¿Cómo son las relaciones basadas en la dependencia emocional? POR: Aroa Quer

Las personas que experimentan esta alteración afectiva acostumbran a tener dificultades para detectar donde empiezan y terminan sus necesidades afectivas.

Al no visualizar los límites que se establecen entre ambos miembros de la pareja, la persona queda atrapada en una especie de limbo emocional en el cual puede terminar atrapado por un largo periodo de tiempo.

Las características de la dependencia emocional en la pareja

Por lo general, el dependiente emocional tiende a sentirse atraído por personas dominantes o con rasgos narcisistas y, además, esta atracción suele ser mutua con este tipo de perfiles.

Al no haber realizado un correcto aprendizaje acerca de lo que supone tener una relación de pareja saludable, estos sujetos pueden verse envueltos en relaciones disfuncionales y de desigualdad en las que existe un juego de roles. Habitualmente, uno de los miembros de la pareja es el dominante, y el otro se someterá tomando uno posición de sumisión.

Existen algunos casos en los cuales estos roles se van alternando entre ambos sujetos, pero difícilmente llegan a percibirse como iguales, al contrario de lo que ocurre las relaciones de apego seguro.

Señales de alerta

El inicio de la relación suele estar marcado por uno intensidad acentuada y un tanto desproporcionada. Los fuegos artificiales son la banda sonora de este encuentro.

No obstante, la persona que desarrolla este desajuste afectivo asociado a una relación empieza a entrar en un bosque encantado donde, paulatinamente, empezará a desdibujarse.

La persona dependiente suele quedar atrapada en una relación que, a medida que transcurre el tiempo, va dejando de aportar valor a su vida. Sin embargo, el sabor de boca que dejaron los fuegos artificiales del inicio de la relación provoca un deseo profundo de volver a experimentarlos.

Aunque la sensación de malestar pueda prolongarse en el tiempo, y el dependiente no es capaz de abandonar la relación, pues permanece con la esperanza de recuperar la intensidad experimentada anteriormente.

Al no encontrarla de manera positiva, va a tender a buscarla aunque sea de forma negativa, como por ejemplo a través de discusiones acaloradas y desproporcionadas.

Personas dependientes emocionalmente

Una relación disfuncional que mantiene a las personas atrapadas

El narcisista y el dependiente comparten una carencia afectiva que suplen el uno con el otro. Así como el dependiente cree que necesita a otra persona para dejar de sentir el vacío permanente con el que está acostumbrado a vivir, el narcisista también necesita del otro para existir, puesto que suelen ser personas completamente vacías y que se nutren de la energía vital de los que le rodean.

El dependiente colma de amor incondicional a su narcisista con tal de que este no lo abandone y, de este modo, evita reconectar con el vacío emocional inherente en él.

La persona narcisista puede abusar del dependiente realizando juegos de poder y en algunas ocasiones, puede que tome una posición de sumisión si ve que puede extraer algún beneficio de esta manera. Las relaciones de dependencia emocional son peligrosas, ya que ambos miembros de la pareja corren el riesgo de perder su identidad como individuos y, además, pueden quedar enganchados a su pareja a la que suelen ver como un subministrador afectivo.

Los casos de violencia de genero reflejan en gran parte la dependencia de aquellas personas que se ven atrapadas en las garras de su maltratador o maltratadora que, posiblemente, esta última persona es alguien con carácter narcisista y con rasgos celotípicos.

En los casos más graves, ambos miembros de la pareja quedan completamente anulados por su compañero y pueden encontrar serias dificultades para romper ese círculo vicioso.

La dependencia emocional es comparable a la adicción que producen ciertas sustancias químicas en los drogodependientes; estas personas también comparten patrones conductuales similares, puesto que se activan los mismos procesos neurológicos que los que sufren una adicción a algún estupefaciente. Es habitual que cuando la persona consigue abandonar la relación, transite por un periodo de readaptación en el cual pueden aparecer sintomatologías derivadas de la abstinencia que supone la privación del subministrador afectivo.

Las bases neuropsicológicas del problema

Generalmente, en los procesos de enamoramiento el cerebro segrega una serie de hormonas que son las causantes de que se produzca un apego sano y necesario hacia la pareja. Sin embargo, cuando hay un desajuste en este proceso, se produce un coctel hormonal que puede derivar en un enganche similar al que puede sentir un alcohólico con la bebida.

El dependiente suele ser una persona altamente demandante hacia su pareja, ya que por más que la otra persona le preste toda su atención, este nunca tiene suficiente y cada vez necesita más demostraciones afectivas.

¿Qué se puede hacer?

Cada uno de nosotros merece disfrutar de una relación sana que le ofrezca un auténtico bienestar y que nos aporte seguridad emocional. La terminación de este círculo vicioso es un proceso complicado, pero no imposible.

Normalmente, estas situaciones se dan en personas que están marcadas por heridas emocionales profundas, y por eso, la clave para empezar a superar este desequilibrio afectivo es detectar la herida para posteriormente empezar a sanarla.

Una de las heridas más frecuentes que se esconden detrás de estas conductas es la herida emocional del abandono. La persona puede haber experimentado un abandono real en su etapa infantil e incluso es probable que no se haya vivenciado un abandono de manera real, sin embargo, el infante puede haberse sentido desamparado o tener la sensación de abandono de alguno de sus progenitores.

Esta herida se activa cuando la persona entra en contacto con su mundo emocional, dejando aflorar el dolor que emana y posteriormente creando estos patrones conductuales.

Antes de emprender una nueva relación es indispensable colmarnos de amor propio para después poder compartirlo con otra persona, pues no podemos entregar lo que no hemos cultivado previamente.

Aprender a estar solos y a disfrutar de nuestra propia compañía puede ser una experiencia reveladora si nos abrimos a ella sin oponer resistencia. Recuerda que en tu interior todavía existe el niño que un día fuiste, deseando ser colmado de amor y solamente tu eres el responsable de que lo reciba adecuadamente.

Aroa Quer es coach especializada en la atención a mujeres en áreas como la gestión de las emociones y de la autoestima. Sus servicios, que ofrece tanto en su consulta de Barcelona como de manera online, consisten en acompañar a mujeres durante un proceso de crecimiento personal en el cual aprenden a mantenerse alineadas consigo mismas.

RECUPERADO DE: https://psicologiaymente.com/pareja/relaciones-dependencia-emocional

Estrategias de reevalución cognitiva pueden mejorar el rendimiento de las personas con ansiedad por las matemáticas. POR: Maria Fernanda Alonso

Cuando hablamos de matemáticas no pensamos en ellas como algo especialmente “emocional”, sin embargo, resulta muy interesante comprender cómo interactúan las emociones en los procesos de aprendizaje: personas que sienten un alto nivel de ansiedad ante problemas matemáticos pueden experimentar grandes dificultades para abordarlos. Un estudio reciente sugiere que utilizar una estrategia de reevaluación cognitiva puede ayudar a las personas ansiosas por las matemáticas a regular sus emociones negativas en torno a tales operaciones. ¿De qué manera? Los hallazgos arrojan evidencia neuronal de que esta reevaluación permite mayor actividad en las regiones del cerebro responsables de la aritmética, allanando el camino para un mejor rendimiento matemático.(Pizzie et al., 2020).

Por qué es importante

La ansiedad matemática se caracteriza por sentimientos de angustia o miedo que surgen cuando se enfrentan tareas matemáticas, de modo que interfiere u obstaculiza la capacidad de una persona para abordar las matemáticas o realizar cálculos matemáticos. Tal ansiedad puede acompañar al sujeto toda su vida y afectar no solo el rendimiento matemático en la escuela, sino también interferir en decisiones cotidianas u otras más trascendentes como qué carrera estudiar, con probabilidades de descartar aquellas que impliquen habilidades cuantitativas como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Es importante comprender cómo funcionan estos procesos emocionales en el contexto de la educación, de modo que podamos crear mejores métodos de intervención para ayudar a las personas a tener una experiencia más positiva y reducir el impacto de las emociones negativas en el rendimiento.

Qué metodología usaron

El objetivo de los autores fue explorar una estrategia de intervención que pudiera aliviar los efectos de la ansiedad matemática al enfocarse en su componente emocional. La estrategia que propusieron se centró en la reevaluación cognitiva: la práctica de replantear una situación emocional antes de que tenga la oportunidad de dar su impacto emocional. Propusieron que limitar el componente afectivo de la ansiedad matemática debería liberar recursos cognitivos que luego pueden asignarse a tareas matemáticas.

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La muestra estuvo compuesta por 74 estudiantes de entre 13 y 22 años que participaron en un experimento de laboratorio. Los estudiantes presentaron diferentes niveles de ansiedad matemática, según lo medido por un cuestionario al final del estudio. Mientras estaban conectados a un escáner de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), los sujetos pasaron por una serie de pruebas en las que se les presentaron problemas de matemáticas o analogías de palabras.

Al comienzo del estudio, los estudiantes fueron entrenados en una estrategia de reevaluación cognitiva que les enseñó a replantear el problema imaginando que se encontraban en un escenario de bajo riesgo (por ejemplo, imaginarse a sí mismos explicando el problema a un amigo) o replantear su respuesta de estrés al problema (por ejemplo, recordarse a sí mismos que la ansiedad puede ser útil y potencialmente mejorar su enfoque en el problema). Para cada bloque de los seis ensayos, se instruyó a los estudiantes para que usaran una estrategia de reevaluación o simplemente abordaran las tareas como lo harían normalmente.

Qué encontraron

En primer lugar, como se esperaba, los investigadores encontraron que los estudiantes con mayor ansiedad matemática se desempeñaron peor en los problemas matemáticos en comparación con aquellos con baja ansiedad matemática. Sin embargo, la estrategia de reevaluación cognitiva pareció reducir las diferencias de rendimiento entre los dos grupos. Los estudiantes con ansiedad matemática obtuvieron mejores resultados en los problemas matemáticos cuando usaron una estrategia de reestructuración, en comparación con cuando abordaron los problemas como lo harían normalmente.

Además, la estrategia de reevaluación pareció ser más eficaz entre aquellos con mayor ansiedad matemática: cuanto mayor era la ansiedad matemática de los estudiantes, más mejoraba su precisión durante los experimentos de reevaluación en comparación con los experimentos en que no se usó la reevaluación. Los estudiantes con mayor ansiedad matemática también tendieron a calificar su experiencia de manera menos negativa en los ensayos de reevaluación.

El hallazgo más interesante fue la evidencia neuronal que encontraron y que podría explicar por qué las estrategias de reevaluación mejoraron el rendimiento matemático de los estudiantes. Primero, los estudiantes que utilizaron la estrategia de reevaluación mientras resolvían los problemas de matemáticas mostraron un patrón de actividad dentro de una red de áreas del cerebro que normalmente se activan durante la reformulación de los estímulos emocionales. Esto sugiere que los estudiantes pudieron aplicar efectivamente la reevaluación cognitiva a las tareas de matemáticas.

Además, entre los estudiantes ansiosos por las matemáticas, las mejoras en el rendimiento matemático que se atribuyeron a la estrategia de reevaluación se relacionaron con una mayor actividad en partes del cerebro involucradas en la aritmética, particularmente el surco intraparietal bilateral. Este hallazgo sugiere que la estrategia de reevaluación mejoró el desempeño de los estudiantes ansiosos por las matemáticas al impulsar la participación de las regiones del cerebro involucradas en la aritmética.

Es decir que al observar la actividad cerebral de los participantes mientras utilizaban la reevaluación cognitiva al hacer cálculos matemáticos, los investigadores encontraron un aumento de la actividad cerebral en las mismas redes de regiones cerebrales que se utilizan para reevaluar los estímulos negativos tradicionales. En otras palabras, aunque los participantes estaban reevaluando matemáticas (contenido que no es considerado como particularmente “emocional”), el equipó registró mayor actividad en las mismas redes de regiones del cerebro que procesan la regulación del afecto negativo mediante la reevaluación.

Limitaciones del estudio

Los participantes de esta investigación completaron las tareas mientras se encontraban en un escáner de resonancia magnética funcional, es decir, que no estaban en un escenario de la vida real en que debían resolver una cuestión matemática.

Además, estaban familiarizados con las tareas utilizadas en los experimentos: problemas aritméticos de orden de operaciones. Usar una técnica como la reevaluación puede ser muy diferente cuando las personas están menos familiarizadas con el material o participan activamente en el proceso de aprendizaje. Por otro lado, es importante tener presente que las personas que experimentan ansiedad por las matemáticas pueden representar un conjunto diverso de antecedentes educativos y experiencias de aprendizaje, y aunque la reevaluación puede ser una técnica flexible para implementar en una amplia variedad de contextos, este estudio no ha abordado cómo estas diferentes experiencias y contextos del mundo real podrían afectar el tipo de resultados que arrojó el estudio.

Más allá de estas advertencias, los autores concluyen que la reevaluación cognitiva se muestra prometedora como estrategia de intervención para mejorar el rendimiento matemático entre los que tienen una alta ansiedad matemática.

Referencia bibliográfica: Pizzie, R. G., McDermott, C. L., Salem, T. G., & Kraemer, D. J. M. (2020). Neural evidence for cognitive reappraisal as a strategy to alleviate the effects of math anxiety. Social Cognitive and Affective Neuroscience15(12), 1271-1287. https://doi.org/10.1093/scan/nsaa161

Fuente: Psypost

RECUPERADO DE: https://www.psyciencia.com/reevalucion-cognitiva-mejorar-rendimiento-personas-ansiedad-matematica/

Científicos usan videojuegos para explorar el vínculo entre la actividad motora y la visión. POR: MARIA FERNANDO ALONSO

Transcripción y adaptación por Julia Balakuniec.

Un proyecto de Grupo ACT y Psyciencia.

La idea de ambos es compartir algunas pautas que puede ser útil tener en cuenta a la hora de transmitir conocimientos en psicología. El foco primario está en mejorar las actividades de divulgación científica en psicología, pero creo que algunas de estas pautas les pueden servir para preparar clases y materiales escritos en general.

Querría aclarar que todas las pautas que aquí se detallarán aquí son fruto de mi experiencia personal, no son principios absolutos, ni siquiera diría que es la mejor manera de divulgar y comunicar, simplemente constituyen una forma de compartir conocimientos a partir de mi experiencia. Hace más de diez años que hago actividad de divulgación en psicología, mayormente dirigida a profesionales y estudiantes, y quizá, algunas de estas ideas puedan ser de utilidad a alguien que esté pensando en divulgar conocimientos en psicología ya sea escribiendo un artículo, haciendo un video o dando una clase.

Cinco criterios para transmitir

Discutiremos cinco criterios o aspectos a tener en cuenta para organizar el contenido que están intentando transmitir. Pueden pensarlos como una serie de preguntas o cuestiones que operan como filtros. El objetivo de estos filtros es que, al preparar una presentación en vivo, o algún material escrito (artículo, tesis, libro, etc.), o algún otro formato de transmisión, si aquello que están creando no cumple con alguno de los criterios, si no pasa por alguno de los cinco filtros que describiremos a continuación, es probable que necesiten revisarlo.

Estos criterios pueden ser utilizados para organizar nuestro contenido, estructurar aquello que vamos a estar diciendo o escribiendo, y transmitir el contenido lo más efectivamente posible. Los cinco criterios se refieren a:

  1. El tema
  2. Medio
  3. Relevancia
  4. Audiencia
  5. Objetivo

Veamos con más detalle de qué se trata cada uno.

Tema

El primer criterio a tener en cuenta lo podemos condensar en esta pregunta: ¿podrían resumir el tema central en uno o dos párrafos?

Esto es, cuando están diseñando su material, sean clases o artículos, deberían ser capaces de resumir en uno o dos párrafos el contenido que están tratando de transmitir. Si se trata de materiales extensos, como por ejemplo un libro, deberían poder resumir en uno o dos párrafos los puntos centrales de cada sección o capítulo. Si no pueden hacer esto, probablemente necesiten simplificar los contenidos, refinarlos, o separarlos en secciones más breves.

Por ejemplo, si tuviera que resumir el tema central de este artículo, lo pondría así: al diseñar clases o materiales escritos con fines de divulgación, es fundamental tener en cuenta cuál es el tema central, que ofrece el medio que será utilizado, tener en claro y transmitir el motivo por el cual el tema es importante, tener en cuenta la audiencia con la que vamos a estar lidiando, y tener en claro cuál es el objetivo a alcanzar con nuestra clase o material escrito

Los dos formatos en que ofrecemos este contenido son relativamente extensos. La clase grabada es de una hora y el artículo tiene un par de miles de palabras, pero la esencia está condensada ese párrafo.

Planteo esto porque por lo general las personas tienden a recordar solo una pequeña parte de lo que decimos o escribimos. Esto aplica especialmente con los contenidos en vivo (clases) en las cuales las personas tienen que seguir el ritmo de quien presenta y no pueden retroceder y revisar algún punto que les resulta difícil. Como regla general yo diría que, en vivo, el público tiende a recordar alrededor de un diez por ciento de lo presentado por el ponente. Lógicamente esto dependerá del tipo de contenido, de la eficacia con la cual transmitimos, entre otras variables, pero nunca llegará a su audiencia el cien por ciento de lo que estén intentando transmitir. De manera que, si el contenido que están proponiendo tiene muchas partes, si es demasiado complicado o no se puede resumir de manera sencilla, probablemente su audiencia se pierda una gran parte de ellos. En general, pueden tener más impacto transmitiendo material breve pero manera efectiva, que transmitir contenidos extensos de manera ineficaz.

Permítanme un ejemplo. En la sección anterior enumeré los cinco criterios a tener en cuenta ¿pueden recordar cuáles son sin volver a leerlos? Probablemente puedan recordar uno o dos, pero apuesto mi riñón izquierdo a que no pueden recordar los cinco sin volver atrás y eso es lo mismo que le va a pasar a su audiencia si su contenido es muy denso, o si no está claramente estructurado. 

Por supuesto esto no es una regla que se pueda seguir siempre, existen algunos medios en los cuales es inevitable que el tema quede complejo o tenga muchos detalles importantes, por ejemplo, si escribimos un artículo científico un trabajo de tesis. Pero si lo que estamos tratando de hacer es transmitir algún tipo de contenido para colegas o público en general, es preferible que el tema sea lo más sencillo posible porque, insisto, las personas se van a olvidar de la mayor parte de lo que digan o escriban. 

La forma de corroborar esto es intentar resumirlo: si el resumen de una clase de una hora y media es más de una página (y eso ya es mucho), probablemente necesiten reconsiderar el abordaje. 

Hay algunas vías de acción posibles para esto. Pueden, por ejemplo, considerar cuáles serían los tres, cinco, o diez puntos que como mínimo querrían que su audiencia se pudiera llevar, y construir el material de ahí. Por ejemplo, en esta clase y artículo hemos condensado los contenidos en cinco puntos a considerar: 1) cuál es el tema que quieren transmitir, 2) cuál es el medio que van a usar, 3) cuál es la relevancia de lo que van a decir, 4) cuál es su audiencia, y 5) cuál es el objetivo que quieren alcanzar. Si su contenido es denso y si tienen la posibilidad, puede ser preferible descartar parte del material, separarlo en secciones o en capítulos, o transmitirlo en distintas instancias.

Otra sugerencia es repetir de distintas maneras los puntos que querrían que su audiencia retuviera, creando listas de puntos destacables, enumeraciones, haciendo resúmenes de los expuestos, recapitulaciones, etcétera. Notarán también que es lo que acabamos de hacer en el párrafo anterior, repitiendo los cinco criterios enumerados al principio de tema, medio, relevancia, audiencia, y objetivo.

Todo esto quizá les parezca un poco elemental, pero es el motivo por el cual recordamos los slogan de las publicidades: simplicidad y repetición. 

Si no pueden resumir el tema central en una o dos oraciones, es conveniente que revisen sus materiales: cuanto más simple sea la comunicación, más efectiva será. 

Medio

El segundo aspecto a considerar es ¿qué recursos me ofrece el medio que estoy utilizando? 

Hace 30 años las únicas vías para la divulgación eran la escritura o las clases presenciales —que además eran raramente acompañadas por alguna apoyatura visual (gráficos, ilustraciones, etc.), pero hoy la gama de medios que podemos utilizar es amplia y cada medio tiene cosas que podemos aprovechar. 

Por ejemplo, si estamos escribiendo un artículo para un blog podemos usar hipervínculos (enlaces) y esto puede ayudar a enriquecer un artículo sin cargarlo de contenidos. Una clase en línea puede apoyarse en gráficos, no solo slides de presentación, sino con un poco de maña, imágenes insertadas superpuestas, videos, audios, entrevistas.

Tengan en cuenta, sin embargo, que si usan muchos recursos específicos de un medio les dificultará su adaptación a otro medio. Por ejemplo, si hacemos un video y nos apoyamos mucho en lo visual será bastante difícil transcribirlo a texto, cuanto más específico sea un medio, más difícil será su traducción a otro.https://player.vimeo.com/video/497268711?dnt=1&app_id=122963versión en video

Relevancia

El tercer aspecto a considerar es ¿por qué este tema me resulta relevante?

Este es un filtro por el cual tienen que poder pasar al contenido que quieren transmitir si lo que quieren es generar interés. El interés siempre es en principio personal, siempre empezamos por allí, lo que se transmite a otras personas es el propio entusiasmo por tema. Cuando una persona nos habla de un tema por el cual siente mucho entusiasmo, es muy difícil que nos resulte completamente aburrido. El entusiasmo, de alguna manera, se desborda y derrama hacia los demás.

Entonces la cuestión a tener en claro es ¿por qué les parece importante escribir o hacer un video o una clase sobre este tema?, ¿qué consecuencias positivas creen que el tema que están abordando tiene para la disciplina? ¿Qué aplicaciones o implicaciones puede tener el tema?

Tener en claro la relevancia de lo que quieren divulgar les permitirá comunicarlo mejor.

No siempre hace falta enunciar esto (aunque en general no viene mal), pero sí es necesario que lo tengan claro. Si no saben por qué es importante lo que están tratando de transmitir, vuelvan a plantearse el tema, o si no tienen opción porque tienen que hablar de ese tema, investiguen qué es lo importante de él, qué consecuencias tiene para la disciplina, qué lo haría relevante. 

Y si van a explicitar las razones por el cual su tema les parece importante, háganlo al principio, no al final, de manera de mantener la atención de las personas durante la exposición. 

Audiencia

El cuarto aspecto a considerar es ¿a quién le están hablando?

Diferentes públicos van a demandar diferentes tipos de escritura y una de las peores cosas que podemos hacer es sentarnos a escribir o hacer un video sin tener en mente quienes son las personas a las cuales les voy a estar hablando. No podemos escribir para todo el mundo.

Por ejemplo, para un mismo contenido, si su público objetivo fueran personas que tienen dos doctorados en psicología podrían utilizar un vocabulario más técnico, si en cambio se trata de una exposición para el público general necesitarán traducirlos a términos un poco más generales, más accesibles para personas sin una formación específica.

Por ejemplo, si estamos hablando de análisis de la conducta para público general, sería una mala idea hablar de estímulo discriminativo sin definirlo porque lo más probable es que las personas no lo entiendan. Y aun si los definimos, si los términos son muchos la exposición puede volverse difícil de seguir.

Una sugerencia general es esto: ¿a quién pueden imaginarse que represente a su público objetivo? Esto es, piensen en una persona concreta, alguien a quien conozcan directa o indirectamente, pero una persona, con nombre y apellido, que represente mejor el tipo de público al cual están intentando llegar. Esto puede ayudar mucho a organizar el contenido y darle claridad. 

Por ejemplo, sí creo que mi público objetivo estaría representado por mi madre, como población general, puedo imaginar que le cuento el tema a ella, lo cual me llevará a usar cierto tipo de lenguaje y cierta forma de argumentación. Si en cambio mi público objetivo es una audiencia especializada puedo imaginar que le estoy escribiendo a mi director de tesis y organizar el contenido de otra manera y usar un lenguaje diferente. 

Por ejemplo, si quisiera transmitir el concepto de “reforzamiento” a mi hermana ¿qué necesitaría decirle a ella para que pueda captar esto?, ¿qué contexto conceptual necesitaría ella para captar esto?

No importa quién sea, tener en mente a una persona en particular puede ayudar a que organicen el contenido. Además, les ayudará en los momentos en que estén perdidos sin saber muy bien qué decir, por ejemplo, cuándo están empezando a armar su material. En ese caso la pregunta que podrían hacerse es ¿qué es lo que querría que esa persona supiera?

Objetivo

Este es el último aspecto, y se puede resumir en estas preguntas: ¿cuál es mi propósito al transmitir esto?, ¿a qué personas pretendo impactar y de qué manera?, ¿qué tipo de conductas querría promover en ellas?, ¿qué querría evitar?

Tener en cuenta qué efectos quieren que tenga su exposición puede ayudarles a llevarla a cabo de manera más efectiva. Esto es especialmente relevante en un contexto en el cual las redes sociales digitales favorecen los contenidos que son transmitidos de manera accesible, pero también refuerza los contenidos que son transmitidos con ironía, sarcasmo, burlas, o directamente insultos. Y el punto es: ¿qué quieren lograr? Si su objetivo es, por ejemplo, que profesionales de la psicología se familiaricen con algún concepto que les resulta ajeno (supongamos, que terapeutas de orientaciones humanistas se familiaricen con términos conductuales), la burla y el escarnio probablemente tiendan a alejarlos definitivamente. No sé ustedes, pero cuando las personas en un lugar me maltratan o se burlan de mí, tiendo a mantenerme alejado de ese lugar y de esa gente. Si en cambio su objetivo es coleccionar likes de personas que ya están de acuerdo con ustedes, burlarse de un adversario en común puede ser un buen medio para lograrlo.

Sí, lo sé, he escrito varios artículos con un tono menos que amable, por así decir. Pero de eso se trata transmitir mi experiencia, de que puedan cometer sus propios errores, y evitar en cierta medida algunos de los míos.

Mi sugerencia iría en esta línea: concéntrense en hablar sobre lo que quieren transmitir e ignoren aquello que no quieren comunicar.

Resumiendo

A la hora de diseñar una clase o texto, puede ser de utilidad dedicar un tiempo a considerar estas cuestiones:

  1. ¿Puedo resumir los puntos centrales del tema de una manera accesible?
  2. ¿Puedo utilizar el medio a mi favor, utilizando recursos que hagan más interesante el tema?
  3. ¿Tengo en claro y puedo comunicar por qué me resulta relevante este tema?
  4. ¿A qué público me estoy dirigiendo?, ¿qué adaptaciones necesito hacer para que el contenido resulte accesible este público en particular?
  5. ¿Cuáles son mis objetivos al transmitir estos contenidos? ¿Qué querría generar en mi público? Las herramientas y estilo que estoy usando, ¿son los más adecuados para lograr ese objetivo?

No siempre es necesario tener respuestas para estas cuestiones, pero creo que sí es importante al menos plantearlas y considerarlas.

Finalmente, ténganse paciencia y compasión y recuerden que transmitir es cuestión de práctica. Escribir o dar clases es una tarea difícil, pero la habilidad va mejorando con la práctica y con el conocimiento del tema. 

Algunos artículos que hace diez años me llevaron dos meses hoy me llevarían una semana (misma pobre calidad, pero al menos con menos desperdicio de tiempo propio y ajeno). Pero la hoja en blanco me sigue costando, sin importar cuánta práctica tenga. Pero está bien. Escribir y enseñar son ante todo formas de aprender, formas que llevan mucho trabajo, paciencia, flexibilidad y coraje como para intentar distintos abordajes. 

Si tienen algo interesante que quieren compartir, la disciplina lo necesita. Empiecen por algún lado, empiecen por cualquier lugar, pero empiecen. Paso a paso. Una línea un día, una línea el otro día.

Avancen, con paciencia, presencia y práctica.

RECUPERADO DE: https://www.psyciencia.com/videojuegos-para-explorar-vinculo-actividad-motora-vision/