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Los marcadores bioquímicos de la sangre o del cerebro permiten dar un mejor diagnóstico de las enfermedades y condiciones, en este caso del autismo.

Científicos del Centro Nacional de Investigación de Primates de California descubrieron un posible marcador de sociabilidad en monos con algún tipo de autismo, según un estudio preliminar publicado en la revista Science Translational Medicine. El hallazgo significa una mejora en los diagnósticos y monitoreo para los pacientes que presentan esta condición. Este tipo de investigacion es vital para el trabajo realizado por Neuropsicologia Bogota.

Los marcadores facilitan un control preciso de esta condición y son utilizados por los científicos en primates que presentaban trastornos de comportamiento parecidos al autismo humano. Los expertos descubrieron que los monos tenían un aumento de la sustancia arginina vasopresina en su líquido cefalorraquídeo -fluido que rodea su cerebro-. Al ser medido en el cerebro de niños con autismo se percibió un aumento al igual que en el cerebro de los animales analizados.

La sustancia arginina vasopresina ya se había asociado con el comportamiento de los primates machos.
La sustancia arginina vasopresina ya se había asociado con el comportamiento de los primates machos. | Fuente: Getty Images

La sustancia ya se había asociado con el comportamiento de los primates machos. “El autismo es una condición que afecta preponderantemente a los niños, más que a las niñas”, comenta el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta.

El autismo se descubre en la primera infancia a través de la identificación de signos en el comportamiento del niño: medición de la tensión, sociabilidad, contacto visual con los demás, presencia de actos repetitivos, entre otros. “Se trata de signos subjetivos, difíciles de medir. Sería diferente si existiera un examen de sangre que permitiera dar un diagnóstico más claro. Este podría repetirse en temporadas y de ese modo se podría hacer seguimiento”, comenta Huerta.

El estudio abre posibilidades para encontrar algún marcador bioquímico en la sangre o en los fluidos del cerebro de un niño con autismo. Esto permitiría que de la observación subjetiva se pase a una más objetiva como las pruebas de sangre que apoyarían a un diagnóstico más certero de esta condición.