Su búsqueda se corresponde con la correcta gestión de los estados emocionales, buenos y malos. Por lo que la felicidad sería solo una parte del bienestar. Coloquialmente o socialmente se interpretan como sinónimos. La felicidad es un estado, el bienestar sería la meta”, detalla López.

Aclarado el concepto, existen creencias de las que todo el mundo habla y que se interponen de forma evidente en alcanzar un estado de bienestar a nivel individual. Estas son las más comunes:

Los obstáculos

1. Empeñarse en ser feliz

Obcecarse en conseguir la felicidad puede ser uno de los obstáculos más evidentes para alcanzarla. Así lo manifestaba la actriz Bette Davis: “Descubrí que una forma segura de perder la felicidad es quererla a expensas de todo lo demás”. 

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Obcecarse en estar siempre bien acaba favoreciendo el malestar Getty

Este hecho está relacionado con el anhelo. “Tanto la felicidad como el bienestar anhelan constantemente un paso más del que ya han alcanzado. Esto favorece la infelicidad y el malestar, e impide disfrutar de la felicidad y bienestar logrado”, comenta Lecina Fernández.

Más allá del deseo, la experiencia vital está ligada de forma inherente a otros aspectos menos agradables, como el dolor o el malestar. “Vivir supone afrontar situaciones personales y las circunstancias del entorno. Es un desafío constante, que provoca estrés, ya sea positivo (como exigencias de logros de ser buen padre o madre, de ascenso laboral,…) o negativo (comentarios negativos, juicios tóxicos,…), dañando nuestra salud mental, física y social”, añade la psicóloga clínica, que invita a identificar dicho estrés, entender cómo funciona y aprender técnicas para gestionarlo. Bette DavisActriz

Entre ellas aconseja mantener el equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu, o yuxtaponer emociones. “Aunque estemos sintiendo emociones negativas, si nos esforzamos en buscar y sentir emociones positivas estas nos ayudarán a regular las negativas, a enfrentarnos a situaciones adversas, a elegir y usar habilidades y estrategias de afrontamiento para superar situaciones”, cuenta Fernández en su libro Ilusión Positiva. Una herramienta casi mágica para construir tu vida (Desclée de Brouwer, 2017).

2. Frustrarse continuamente

Ver las metas personales truncadas es algo habitual, y cuando las cosas no salen según esperábamos aparece la frustración. Esta respuesta emocional, asociada con estados desagradables como la vulnerabilidad o el enfado, se ha visto alimentada por la pandemia. “Hay que transmitir que la frustración forma parte de la conducta emocional de las personas. En el momento que una persona vive, existe la probabilidad de frustrarse ante una tarea difícil, una carencia, un obstáculo, una decepción,… y todo eso forma parte de la vida cotidiana”, señala Fernández.

El mayor problema de la frustración es su baja tolerancia, algo que ha aumentado en las últimas décadas y puede provocar una sensación crónica de este aspecto. “Parece que el desarrollo de la sociedad y su constante conducta de consumismo, unido al creciente individualismo y a la adicción o necesidad constante de felicidad (debido a una psicología positiva mal entendida), ha desencadenado en una baja tolerancia a la frustración en las personas”, continúa.

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Cuando las cosas no salen como esperábamos aparece la frustración y muchas personas la toleran mal  Getty Images/iStockphoto

Respecto a la frustración, además de evitar dejarse arrastrar por la emoción (dando un paseo, haciendo ejercicio o simplemente respirando), López propone la técnica de las cinco alternativas para aprender a manejarla. 

Consiste en crear cinco vías alternativas para conseguir llegar a un objetivo marcado. A cada una de ellas deben asociarse ventajas e inconvenientes. “No existe una solución ideal, lo importante de esta técnica es que ofrece un amplio abanico con ventajas e inconvenientes, y esto facilita que, cuando el plan A no sale, tienes preparadas las alternativas, un plan B, un plan C, un plan D, un plan E. Recuerda que abandonar el objetivo es una de las alternativas”.

3. Vivir dominado por el deseo

En occidente, la aspiración a un trabajo mejor, una casa mejor o una vida mejor es la tónica general en la sociedad. Intentar hacer las cosas desarrollando todas las capacidades personales es una cosa, y otra vivir gobernado por el deseo. 

“Se habla de que las últimas generaciones han tenido las cosas antes de haberlas deseado, mermando así, entre otras cosas, la libertad y la posibilidad de proyección. Con esta forma de educar se fomenta un perfil de sociedad con altos índices de vacío, malestar, ansiedad y depresión. Las personas están más pendientes de lo que carecen que de lo que tienen, y el resultado es la insatisfacción, la infelicidad y el malestar”, advierte Fernández.Lecina FernándezPsicóloga clínica

 La experta recomienda aplicar la educación en valores y la ilusión positiva. “Es una poderosa herramienta psicológica para el crecimiento personal y de entrenamiento para tolerar la frustración. Su éxito radica en que la persona se esfuerza y arriesga, aunque no tiene el cien por cien de seguridad ni garantía de que va a conseguir convertir la ilusión en realidad”, concluye Fernández.

4. Confiar demasiado en la resiliencia

Mucho se habla de resiliencia en el contexto actual. Se da por sentado que todos los individuos cuentan con una capacidad de reacción ante la adversidad manifiesta, cuando en realidad esta está determinada por diversos factores. De ahí, que cuando alguien no consigue sobreponerse ante una determinada circunstancia en la forma fugaz que la sociedad espera, pueden sobrevenir sentimientos de tristeza, frustración o decepción con uno mismo.

“Es frustrante e irreal, no todo el mundo tenemos esa capacidad que nos hacen creer, no todos podemos cambiar de la noche a la mañana al 200%, pero sí podemos cambiar igual un 10%. Eso sería suficiente”, matiza López.Lee también

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Según indica la autora, conocer las limitaciones personales y evitar comparaciones puede ayudar a sentar objetivos alcanzables. “Dar un giro de 360º es sumamente difícil y no lo vamos a conseguir. Sin embargo, el giro de 30º igual sí es factible y, desde él, pasar a 60º. Una vez que tengamos los 60º podemos seguir o decidir si queremos ese giro y es suficiente para nosotros”, añade.

5. Procrastinar por sistema

Aunque el refrán invita a no dejar nada para mañana, es habitual hacerlo. Es algo que le pasa a todo el mundo, sobre todo ante agendas desbordadas. 

“Cuando las metas son muy altas y las vemos inalcanzables, entramos en un estado de desesperanza y de falta de motivación. Por ende, procrastinamos, dejamos para mañana, pasado o al mes siguiente toda esa ejecución de la meta. El resultado, obviamente, vuelve a ser la frustración y, con ella, una baja autoestima y el ánimo deprimido”, comparte López. Según indica la psicóloga, la procrastinación en extremo se convierte en patología dentro de los trastornos de los estados de ánimo: ansiedad, depresión, etcétera.

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El primer paso para dejar de procrastinar es planificar de forma realista las tareasGetty

Existen métodos para evitar procrastinar, como organizar el día anterior las tareas a realizar. “No hace falta ser muy estricto, pero sí saber qué tareas básicas vas a hacer. Si tienes que llamar al médico y tienes miedo, ésa debe ser la primera tarea. Incluso puedes ponerte alarmas en el móvil para recordarlo”, comparte en su libro López

RECUPERADO DE: https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20210206/6225121/actitudes-ser-feliz.html

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Esto es lo que le pasa a tu ánimo y a tu cerebro cuando dejas el alcohol por completo. ESCRITO POR: Rocío Navarro Macías

Con confinamiento o sin él, en España el consumo de bebidas espirituosas está muy arraigado y socialmente aceptado. El estudio sobre el Consumo de riesgo de alcohol durante la pandemia, publicado por Salud Pública, enfatiza cómo ante una crisis, esta sustancia se ingiere también para sobrellevar emociones desagradables. “En este contexto, el alcohol puede ser utilizado por algunas personas para reducir la intensidad de su respuesta a la ansiedad, estrés o depresión”, indica la citada investigación.

No obstante, recurrir a bebidas alcohólicas para mejorar el estado de ánimo es contraproducente. “Hay una serie de cuestiones que se generan al ingerir el alcohol, entre las que destacan la desinhibición, una cierta euforia inicial, aunque realmente es un depresor del sistema nervioso, por lo que luego provoca todo lo contrario”, explica José Antonio Molina, doctor en psicología, profesor en la Universidad Complutense y autor de SOS tengo una adicción (Pirámide, 2011).Lee también Javier Ricou

18 - 04 - 2008 / Barcelona / Absentismo laboral los lunes por resaca del fin de semana / Foto: Llibert Teixido

Bien sea por las resacas, que con la edad pasan cada vez más factura, o porque el wellness ha calado en el estilo de vida, lo cierto es que muchas personas se deciden a cortar con el alcohol de forma definitiva o temporal, mediante iniciativas como el dry january  (enero seco) que comenzó hace unos años como una campaña impulsada por las autoridades sanitarias británicas y acabó por convertirse en un fenómeno en redes sociales que algunos toman como referencia para iniciar su particular “mes seco”, sea enero o no.

Huelga decir que el hecho de abandonar radicalmente el alcohol conlleva numerosos beneficios, pero también puede tener cierto peso sobre el estado de ánimo. Repasamos los motivos por los que pasar a ser abstemio puede agriar temporalmente el carácter sin necesidad de que quien la hace bebiera mucho antes de tomar tal decisión.

El alcohol y las emociones

Tomarse una copa de vino o una copa cuando las cosas se ponen difíciles es una escena común. Incluso el cine se ha encargado de reforzar este hábito para modular el estado de ánimo. Paradójicamente, el consumo de alcohol causa el resultado contrario. Aunque en un primer momento pueda desinhibir o provocar cierta euforia, en realidad esta sustancia es un depresor del sistema nervioso central. “Provoca que estemos bajos de ánimo, no en el momento de su consumo, sino posteriormente”, mantiene el experto en adicciones.

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Asociamos una cerveza o una copa de vino a momentos de relax y disfrute Getty Images/iStockphoto

De hecho, el alcohol sirve para que las emociones oscilen, pero no en el sentido deseado, ya que puede transformar la alegría en nerviosismo o depresión en cuestión de minutos. 

Pero ¿cómo un par de copas tienen el poder de despertar sensaciones opuestas? La respuesta está en que el alcohol afecta a diversos sistemas de neurotransmisores. “Esto hace que se pueda pasar de estados relacionados con la alegría, relajación, seguridad y felicidad al cansancio, la agresividad, inquietud o irritabilidad”, comparte Alexia de la Morena, doctora en neurociencias aplicadas y comportamiento humano y autora (junto a Gemma Sala Grau) del libro Secretos de tu cerebro (Kairós, 2020).

Se puede pasar rápidamente de la alegría y la relajación a la irritabilidad

Alexia de la MorenaDoctora en neurociencia

Una explicación fácil es que esta sustancia disminuye los niveles de serotonina en el cerebro, conocida como la hormona de la felicidad y, como consecuencia, aumenta la irritabilidad y la depresión.

El impacto en el cerebro

La experiencia de sensaciones antagónicas aumenta a medida que crece el consumo de alcohol. “Al comenzar a beber los centros cerebrales empiezan a deprimirse y se suprimen las partes racionales. Esto hace que disminuyan las tensiones e inhibiciones y el cerebro se sienta anestesiado”, comparte De la Morena. 

Esto despierta la espontaneidad, la impulsividad, la confianza e, incluso, el atractivo. Pero a medida que se avanza este proceso, también disminuye el sentido de la ética en la interacción social, aumenta la apatía, la irritabilidad, la tristeza y la agresividad. Por ejemplo, se puede partir de una sensación de euforia que se transforme en ansiedad y estrés.

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Al  beber se inhiben las partes racionales del cerebro y aumenta la espontaneidad y la impulsividad Getty Images/iStockphoto

Otro de los efectos que se produce en el cerebro es que el alcohol lo inflama e involucra a receptores (TLR4) del sistema inmunitario. “También se altera la mielina (sustancia que se encarga de la transmisión de los impulsos nerviosos y se produce la muerte neuronal”, explica De la Morena. 

El resultado es una alteración en las funciones cognitivas. En la práctica, puede verse a través de la pérdida de memoria, que puede ser inmediata y temporal, o a medio y largo plazo si el hábito se mantiene de forma crónica. “Se produce un déficit en los procesos básicos cognitivos, como la atención, la percepción y, sobre todo, una inestabilidad emocional, no solo a nivel cognitivo, sino también del propio cerebro”, añade Molina.

Los efectos “secundarios” de dejar el alcohol

Los neurotransmisores se reajustan

Al dejar el alcohol, los sistemas de neurotransmisores del cerebro recuperan, poco a poco, su equilibrio. Pero incluso quienes beben de forma moderada (entre una y tres bebidas a la semana), pueden acusar el reajuste en forma de patrones de sueño irregulares o cambios de humor. 

Un peaje temporal hasta que las conexiones vuelven a la normalidad y comienzan a sentirse los beneficios. “Mejora la actividad mental como consecuencia de que nuestros procesos cognitivos son más ágiles”, comenta la neuropsicóloga.

En quienes tienen más integrado el hábito (más de tres bebidas al día), el alcohol deja una huella más profunda que puede ir desde la agitación al insomnio. Una reacción que se deriva del exceso de actividad de los sistemas neurotransmisores que intentan equilibrar los efectos inhibidores del alcohol.

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Al dejar el alcohol puede aparecer irritabilidad e insomnio Getty Images/iStockphoto

Para ayudar a mitigar los efectos secundarios de la abstinencia, De la Morena propone acompañar esta con cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, reforzarse con pensamientos como “por una vez, tengo cero preocupaciones” o “no voy a dañarme”. “También les recomendaría una dieta equilibrada rica en antioxidantes, vitaminas, minerales, aceites Omega 3 y 6, cúrcuma…”, aconseja.

Además, un gran beneficio en quienes dejan de tomar bebidas alcohólicas es que entonces actúan de forma coherente con sus creencias. “Dejar de consumir una sustancia produce efectos desde el momento en el que se decide. Se eliminan conductas que están fuera de los propios principios o valores, lo que va a fomentar que te sientas mejor contigo mismo”, concluye Molina.

Enfrentarse a los problemas

Otra de las consecuencias que se producen al elegir una vida abstemia pasa por la toma de conciencia de aspectos personales difíciles o desafiantes. “El alcohol intenta tapar situaciones problemáticas; si lo quitamos, se hacen más evidentes”, sugiere Molina. 

Para manejar estos obstáculos el primer paso es identificarlos. A partir de ahí, el experto propone trabajar con diferentes técnicas de psicoterapia, como las de resolución de problemas. “De esta forma es posible enfrentarse a ellos y empezar a vivir emociones sin contaminarlas con el uso de una sustancia”, continúa.

El alcohol intenta tapar problemas; si lo quitamos, se hacen más evidentes

José Antonio MolinaPsicólogo

Otra de las áreas que hay que trabajar a nivel cerebral cuando se abandona el consumo de alcohol es el sistema de recompensa, ya que el alcohol lo activa. “Es importante estimularlo con otro tipo de actividades gratificantes que premien a la persona de manera natural, como el deporte u otras formas de ocio”, aconseja el psicólogo.

RECUPERADO DE: https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20210316/6375570/que-le-pasa-animo-cerebro-dejas-alcohol-completo.html

Trombos cerebrales sin plaquetas, la extraña dolencia por ver si se relaciona con la vacuna. ESCRITO POR: MARTIO VICIOSA

Las trombosis de senos venosos del cerebro son muy inhabituales, por eso ha llamado la atención que se hayan producido 11 casos en poco tiempo
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El segundo fin de semana de marzo, el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) conocieron el caso de un trombo en una persona vacunada contra la COVID-19 que sufrió, concretamente, trombosis venosa en el seno del cerebro.

Este episodio, por sí solo, no hubiera hecho saltar ninguna alerta si no fuera porque se ha detectado otra decena de trombos de este tipo en territorio europeo. En concreto, “entre tres y 14 días después” de la administración de la dosis de AstraZeneca, según la directora de la AEMPS María Jesús Lamas.

Tanto la OMS como la Agencia Europea del Medicamento (EMA) han recomendado no suspender la vacunación con AstraZeneca. No obstante, investigan estos casos concretos, en el contexto de una treintena de problemas de coagulación diferentes registrados tras la vacunación en distintos países.

Se da la circunstancia de que los trombos o problemas de coagulación no se han podido relacionar causalmente con la vacuna, pero sí con la covid. Hasta un 26 % de quien requiere ingreso en UCI termina desarrollando trombos. Y han visto trombosis asintomáticas en un 15 % de pacientes ingresados por coronavirus en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Qué son los trombos de senos venosos: Síntomas a los que prestar antención

Los síntomas de una trombosis de senos venosos del cerebro con falta de plaquetas pueden caracterizarse por:

  • Dolor de cabeza muy intenso, persistente a pesar de tomar analgésicos
  • Sangrados irregulares
  • Visión borrosa y mareos
  • Náuseas

El síntoma más frecuente de la trombosis de senos venosos cerebrales es la cefalea. José Miguel Láinez, Presidente de la Sociedad Española de Neurología, explica que este dolor de cabeza “puede tener un inicio súbito, y localizarse sólo a un lado de la cabeza y empeora al recostarse o realizar ejercicio”.

En la gran mayoría de los pacientes, este dolor, presente en el 90 % de los casso, “va a acompañado de otros síntomas similares a los de un ictus”.

Ante un cuadro así, habiéndose administrado la vacuna o no, es recomendable consultar lo antes posible con el médico, según ha señalado la EMA en un documento dirigido tanto a pacientes como a profesionales sanitarios.

“Generalmente y, si se trata a tiempo, los pacientes que padecen trombosis de senos venosos cerebrales tienen un pronóstico favorable”, precisa el doctor. Solo en los casos graves en los que se demore el tratamiento, puede generar discapacidad o tener un desenlace fatal.

Existe un Código Ictus, un protocolo de atención desde el inicio de síntomas hasta la hospitalización que ha hecho que “el pronóstico de esta enfermedad cada vez es mejor”, añade Láinez.

¿Tienen esos casos otro vínculo ajeno a la vacuna?

Según explica la agencia, los eventos que involucran coágulos de sangre, algunos con características inusuales como un bajo número de plaquetas, han ocurrido en un número muy pequeño de personas que recibieron la vacuna.

Se trata de ver si entre esos casos tan concretos de trombos cerebrales hay conexiones. Por ejemplo, precondiciones de salud comunes, algún tipo de enfermedad previa no diagnosticada o estaban bajo algún otro tratamiento. 

“La EMA está trabajando en estrecha colaboración con la empresa, con expertos en trastornos sanguíneos y con otras autoridades sanitarias, incluida la MHRA del Reino Unido, basándose en su experiencia con alrededor de 11 millones de dosis administradas de la vacuna”, independientemente de lotes concretos de la vacuna, explican.

A día 15 de marzo, han suspendido la vacunación con cualquier lote de AstraZeneca: EspañaDinamarca, Noruega, IslandiaItalia, Alemania y Francia.

RECUPERADO DE: https://www.newtral.es/que-son-trombos-cerebrales-plaquetas-vacuna/20210316/

Trastorno límite de la personalidad, cascadas emocionales y redes bayesianas temporales. ESCRITO POR: CARLOS PELTA

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es un trastorno psiquiátrico caracterizado por síntomas como inestabilidad afectiva, impulsividad, autolesiones y alteraciones de la identidad [1]. Este síndrome causa conductas como suicidio, autolesión no suicida (NSSI), dolor crónico, abuso de sustancias, atracones y violencia de género. La teoría pionera y quizás más completa del TLP ha sido la de Linehan [2]. Es una teoría biológica, psicológica y social que afirma que las personas con TLP desarrollan una vulnerabilidad emocional extrema.

Selby et al. [3] proponen en su Modelo de cascada emocional (MCE) que el ciclo de afecto negativo y rumiación (la cascada emocional) conduce a un comportamiento desregulado que funciona para distraer la atención de esta experiencia interna negativa.

La rumiación es típica en personas con TLP y predice un comportamiento desregulado. Es una forma de pensamiento repetitivo en la que los individuos centran su atención en estímulos emocionalmente relevantes. La rumiación suele magnificar el afecto negativo. Según el MCE, la relación recíproca entre el afecto negativo y el rumiativo origina procesos que resultan en una “cascada emocional”. La cascada emocional es iniciada por un evento que provoca una emoción. Este evento hace que el individuo rumie intensamente, aumentando la intensidad de la emoción. A medida que aumenta la intensidad de la emoción es más difícil escapar de la experiencia emocional prestando total atención al estímulo emocional. Luego, se genera un ciclo de retroalimentación positiva entre la rumiación y el afecto negativo. Existe un efecto sinérgico entre la rumiación y la emoción negativa que predice los comportamientos impulsivos típicos del TLP y que forman cascadas emocionales. Las cascadas emocionales crean un trastorno complejo que puede estar involucrado en la aparición del TLP.

La emergencia es el fenómeno por el cual un sistema complejo surge de la interacción de su red de componentes. En términos generales, existe una bidireccionalidad entre las cascadas emocionales y los síntomas del TLP.

Selby y col. [4] han propuesto un modelo de Red Bayesiana Temporal(RBT) [5] para examinar el MCE en una muestra de adolescentes y adultos jóvenes que se autolesionan activamente y que incluyen a aquellos con TLP.

RBT es una extensión de la técnica bayesiana que incorpora la dependencia temporal. Un modelo de RBT consta de varios grupos de nodos conectados, cada grupo correspondiente a un único paso temporal. Los grupos de nodos en diferentes pasos de tiempo están interconectados de la misma manera dentro de cada grupo. Las conexiones entre los conglomerados de nodos corresponden a la dependencia temporal de las variables, actualizando el conocimiento de otras variables mediante el cálculo de la distribución de probabilidad posterior sobre el resto de variables, dada la evidencia obtenida.

Se modelaron y utilizaron cuatro características centrales del MCE en la evaluación de la predicción del modelo: (a) la rumiación y la emoción negativa generan retroalimentación positiva entre sí, (b) generan retroalimentación positiva sobre sí mismos, (c) estas retroalimentaciones positivas provocan un comportamiento desregulado, y (d) el comportamiento desregulado reduce la rumiación y la emoción negativa.

Variables invariantes psiquiátricas se especificaron en los diagnósticos. Estas variables fueron el TLP, el trastorno depresivo mayor (TDM) y el trastorno de estrés postraumático (PSD), que se utilizaron para determinar la precisión predictiva del modelo de diagnóstico con respecto al TLP, la rumiación, la emoción negativa y la existencia de conductas desreguladas. A continuación, se evaluó la precisión predictiva basándose en datos del mundo real. Inicialmente se construyeron varios modelos provisionales. Para cada uno de los modelos, primero se generó una estructura de modelo utilizando nodos conectados causalmente correspondientes a la emoción negativa momentánea, rumiación y comportamiento desregulado, medido en cinco pasos de tiempo durante cada día, y que también incluía nodos correspondientes a los estados de diagnóstico de los participantes. El análisis de RBT sugirió que el MCE predijo el diagnóstico del TLP (con estimaciones de precisión de alrededor del 90%) y la predicción momentánea de rumiación, emoción negativa y conductas desreguladas con estimaciones de precisión superiores al 80% y alcanzando hasta el 100%, según el nivel seleccionado de predicción momentánea.

Referencias

[1] Frías, A. Vivir con el trastorno límite de la personalidad. Bilbao, Desclee de Brouwer, 2017.

[2] Linehan, M. Manual de tratamiento de los trastornos de personalidad límite. Barcelona, Paidós, 2003

[3] Selby, EA., Anestis, MD, Bender, TW y Joiner, TE. An exploration of the emotional cascade model in borderline personality disorder. Journal of Abnormal Psychology, 118(2): 375-87.

[4] Selby, E. et al. Temporal bayesian network modeling approach to evaluating the emotional cascade model of borderline personality disorder. Personality Disorders: Theory, Research and Treatment, 12(1): 39-50.

[5] Dean, T. y Kanazawa, K. Probabilistic temporal reasoning, AAAI-88 Proceedings: 524-28.

RECUPERADO DE: https://www.investigacionyciencia.es/blogs/psicologia-y-neurociencia/100/posts

Estilos atributivos: dime cómo explicas las cosas y te diré cómo te sientes. ESCRITO POR: Psicología Devidamente

¿Sabes qué es lo que hacemos desde en minuto uno de nacer? Aprender. Realmente aprendemos incluso antes de nacer. ¿Sabías que el desarrollo del lenguaje ya pieza ya estando en el útero?

Somos una máquina inagotable de procesamiento de la información. Continuamente procesamos lo que nos rodea. Necesitamos entenderlo para poder adaptarnos e interacciones con nuestro entorno.

Y aprendemos principalmente por asociación y por consecuencias, propias o ajenas. Dicho de otro modo, en ese aprender a explicarnos como funciona esto de vivir, continuamente estamos buscando el binomio causa-efecto. Siguiendo a Heider, las personas actuamos como “‘científicos ingenuos”. “Estudiamos” sin parar todo lo que nos rodea para tratar de entenderlo y explicarlo.

¿Qué es lo importante? ¿Qué ocurre o debería ocurrir? ¿Por qué ocurre? Sin darnos cuenta, son grandes preguntas en las que andamos a vueltas desde ese minuto uno. Y en esa tarea, y cada cual en función de sus “maestros” y del entono que le toca vivir, saca sus propias conclusiones y va creando su estilo atributivo.

¿Qué son los estilos atributivos?

Teniendo en cuenta que la atribución hace referencia a la explicación sobre la causas de que algo ocurra, ya sean causas internas o externas, con estilo atributivo nos referimos a la tendencia que cada uno tenemos a la hora de explicar lo que ocurre, en base a una causas u otras.

¿A qué tipo de causas se suele atribuir lo que ocurre? Lo que vamos a plantear en gran medida deriva de la teoría de la atribución causal de Bernard Weiner. En este sentido, organizamos las causas en base a 3 factores o dimensiones.

1. Locus de control: dónde se localiza la causa

Así, la causa puede ser Interna, es decir se debe a algo propio de la persona, o puede ser Externa.

Decir que “he aprobado porque me he esforzado y he estudiado mucho”, supone atribuir la causa a algo interno, a una cualidad , la esfuerzo. Por otra parte, si “he aprobado porque el examen era muy fácil”, supone atribuir la caso a una variable externa, en este caso, que el examen era fácil, que también podría haber sido a la suerte, buena o mala, a la conjunción de los astros…

2. Temporalidad

Este factor hace referencia a si las causas son Estables o Inestables.

Si la causa es estable, se asume que esa causa siempre estará presente y por lo tanto siempre ocurrirá lo mismo. Por el contrario, si la causa se considera inestable, lo que se está asumiendo es que lo que ha ocurrido no tiene por qué volver a ocurrir.

Por ejemplo, “seguro que sacaré igual todo los exámenes”, nos dice que lo ocurrido volverá a ocurrir, plantea una escenario estable respecto a lo ocurrido. Ante el mismo hecho, se puede establecer un escenario inestable, “esta vez lo he conseguido, pero no seré capaz para el próximo examen”

3. Elemento situacional

Con este factor se alude a las situaciones en los que la causa es válida.

De ese modo, una causa, lo ocurrido puede se Global, de manera que estará presente en todas las situaciones, o bien pues ser Específica, y por lo tanto solo únicamente se hace referencia a una situación particular.

“Estudie lo que estudie, no lo conseguiré”, deja claro que lo ocurrido, lo que ocurre será global y da igual lo que se estudie, donde se estudie, el resultado sería el mismo. “Las matemáticas creo que me cuestan especialmente, con biología me costaría menos”. Bien sea porque la biología le resulte más interesante, entretenida… el caso es que las dificultades para estudiar se centran en matemáticas

Seguro que a medida que se ha ido leyendo, ha surgido una pregunta: ¿no están relacionados los tres factores? La respuesta, como no podía ser de otro modo, es que por supuesto que están relacionados. Los estilos atributivos de una personas son congruentes en sí mismos. Cosa distinta es que sean congruentes cuando se ponen en tela de juicio.

¿Cómo nos influyen los estilos atributivos?

Desde los estudios y la teoría de Heider (Teoría de la Atribución), hasta las investigaciones de Martin Seligman que derivaron en la Teoría de la Indefensión para explicar la depresión y sus posteriores reformulaciones en 1975 (Abramson, Seligman y Teasdale), el constructor teórico de la Atribuciones ha ido cobrando la relevancia que se merece.

En concreto, la percepción de incontrolabilidad, o lo que es lo mismo, la percepción de que lo que se haga o no se haga, no tiene relación con lo que ocurre, tiene un peso importante en la estructura cognitiva presente en los trastornos del ánimo y la depresión.

Realmente es más bien la explicación que se le da a esa percepción de incontrolabilidad, la que explica la desesperanza que se relacionada con los trastornos del estado de ánimo.

Entre otras muchas teorías y autores, esas investigaciones sentaron las bases y pusieron de relieve la importancia de las atribuciones y de los estilos atributivos. Si bien no lo explican todo, si que tienen mucho que decir en trastornos como la depresión, la ansiedad…

Y tú: ¿qué estilo tienes?

Responder a esta pregunta supone cuestionarse qué teoría nos hemos construido para entender y explicar porqué ocurren las cosas y cómo “debemos” actuar.

El estilo atributivo que cada cual ha aprendido sin duda determinará que decisiones tome y como afronte su día a día. Para ayudarnos a concretar como tendemos a atribuir las causas de lo que ocurre a nuestro alrededor, es importante incorporar una nueva variable y observar cómo explicamos los éxitos o los fracasos.

Si tomamos esta tabla como referencia, ¿qué casillas marcarías ante lo positivo (un éxito) y ante negativo (un fracaso) que ocurre en tu vida?

Tabla de estilos atributivos

Aunque principalmente se ha investigado y asociado con la depresión y trastornos del estado de ánimo y con cuadros de ansiedad, conocer nuestro estilo atributivo es igualmente una herramienta útil para conocer gestionamos nuestro día a día, y en definitiva de gestión de la propia vida.

Atribuciones y estado de ánimo: ¿cómo se relaciona?

Antes de continuar, es importante destacar que no todo se puede resumir ni explicar sobre la base de los estilos atributivos, las personas somos mucho más complejas y ricas como para resumirnos en un estilo atributivo.

Sin embargo, multitud de casos y nuestra experiencia en la clínica ponen de relieve que normalmente la depresión aparece asociada a un determinado estilo atributivo como el siguiente.

Los éxitos, los hechos positivos, se tienden a explicar en base a causas externas, específicas e inestables. Es decir:

  • Causas Externas: Ocurre por algo externo a la persona. El azar, que era una “buena persona”, la prueba era fácil, le hicieron un favor, etcétera.
  • Causas Específicas: Es decir, ha ocurrido concretamente es esa situación, con ese examen, con esa persona
  • Causas Inestables: Se tiene a considerar que lo positivo no volverá a ocurrir.

Por el contrario, los hechos negativos, se atribuyen a:

  • Causas internas: Lo negativo se explica por algo interno, por alguna cualidad interna negativa.
  • Causas globales: Lo ocurrido ocurrirá con otras personas, en otras situaciones…
  • Causas estables: Ahora que se debe a algo interno, siempre será así.

Por lo tanto, es importante que prestemos atención a nuestro estilo atributivo. Si observas que tienes a responsabilizarte de lo negativo pero no de lo positivo, y a considerar que eso ocurrirá siempre y en todo lugar, es probable que la desesperanza aparezca, y desde luego, no es una buena compañera de vida.

No solemos darnos cuenta de la cantidad de información que despreciamos, y como sesgamos la manera de percibir lo que nos ocurre. Tendemos a replicar una y otra vez la forma en la que hemos aprendido a interpretar las cosas. Por eso, es importante conocer cuáles son nuestras hipótesis explicativas, nuestros estilos atributivos, y aprender a revisarlos y ponerlos en tela de juicio.

RECUPERADO DE: https://psicologiaymente.com/psicologia/estilos-atributivos-como-te-sientes

Inteligencia emocional en la vida cotidiana. ESCRITO POR: Centro de Psicología Matía

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la manera en la que nos enfrentamos al mundo y a nosotros mismos, la mejor forma de conocernos y conocer nuestro entorno. Es un conjunto de habilidades que hacen que la persona se relacione mejor o peor con los demás y consigo mismo. La importancia de manejar las emociones es la base de la inteligencia emocional si podemos comprenderlas, podemos también modificarlas e incluso anticiparnos a ellas.

Por ejemplo, sabiendo reconocer la emoción, gestionándola a tiempo, estamos capacitados para detener estados de depresión, ansiedad, enfado, frustración… Al ser capaces de reconocer las emociones y de comprenderlas, seremos capaces de controlarlas en nosotros y en las personas que nos rodean en nuestro ambiente personal y laboral, con lo que además, se puede convertir en una excelente herramienta para ayudar a los demás.

Numerosos estudios demuestran que la inteligencia emocional está directamente relacionada con él éxito y la sensación de bienestar. Las personas con una inteligencia emocional muy desarrollada se adaptan fácilmente a su entorno, aprenden deprisa y saben trabajar muy bien en equipo, por lo que son personas con grandes habilidades sociales, muy motivadas, creativas, seguras, con una buena autoestima. Afrontan muy bien las críticas y saben cómo y cuándo decir un “no” oportuno y necesario, de manera asertiva.

Muchos son los beneficios de desarrollar esta capacidad, y por ello es importarte empezar a entrenarla desde pequeños. Esto nos ayudara a mejorar la concentración y la capacidad de aprendizaje, a conocernos a nosotros mismos mejor y a desarrollar una gran empatía con los demás, por lo que nuestras relaciones sociales serán mas satisfactorias y estaremos más motivados en general. Por supuesto, es una gran ayuda frente a los cambios, ya que el hecho de tener más inteligencia emocional marcara la diferencia de ser más o menos resiliente ante una adversidad.

Como es algo que afecta directamente a nuestra vida y a nuestro bienestar, incluso a nuestra salud mental, no le damos la importancia que merece, pero quizás hay que prestarle incluso más atención que otras cuestiones como aprender idiomas, practicar deporte o estudiar, ya que resulta ser la base para todo.

Cómo entrenar la inteligencia emocional

La inteligencia emocional puede ser algo innato de la persona, pero también es algo que se puede entrenar desde pequeños o ya de adultos a través de diferentes técnicas y estrategias.

Es más fácil entrenar cuando somos pequeños, ya que en esta etapa contamos con una mayor capacidad de aprendizaje y con una mente mucho más abierta. Somos mas flexibles psicológicamente.

Con el entrenamiento en inteligencia emocional puedes ayudar a los pequeños a superar las típicas rabietas, tolerando mejor los fracasos y las frustraciones, acostumbrarles a que se centren en la búsqueda de soluciones, en lugar de bloquearse ante un problema; a luchar contra los miedos, enseñándoles a manejar sus emociones, primero detectándolas, comprendiéndolas y luego buscando un remedio mediante juegos.

Para ellos será un juego divertido, que según crezcan les irá ayudando a autocontrolarse, relajarse, a prestar más atención y a conseguir sus objetivos, tanto en la vida, como en el mundo laboral.

Lo primero es identificar la emoción en nosotros o en otras personas. Somos seres emocionales desde que nacemos, y por eso es importante saber reconocerlas. Es importante también saber conectar con esas emociones, no rechazarlas, no reprimirlas, pues si las reprimimos se manifestarán a lo largo de nuestras vidas. En cuanto reconozcas una emoción es importante que la aceptes, pues las emociones no son ni buenas ni malas, son adaptativas y son automáticas ante un estimulo que acontece.

Cada emoción prepara a nuestro organismo para una clase distinta de respuesta. Por ejemplo, con la ira el ritmo cardiaco aumenta y se dispara la adrenalina, para aumentar la energía disponible; así el cuerpo esta preparado para una acción vigorosa. Sin embargo, con el miedo la sangre se va hacia las piernas para poder huir y tu cuerpo empieza a desarrollar una alerta general. A veces puede ser una emoción confusa o fruto de varias emociones, pero debes reconocer la emoción principal en cada escenario. Por ejemplo; ¿es rabia o angustia? A veces parecemos enfadados y lo que estamos realmente es preocupado o angustiados. La emoción es inmediata, es instantánea.

Sé consciente de las implicaciones negativas de las emociones que sientas. ¿En qué te perjudica sentirte así? Averigua la causa, ¿cuál fue la situación detonante que te hace sentir así?

Tener conciencia de uno mismo, conocer las emociones y manejarlas, reconocer en los demás sus emociones; la empatia y asi manejar mejor las relaciones. Pregunta, interésate por lo que le ocurre. Siempre hay una razón para todo, practica la empatía.

Encuentra la razón de esa conducta en los demás o en ti mismo/a. Desconecta al menos unas horas. Tecnológicamente, socialmente y laboralmente. Intenta dejar tu mente en blanco y relajarte. Dedícate a ti. Tomar decisiones o buscar soluciones para evitar las situaciones que generan esa emoción.

Estudiar la estrategia de cómo hacerlo, también puede ser un pensamiento positivo. Aprende a decir que no de forma positiva añadiendo una alternativa amable. Puedes rechazar cualquier propuesta, sin herir las emociones de otra persona. Mantén la distancia con las personas que te generan una influencia negativa, sino puedes ayudarlas, aléjate. Entrenar desde hoy tus habilidades emocionales con un entrenamiento en inteligencia emocional es básico para los tiempos que vivimos.

RECUPERADO DE: https://psicologiaymente.com/psicologia/inteligencia-emocional-vida-cotidiana

El valor de las emociones. ESCRITO POR Lara Tormo

¿Cuál es el valor de las emociones?

Las emociones son respuestas que tenemos ante eventos, pero precedidas por cogniciones que pueden ser más o menos conscientes. Por tanto, las emociones tienen, en cierto sentido, una dimensión cognitiva, puesto que implican pensamientos, creencias, juicios y evaluaciones.

Estas son fundamentales, porque sin ellas no podríamos recordar, aprender ni tener relaciones sociales… Su función era muy adaptativa y útil para nuestros ancestros porque si venía un animal depredador, sentían miedo y salían corriendo.

Pero, a día de hoy… tenemos que saber qué hacer con nuestras emociones en cada situación porque, por ejemplo, no podemos salir corriendo si nos da miedo que nuestro jefe nos eche de nuestro puesto de trabajo. Y, además, vivimos en un mundo tan rápido que no tenemos el tiempo ni el espacio para darle a las emociones y atenderlas…. Es entonces cuando se perpetúan, se vuelven crónicas y aparece el sufrimiento.

Estas desarrollan expresiones fisiológicas y van acompañadas de reacciones de placer o dolor según la valencia que se le dé en relación al afrontamiento que se haga. Y por ello, dependiendo de cómo surja todo lo anterior, finalmente las emociones inducen a realizar determinadas acciones; dependiendo de cómo nos las tomemos y gestionemos.

¿Buenas o malas? Los juicios

Normalmente siempre hemos asociado determinadas emociones a aspectos negativos y otras, a aspectos positivos. Pero realmente lo hemos realizado así por la manera en la que valoramos esas emociones o las gestionamos. No nos enseñan cómo gestionar la ansiedad o la tristeza cuando realmente son igual de valiosas que la alegría y la sorpresa.

Normalmente nos angustiamos cuando sentimos “emociones negativas” por el hecho de no saber darles espacio… Simplemente intentamos evitarlas y no entrar en ellas; es entonces cuando se hacen más grandes, más intensas…

Normalmente nos resistimos a sentir ciertas emociones porque tenemos ciertas ideas preconcebidas sobre nosotros mismos pero que son idealizadas y no reales. Esta manera de afrontar las emociones, fomenta la seguridad a corto plazo, pero a la larga puede causar deterioro, inmovilidad y frustración.

Emociones básicas

Aunque el universo emocional de los humanos es amplio y complejo (se ha escrito mucho sobre ello en los últimos años en campos como la psicología o la medicina) vamos a centrarnos en cuatro emociones básicas y universales relacionadas con el estrés: el miedo, la rabia, la tristeza y la alegría. A continuación resumimos sus manifestaciones, expresión, utilidad, limitaciones, enfoque temporal y distorsiones.

  • Miedo: nos ayuda a discernir peligros, huir de peligros, proteger a seres queridos, planificar y prepararse y precaución.
  • Rabia: defender a tus seres queridos y a los derechos, establecer límites, afrontar peligros y enemigos, competitividad, superarse y arriesgarse.
  • Tristeza: asumir pérdidas, curar heridas psicológicas, pedir ayuda y dar ayuda, reflexionar, y aprender de los errores.
  • Alegría: nutrir, crecer, desarrollar, crear vínculos sociales, creatividad, participar, innovar, descubrir, motivar y esforzarse.

¿Qué hacer con las emociones?

Para la gestión emocional es esencial, en un primer lugar, trabajarnos los prejuicios que tenemos ante ciertas emociones. Porque si nos anclamos en el pensamiento y en la autoexigencia de que no podemos sentir ciertas emociones, no podremos avanzar.

Muchas veces nos anclamos y bloqueamos con ciertas emociones porque queremos encontrar motivos de por qué nos aparece, desde un lugar de enfado. Y esto tiene que ver con el sentido de identidad porque tenemos unas ideas preconcebidas de nosotros mismas y, por ejemplo … si un día aparece la ansiedad en una persona que se cree fuerte, no se permitirá sentirla.

Detrás de cada emoción hay un mensaje. Las emociones aparecen como reacción de lo que estamos viviendo, por ello… hay que prestar especial atención a estos procesos y atender a lo que nos ocurre por dentro. Preguntarnos qué nos quiere decir dicha emoción, por qué nos está apareciendo en ese momento.

Solo desde aquí es desde donde podemos transformar las emociones hacia un lugar donde se pueden entender mejor las cosas. Porque las emociones son vehículos excelentes hacia el cambio. Nos ayudan a crecer y tener mejores ideas de quienes somos. Cuando nos responsabilizamos de ellas, aunque haya cierto riesgo a corto plazo… a largo plazo se dará la rosperidad, resiliencia, salud y el bienestar.

Pero esto comentado anteriormente solo se podrá llevar a cabo cuando sepamos realizar una buena gestión de las emociones, confiando así en nuestros recursos para atravesar la incomodidad de este proceso. Porque las crisis y el sufrimiento (en condiciones de seguirdad), pueden hacer transofrmar el dolor en resiliencia, salud y bienestar.

Estrategias para la gestión emocional

El paso principal para poder llevar una buena gestión emocional es no reaccionar, sino responder con consciencia y calma ante ellas. Por ello son necesarios los siguientes pasos:

1. Crear una pausa entre estimulo y respuesta

Esto ayuda a no reaccionar de manera impulsiva, sino hacer este proceso con más calma y pausa… para poder decidir libremente cómo y con qué recursos actuar y no responder de manera automática.

2. Orientar la atención hacia adentro

Es recomendable orientar la atención hacia lo que se está moviendo dentro de uno y ver realmente qué estamos sintiendo, ponerle nombre, reconocerlo.

3. Entender por qué estamos sintiendo dicha emoción

Encontrarle la utilidad y qué mensaje nos quiere decir dicha emoción.

4. Aceptar que estamos teniendo esa emoción y todos sus matices

Solo desde la aceptación y no desde la resistencia, es desde donde puede surgir el cambio y el desarrollo.

5. Modular la respuesta

¿Qué podemos hacer con esto, para sentirnos mejor? Aplicar la transformancia. Cada emoción y proceso emocional tendrá su mejor respuesta para cada persona y contexto.

Según el contexto y con especial cuidado podemos atender al efecto de la emoción y de su expresión tanto en uno mismo, como en los demás. Solo así podremos decidir qué emociones queremos expresar y con quién queremos hacerlo.

Finalmente, aquellas que no queramos expresar, las dejaremos pasar hasta que se debiliten, intentando utilizar las estrategias que más nos convengan y ayuden a atravesar dicha incomodidad (una actividad placentera o relajante, la respiración, la meditación, socializar, desfogar con deporte, etc).

RECUPERADO DE: https://psicologiaymente.com/psicologia/valor-de-emociones

Por qué a la gente le gusta el ASMR: su psicología explicada. ESCRITO POR: A.N

Te acurrucas en tu cama por la noche, te pones los cascos y esperas para poder relajarte. En lugar de escuchar música, sonidos profundos o incluso poner una aplicación para meditar, lo que vas a escuchar es algo diferente: en el vídeo, un desconocido se acerca a un micrófono y comienza a susurrar, hacer ruidos con la boca (masticar, hacer pompas), cepillarse el pelo o utilizar sus uñas o dedos para golpear el micrófono. Eso se llama ASMR y, aunque pueda parecer raro, miles de personas en todo el mundo pagan incluso por escucharlo. 

ASMR (siglas de Respuesta Autónoma Sensorial Meridiana) se refiere a un fenómeno en el que los sonidos suaves, como los susurros, provocan un efecto de hormigueo o relajación en el oyente. En muchas ocasiones se utiliza para que el que lo escucha pueda dormir. Se ha convertido en una subcultura en YouTube. A veces, el que está al otro lado del micrófono no es más que un niño el que lo hace. Más allá de la dudosa moralidad que esconde esta especie de explotación infantil, los que se ganan la vida haciéndolo pueden llegar a convertirse en millonarios. Es el caso de Makenna Kelly, de 13 años, que cuenta con 1.3 millones de seguidores en su canal y puede generar más de 1000 euros en ingresos publicitarios. 

Este tipo de vídeos distraen al que los ve de sus malos pensamientos, además, les da una falsa sensación de atención personal

El ASMR surgió en 2007. Algunos apuntan que en la novela ‘La señora Dalloway’ de Virginia Wolf se incluye un pasaje que bien podría hablar de una sensación parecida a la experimentada mediante el ASMR: un enfermero le habla a su paciente “de manera profunda, suave, como un órgano suave, pero con una dureza en su voz parecida a la de un grillo, que hace que recorra por su espalda una sensación de cosquilleo deliciosa y corra hacia su cerebro causando un sonido armonioso”. Como una imagen vale más que mil palabras, ahí va un ejemplo. 

¿Te ha gustado? ¿Te ha dado repelús? Según cuenta el doctor John Cline en ‘Psychology Today‘: “Estos vídeos, al igual que las técnicas de comportamiento cognitivo, como la relajación guiada y la meditación, distraen al espectador de pensamientos preocupantes al proporcionar un conjunto de sonidos reconfortantes y familiares. También les da la sensación de ser atendidosdirectamente a pesar de que el espectador individual es quizás uno de los cientos o miles de personas que están mirando el vídeo”, en general, según los estudios realizados hasta la fecha, los espectadores recurren a estos vídeos para relajarse, aliviar la depresión o el insomnio. 

De hecho, un estudio de 2015 llegó a la conclusión de que, en una muestra amplia de hombres y mujeres que consumían ASMR, el 98% lo hacía para relajarse, el 82% con idea de luchar contra el insomnio y otro 82% también para librarse del estrés, según Cline. Lo que preferían eran los susurros, la atención personal o los movimientos lentos y repetitivos, aunque no todo el mundo respondió a los mismos estímulos. 

Según un estudio, las personas a las que les gusta escuchar ASMR sacaban puntuaciones significativamente más altas en apertura a la experiencia y neuroticismo

En otra investigación llevada a cabo en 2017 se decidieron analizar las características de personalidad que son proclives a sentir cosquilleos y relajación durante la ASMR. Se descubrió que, por lo general, estas personas sacaban puntuaciones significativamente más altas en apertura a la experiencia y neuroticismo, así como niveles más bajos de escrupulosidad, extraversión y amabilidad. Las puntuaciones más altas en la escala de apertura a la experiencia indicaron que las personas que experimentan ASMR tienen mayor sensibilidad y receptividad a las sensaciones. En general, con base en estos resultados, parece que la ASMR se asocia con rasgos de personalidad específicos. Esto puede ayudar a explicar por qué algunas personas la experimentan más profundamente que otras. 

“En resumen, la ASMR puede tener alguna aplicación en el tratamiento del insomnio para algunas personas, y será necesario investigar más para ver si, y para quién, es realmente eficaz” explica el doctor. Mientras tanto, si tú eres una de esas personas que disfrutan escuchando sonidos relajantes con unos cascos, quizá estos estudios te hayan aportado un poco de luz sobre por qué lo hacen.

RECUPERADO DE: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-03-01/gente-youtube-asmr-ruidos-psicologia-explicada_2965652/

Alta demanda de profesionales en Psicología General Sanitaria. ESCRITO POR: MAITE SAÉNZ

La actual crisis sanitaria está desencadenando también una crisis emocional que también acelera la que la OMS ya consideraba, en tiempos pre-Covid, la gran pandemia del siglo XXI. Ansiedad, miedo, tristeza y desesperanza son estados anímicos que se desencadenan ante momentos de incertidumbre y que necesitan de comprensión, escucha y esperanza. A la salud mental se le da cada vez más importancia porque cada vez somos más conscientes de que estar bien psicológicamente es necesario para tener una vida sana.

Uno de los colectivos profesionales que, por este motivo, están viendo incrementada su demanda en el mercado laboral es el de los expertos en atención psicológica. Los Máster en Psicología General Sanitaria están viendo incrementar su número de alumnos con personas que han optado por seguir formándose para poder acceder a un abanico de puestos laborales más amplios.

Todo lo que debes saber sobre la psicología general sanitaria

Como menciona el explorador académico OTONAUTA, la opción más recomendada para formarse en este ámbito es realizar un Máster en Psicología General Sanitaria,puesto que es una de las titulaciones más completas al tocar numerosas aristas. Esta disciplina va mucho más allá de una simple disciplina médica, puesto que investigar, evaluar y realizar intervenciones psicológicas sobre aspectos del comportamiento serán algunas de las funciones que se instauren en el día a día del futuro profesional.

Entre otras tareas, el psicólogo general sanitario se encarga de analizar y usar las fuentes de información clínica, estudiar en profundidad la naturaleza psicológica del comportamiento, así como los trastornos y los factores sociales y biológicos causantes de ciertas enfermedades, y valorar la información obtenida para resolver el problema. Este profesional también es el encargado de derivar al paciente al especialista correspondiente.

Entre las universidades que imparten este máster, podemos destacar:

  • Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
  • Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
  • Universidad Complutense de Madrid (UCM)
  • Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
  • Universidad Internacional de Valencia (VIU)
  • Universidad Isabel I

En cuanto a dónde se puede ejercer dicha profesión, puede ser tanto en el sector privado como en el sector público; en este último siempre que no se realicen prestaciones sanitarias derivadas de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud. Por otro lado, si hablamos del salario medio, en nuestro país oscila entre los 18 000 y los 21 000 euros brutos al año.

La red de redes ha traído muchas ventajas de la mano, y una de ellas es desde la comodidad de casa poder encontrar la opción académica o laboral que más se adapte a las características de cada individuo. En estos tiempos de crisis la formación debe ser una constante, y ahí es donde los máster tiene especial relevancia a la hora de que el estudiante tenga más opciones de encontrar una salida laboral acorde a sus conocimientos.

RECUPERADO DE: https://www.observatoriorh.com/orh-posts/alta-demanda-de-profesionales-en-psicologia-general-sanitaria.html

Psicología de la Moda; una disciplina más allá de lo superficial. ESCRITO POR: VALERIA TUIRAN

¿Cuántas veces nos hemos mirado al espejo y no nos ha gustado lo que vemos reflejado en él?, ¿cuántos han sido los días en que nos sentimos proyectados pero infortunadamente críticas externas logran minimizarnos?; hacernos este tipo de preguntas sin duda nos transportan a situaciones en las que el miedo y el inconformismo propio han tomado el completo control de nuestras emociones, haciéndonos entender lo mucho que nos falta por conocernos, explorarnos y exaltar sobre manera todas y cada una de las cualidades que tenemos para ofrecerle al mundo.

Todo lo anterior guarda una estrecha relación con la Psicología de la Moda, una ciencia que aunque es poco conocida socialmente, demuestra ser un estudio o tratamiento de cómo el color, la imagen y la belleza, afectan el comportamiento humano en todos los ámbitos; sabemos que la moda impacta de una manera fuerte y directa en todas las personas desde su autoconcepto y autoestima.

En diálogo con Diario LA LIBERTAD, Sara Rodríguez Palacio, Psicóloga de Moda, nos cuenta que esta ciencia nace desde la necesidad principal de hacer un énfasis en la salud y bienestar mental a partir de esta industria; despertando en cada individuo el fenómeno psicológico ‘cognición invertida’, el cual nos hace tomar atributo sobre una prenda específica haciéndonos sentir de determinada manera al momento de usarla.

“El amor propio no es sinónimo de conformismo”

Se ha visto que muchas personas tocan este tema de una forma bastante superficial, sin resaltar la importancia e impacto que este puede tener en nuestra sociedad y en la salud emocional de cada ser. Es necesario reconocer que esta disciplina invita a hacer conciencia sobre la manera profunda de entender nuestro cuerpo; sus características particulares, esas que en ocasiones han sido menospreciadas incluso por nosotros mismos; permitiendo tomar acción sobre ellas y utilizando la moda como una herramienta para exaltar o disimular aquello que por alguna razón causa incomodidad, teniendo siempre como fin, proyectar lo que realmente somos de una forma sana y coherente, sin dejar de trabajar en el crecimiento personal.

“Siempre he dicho que debemos amar nuestra esencia y lo que realmente somos, pero hay que tener algo muy claro, y es que el amor propio no es sinónimo de conformismo, el amor propio es tomar la decisión de mejorar cada día por nuestro bienestar; entender que si hay algo que no nos gusta, y queremos vernos de una manera diferente, hay que bregar en ello, salir de nuestra zona de confort. Todo esto nos conduce a ser personas saludables de manera integral, tanto física, como emocionalmente, y eso es algo que no tiene precio”, dijo la experta.

Incluir la Psicología de la Moda en nuestra cotidianidad es darle paso a nuevos cambios sin la necesidad de perder nuestra identidad o estilo propio; es imposible dejar de lado todas las cosas positivas que nos ofrece a la hora de querer proyectar de una mejor forma nuestra imagen, recordemos que una de las funciones físicas y mentales de las prendas es hacernos sentir seguros, capaces, únicos y aceptados, pues la mayoría de veces las personas se visten para lograr un objetivo.

Agregando, que este es un tema que debería de tomarse en serio en la actualidad, sobre todo porque la industria de la moda está presente de manera habitual en la pubertad, una etapa importante en donde el autoconocimiento juega un papel fundamental, pues una vez que cada individuo sepa con total claridad ¿quién es?, ¿qué le gusta?, ¿qué quiere? y lo que realmente necesita, evitará desde cualquier punto la posibilidad de desencadenar los diferentes trastornos o problemas emocionales que se desarrollan frecuentemente a esta edad; todo esto sin cerrar la alternativa a que malas referencias tengan alguna influencia sobre sus próximas decisiones.

“Hoy quiero invitar a todas las personas a que hagan un proceso de reflexión en el que logran conocerse un poco más; desarrollar la psicología de la moda cambia vidas, pensamientos y energías, cuando se hace este cambio todo surge para bien. Es momento de empezar a construir una mejor versión de lo que ya somos”, fue el mensaje que quiso enviarle la psicóloga a todos los lectores.

Los colores comunican

Adentrándonos un poco más en los atuendos, la experta nos compartió varias recomendaciones para tener en cuenta a la hora de escoger los colores que se deben usar, según lo que se quiere proyectar:

Si buscamos vernos confiables o seguros ante los demás, el azul es el color perfecto para transmitir este tipo de emociones, ya que en presencia de este tono, el cerebro produce 11 hormonas tranquilizantes que desarrollan estas sensaciones; asimismo, si estamos a punto de adentrarnos a un situación de conflictos o lucha, el rosado es el indicado para generar un estado de paz gracias a la calidez y tranquilidad que representa. Tonos como el negro o rojo, se asocian con el drama, aunque dependiendo del contexto, pueden transmitir sexualidad y elegancia.

También nos compartió algunas ideas significativas acerca de la forma adecuada de vestirse al momento de asistir a una entrevista de trabajo; vestuarios que sin duda hablaran muy bien de la personalidad del individuo sin necesidad de que se genere ningún tipo de juicio en su contra; los pantalones elegantes con colores como el blanco, negro, palo rosa. caqui o tonos azules, siempre serán una correcta elección, complementando la prenda con una camisa elegante y evitando que esta tenga transparencias, encajes o cualquier tipo de complemento que pueda desviar la atención del entrevistador; aconsejando que las zonas en las que se puede ser un poco arriesgadas son los labios y el calzado.

“Tengamos siempre en cuenta que la imagen de cada persona es su carta personal de presentación ante el mundo, con la ropa que llevamos puesta estamos dando un mensaje; si cuidamos de aquello que nos representa vamos a poder proyectar de gran manera aspectos positivos no solo como nos vemos físicamente, sino cómo nos sentimos emocionalmente con lo que somos”, concluyó.

RECUPERADO DE: https://diariolalibertad.com/sitio/2021/03/12/psicologia-de-la-moda-una-disciplina-mas-alla-de-lo-superficial/