Autismo y trastornos psiquiátricos cuando llegan a la universidad – Neuropsicología Bogotá

Por: David Aparicio

José Ramón Alonso analiza para Autismo Diario, datos recientes sobre el riesgo que tienen los adultos jóvenes con autismo de sufrir de algún trastorno mental y también da algunas recomendaciones de prevención:

Aquellos con un TEA tenían una probabilidad de un diagnóstico psiquiátrico cinco veces mayor que los neurotípicos y dos veces mayor que los que tenían otra discapacidad del desarrollo. En números relativos, el 52 % de los jóvenes con autismo tenían un diagnóstico psiquiátrico, 39 % de los que tenían otra discapacidad del desarrollo y un 20 % de los jóvenes normotípicos de las mismas edades. Además, los que tenían diagnosticado un TEA tenían mayor probabilidad de haber ido a urgencias por un tema psiquiátrico (8 %) que aquellos con otras discapacidades del desarrollo (7 %) o con un desarrollo normotípico (2 %). Como dato comparativo, en el caso de visitas a urgencias por temas no psiquiátricos los porcentajes eran similares entre las personas en el espectro del autismo (26 %) y los normotípicos (25 %), mientras que subía al 34 % en el caso de los jóvenes con otras discapacidades del desarrollo. El análisis estadístico mostraba también que los jóvenes con autismo tenían menos probabilidades de tener asma, hipertensión o trastornos de adicción, cuando se les comparaba con los que sufrían otros trastornos del desarrollo.

Por tanto la salud mental debe ser una prioridad en la transición a la vida adulta de las personas con un TEA. Es necesario tener una mirada preventiva, tomar medidas antes de llegar a un diagnóstico y hacerlo de una manera individualizada para cada joven en el espectro. Hemos hablado en otras ocasiones de que nos hemos centrado mucho en los niños con autismo, lo que era razonable y necesario, pero ahora esos niños han crecido y debemos ampliar la mirada a temas como la transición a la vida adulta, que es, en estos momentos, un verdadero reto. Preparar esos cambios y prevenir las dificultades asociadas es el camino y cuanto antes empecemos, y cuanto antes familias, profesionales y los propios implicados se pongan a ello, mejor.

¿Y por dónde empezar? Las evidencias disponibles nos señalan que es bueno empezar enseñando al adolescente tareas básicas como hacer la colada, cocinar, bañarse solo y tareas similares. Una edad recomendada para estas cosas es entre los 12 y los 14 años pero como decimos siempre, depende de las capacidades intelectuales y sociales de cada persona.

Tomado de: https://www.psyciencia.com/autismo-y-trastornos-psiquiatricos-cuando-llegan-a-la-universidad/?fbclid=IwAR3T5LqezXf3JwAzPJXvyrX5BwmiGWcXhLbaImLbiEdCZkewWT7orXBd-iA Neuropsicologia Bogota

Los extraños efectos de la píldora anticonceptiva en el cerebro de las mujeres (y hasta qué punto son preocupantes) – Neuropsicología Bogotá

Zaria Gorvett

Todo empezó con un ñame mexicano. 

Era 1942 y un profesor de química de Pensilvania, en Estados Unidos, estaba buscando una fuente barata de progesterona. 

En ese momento, dicha hormona tenía muchos usos. Se usaba entre otras cosas para prevenir abortos espontáneos y para tratar a mujeres que atravesaban la menopausia. 

De hecho, Russell Marker ya había inventado una manera de hacer progesterona a partir de una sustancia química de ciertas plantas. 

¡Venimos con respuestas a las preguntas sobre la píldora o pastilla anticonceptiva!

Una opción eran los tubérculos de los ñames japoneses silvestres. Pero estos no contenían cantidades de hormona suficiente. 

Tras analizar más de 400 alternativas, Marker descubrió un extraño dibujo en un antiguo libro de botánica. Este ñame, nativo de México, tenía raíces gordas y nudosas.

El científico viajó hasta allí y sacó un ejemplar de contrabando del país.

Tras descubrir una fuente económica de progesterona, los investigadores empezaron a usarla como anticonceptivo. 

Una década más tarde nacía la píldora anticonceptiva.

El secreto de la píldora

Los efectos económicos y sociales de la píldora han sido bien estudiados y documentados. 

De un día para el otro, se podía disfrutar del sexo sin temor a quedar embarazada, y las mujeres jóvenes podían continuar con sus estudios en vez de dedicarse a criar niños y a las tareas del hogar.

Pañal, biberón.
Image captionLa píldora anticonceptiva fue revolucionaria: le dio a las mujeres la libertad de elegir si tener hijos o no, y en qué momento.

Sin embargo, desde un principio, la píldora escondía un secreto.

Hace pocos años, científicos empezaron a darse cuenta de que el cerebro de las mujeres que tomaban la píldora se veía fundamentalmente diferente. 

Comparado con el de las mujeres que no estaban tomando hormonas, algunas regiones se veían más típicamente “masculinas”. 

También notaron cambios de comportamiento. Las mujeres que tomaban ciertas píldoras no eran tan buenas con las palabras, algo en lo que nuestro género se destaca. 

Por otro lado, eran mejores para visualizar, mentalmente, un objeto en rotación, como los hombres.

Y, finalmente, aquellas que tomaban un tipo de píldora eran mejores para reconocer rostros, algo en lo que los hombres suelen ser buenos. 

Desconcertante, ¿no? Para los científicos también lo era. 

Las razones detrás de los cambios

Suelen decirnos que la píldora contiene estrógeno y progesterona. Pero ninguna píldora contiene estas dos hormonas. 

La píldora contiene versiones sintéticas que están hechas de hormonas más estables que han sido alteradas para imitar a estas hormonas. 

Gráfico
Image captionLas mujeres que toman cierto tipo de píldora son mejores en cuanto a la conciencia espacial, algo en lo que los hombres son mejores que las mujeres.

Cada marca de píldora combinada en el mercado contiene el mismo tipo de estrógeno sintético, etinilestradiol, y una de ocho progesteronas sintéticas, llamada progestina.

El etinilestradiol evita que el cuerpo libere un óvulo al mes, mientas que la progestina engrosa el moco cervical y hace que el útero se vuelve inhabitable. 

Pero si bien las hormonas son efectivas para prevenir el embarazo, no son exactamente iguales a nuestras hormonas naturales. 

El resultado es que estas versiones sintéticas tienen efectos que no provocaría la progesterona auténtica. 

En internet hay miles de ejemplos de mujeres que reportan acné, sudor y crecimiento excesivo de vello corporal a causa de la píldora. 

Estos efectos “masculinos” han sido muy bien estudiados y son reales. La causa es sorprendente: según un estudio de 2012, el 83% de las mujeres estadounidenses que toman la píldora están tomando una versión que contiene progestina hecha a partir de hormonas masculinas. 

La hormona masculina que usan estas píldoras es una pariente cercana de la testosterona llamada nandrolona. 

Al ser un andrógeno potente (una hormona que influye el desarrollo del sistema reproductivo masculino), puede estimular el desarrollo de características típicas masculinas. 

Estos efectos se conocen desde hace décadas: la primera progestina que se fabricó, noretindrona, era androgénica.

Efecto opuesto

En los años 40, 50 y 60, las mujeres embarazadas a veces tomaban grandes dosis de noretindrona para evitar abortos espontáneos. Pero la hormona provocaba cambios perturbadores en sus organismos: sudoración, vello y granos. 

Bigotes
Image captionComo los anticonceptivos usan versiones sintéticas de hormonas, pueden tener efectos secundarios inesperados como la aparición de vello facial en las mujeres que las toman.

Cerca de una de cada cinco bebés nacidas de madres que la tomaban tenían genitales masculinos. 

Hoy día, las dosis de progestina en las pílodras anticonceptivas son mucho menores y las hormonas se combinan con estrógeno sintético, que cancela muchos de estos efectos masculinos. 

Aún así, tiene efectos secundarios.

Las nuevas versiones de progestinas (hechas de progesteronas sintéticas) tienen el efecto opuesto y se recetan en muchos casos para tratar el acné o el exceso de vello.

En líneas generales, las píldoras más antiguas y más baratas tienden a contener hormonas androgénicas, mientras que las nuevas y más caras contienen antiandrógenos. 

Pero otro de los problemas es que afectan al cerebro.

El efecto

En los hombres, se sabe que los andrógenos liberados en la pubertad cambian el cerebro. Esto también es cierto para las mujeres, en las que cantidades relativamente pequeñas de testosterona pueden hacer que algunas partes del cerebro se encojan y otras crezcan. 

Tijeras y peines.
Image captionAlgunas píldoras anticonceptivas modernas son antiandrogénicas. Por ello a veces se recetan para tratar el acné o el crecimiento de vello excesivo.

Dado lo que sabemos sobre el poder de estas hormonas, es sorprendente que no fue sino hasta hace poco, que se empezó a estudiar si la progestina hecha a partir hormonas masculinas tiene algún impacto. 

“Se ha hecho mucha investigación sobre los efectos secundarios físicos”, explica Belinda Pletzer, neurocientífica cognitiva de la Universidad de Salzburgo, Austria.

“También sobre los efectos emocionales.. Pero muy pocos estudios se han centrado en el cerebro y la cognición“.

Pletzser reclutó a un grupo de voluntarios hombres y mujeres, algunas de las cuales tomaban la píldora, y escaneó sus cerebros. 

Lo que halló fue sorprendente.

Las imágenes revelaron que varias zonas del cerebro eran más grandes en las mujeres que tomaban la píldora, en comparación con las otras. Estas áreas son más grandes también en los hombres, en comparación con las mujeres. 

Otras investigaciones también indicaron que la progesterona y la testosterona pueden afectar el comportamiento. 

Lo que se demostró es que las mujeres que toman píldoras anticonceptivas con progestina androgénica tienen menos fluidez verbal .

También son mejores cuando se trata de rotar objetos mentalmente. 

Esto tiene sentido ya que se estima que los hombres son levemente menos elocuentes que las mujeres en ciertas situaciones y tienen mayor conciencia espacial. 

Otros estudios hallaron que las mujeres que tomaban anticonceptivos orales recordaban historias emocionales más de la manera que lo hacen los hombres (el acento puesto en el nudo de la cuestión más que en el detalle). 

También, como los hombres, eran menos buenas reconociendo emociones en los demás, como furia, tristeza o asco. 

Es como si ciertos tipos de píldoras “masculinizaran” el cerebro femenino.

Efecto simultáneo

La evidencia más llamativa, no obstante, proviene de un estudio publicado en 2015. 

En él, Pletzer comparó el cerebro de mujeres que tomaban dos tipos de píldoras con otras que no tomaban ninguna. 

Varias áreas del cerebro eran más grandes en las mujeres que tomaban píldoras que contenían las nuevas progestinas antiandrogénicas.

Estos cambios parecen afectar el comportamiento de estas mujeres. 

Gráfico
Image captionIncluso dosis pequeñas de testosterona pueden hacer que partes del cerebro femenino se encojan y otras se agranden.

Dos áreas cerebrales en particular se mostraron más abultadas: la zona que procesa la información facial, y la zona que reconoce lugares.

Estas mujeres también eran mejores reconociendo rostros. 

El reconocimiento facial es algo en lo que las mujeres suelen ser muy buenas. Esto encaja con la idea de que los anticonceptivos orales influyen sutilmente en nuestro cerebro. 

En este caso, las píldoras antiandrogénicas acentuaban la femineidad.

Varias zonas también se mostraron abultadas en las mujeres que tomaban píldoras androgénicas, incluyendo algunas que son típicamente más grandes en los hombres. 

Para complicar más aún el panorama, todas las píldoras combinadas contienen estrógeno sintético, que es feminizante.

Esto quiere decir que el cerebro de las mismas mujeres pueden estar experimentando a un mismo tiempo un efecto masculinizante y otro feminizante

Lado oscuro

Puede también que las píldoras anticonceptivas tenga un lado más oscuro. 

Como Pletzer escribió en 2014, cuando los atletas toman esteroides lo llamamos “dopaje”. 

Se considera un abuso y es duramente condenado por la sociedad. 

Pero no nos importa que millones de mujeres tomen estas hormonas todos los días, a veces desde la pubertad hasta la menopausia.

Los científicos no saben aún si alguno de estos efectos en el cerebro tienen un impacto notable en nuestro comportamiento.

Pero quizás ya sea hora de que lo evaluemos.

Tomado de: https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-45547951?fbclid=IwAR26KQl99xP9GohwTfoYTfjailBnSN1tuwMtxQvOuVp16PP5jvF2rugA2o0 Neuropsicologia Bogota

Escuchar la música que amamos nos hace liberar más dopamina – Neuropsicología Bogotá

Por: Rita Arosemena P.

Música / Cortesía de Pexels

Un nuevo estudio ha encontrado que la dopamina, un neurotransmisor que juega un papel importante en nuestro funcionamiento cognitivo, emocional y conductual, desempeña un papel directo en la experiencia de recompensa inducida por la música. Los nuevos hallazgos han sido publicados en el Proceedings of the National Academy of Sciences.

“En la vida cotidiana, los humanos buscan regularmente participar en experiencias sumamente complejas y placenteras, como escuchar música, cantar o tocar, que no parecen tener ninguna ventaja específica en la supervivencia. Comprender cómo el cerebro traduce una secuencia estructurada de sonidos, como la música, en una experiencia placentera y gratificante es una pregunta desafiante y fascinante», explica la autora del estudio, Laura Ferreri, profesora asociada de psicología cognitiva en la Universidad de Lyon.

“En la literatura científica, aún faltan evidencias directas que demuestren la función de la dopamina como causalmente relacionada con el placer evocado por la música. Por lo tanto, en este estudio, a través de un enfoque farmacológico, quisimos investigar si la dopamina, que desempeña un papel importante en la regulación de las experiencias de placer y la motivación para participar en ciertos comportamientos, desempeña un papel directo en la experiencia del placer inducido por la música».

Para el estudio, los investigadores manipularon la transmisión dopaminérgica de 27 participantes mientras escuchaban música. En tres sesiones diferentes, separadas por al menos una semana, los expertos administraron oralmente a cada participante un potenciador de dopamina (levodopa, que aumenta la disponibilidad dopaminérgica), un antagonista de la dopamina (risperidona; para reducir la señalización dopaminérgica) y un placebo (lactosa; un control).

El equipo encontró que la risperidona afectó la capacidad de los participantes para experimentar placer musical, pero la levodopa la mejoró.

«Este estudio muestra por primera vez el papel causal de la dopamina en el placer y la motivación musical: disfrutar de una pieza musical, obtener placer de ella, querer escucharla de nuevo, estar dispuesto a gastar dinero en ella, depende en gran medida de la dopamina en nuestras sinapsis», dijo Ferreri.Artículo relacionado:¿Por qué reímos? (Vídeo) 

Los investigadores también encontraron que los participantes estaban dispuestos a gastar más dinero bajo la levodopa precursora de la dopamina que bajo la risperidona, un antagonista de la dopamina, lo que indica que estaban más motivados para escuchar la música nuevamente cuando se mejoró la transmisión dopaminérgica que cuando se bloqueó.

Ferreri explica que estos hallazgos aportan nuevas luces sobre el papel del sistema dopaminérgico humano en recompensas abstractas:

«De hecho, nuestros hallazgos desafían la evidencia previa realizada en modelos animales, donde las manipulaciones dopaminérgicas mostraron un claro papel de la dopamina en la motivación y el aprendizaje, pero una función controvertida en la regulación de las respuestas hedónicas en recompensas primarias como los alimentos, principalmente relacionados con la liberación de opioides».

Los resultados indican que la transmisión dopaminérgica en humanos puede desempeñar roles diferentes o aditivos a los postulados hasta ahora en el procesamiento afectivo, particularmente en actividades cognitivas abstractas, como la escucha de música.

“Es importante destacar que no buscábamos una píldora mágica capaz de aumentar los sentimientos de placer mientras escuchábamos música. Estábamos interesados ​​en encontrar los mecanismos neuroquímicos que sustentan el placer evocado por la música, y utilizamos un enfoque farmacológico para abordar esta cuestión», agregó Ferreri.

Por supuesto, el equipo reconoce que no se puede concluir que tomar dopamina aumentará el placer musical, sin embargo, escuchar la música que amamos podría hacer que nuestro cerebro libere más dopamina, un neurotransmisor crucial para el funcionamiento emocional y cognitivo de los humanos, y este es un hallazgo sin duda significativo.

Referencia original del estudio: Dopamine modulates the reward experiences elicited by music. Laura Ferreri, Ernest Mas-Herrero, Robert J. Zatorre, Pablo Ripollés, AlbaGomez-Andres, Helena Alicart, Guillem Olivé, Josep Marco-Pallarés, Rosa M. Antonijoan, Marta Valle, Jordi Riba, Antoni Rodriguez-Fornells Proceedings of the National Academy of Sciences Feb 2019, 116 (9) 3793-3798; DOI:10.1073/pnas.1811878116

Tomado de: https://www.psyciencia.com/escuchar-la-musica-que-amamos-nos-hace-liberar-mas-dopamina/?fbclid=IwAR1qlgc54fXgCaVIl1QOL-G1LUp9ZcqRV4v1xVxIMT1S97VOqK_KgCmDzrc Neuropsicologia Bogota