Cómo se manifiesta la ansiedad en el cuerpo. Por: Raque Rodriguez
La ansiedad es algo que sufren personas alrededor de todo el mundo. En España, la prevalencia de este trastorno es elevada, ya que 9 de cada 10 personas manifiestan haber sufrido estrés alguna vez y 4 de cada 10 lo ha sentido de manera frecuente (Infocop, 2018). Unas cifras que, sin lugar a duda, son bastante elevadas.
Para poder ser diagnosticada de manera correcta es importante que la población conozca qué es la ansiedad, cómo se manifiesta en el cuerpo, en qué trastornos se producen estos síntomas físicos y qué tipos de tratamiento existen.
¿Qué es la ansiedad?
Como ya hemos comentado en otros artículos dedicados a la ansiedad, la ansiedad es una reacción que se produce en el ser humano y que todo el mundo experimenta. Cuando hay un peligro o una amenaza nuestro cuerpo se prepara para dar respuesta. Esta respuesta es fruto de la ansiedad por lo que podríamos decir que, en ocasiones, es un mecanismo de protección.
Sin embargo, a veces nos activamos o preparamos para dar respuesta sin que exista un estímulo o una amenaza o nos activamos mucho más de lo que corresponde. En estos casos estaríamos hablando de una ansiedad patológica porque no es funcional. Al activarnos sin motivo o al activarnos en exceso nos generamos angustia y otro tipo de reacciones desfavorables e inoportunas.
La ansiedad en estos casos puede provocar diferentes tipos de reacciones: fisiológicas, cognitivo emocionales o conductuales. En el artículo de hoy nos vamos a centrar en las primeras, en las fisiológicas o las que se manifiestan en el cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas físicos de la ansiedad?
Es importante tener en cuenta que para poder reconocer la ansiedad es importante conocer cómo se manifiesta en nuestro cuerpo. Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 2013) las manifestaciones corporales podrían ser las siguientes:
- Aumento de los latidos del corazón
- Sudores
- Temblores u hormigueos
- Sensación de que nos falta el aire o ahogo
- Dolor en el pecho o tórax
- Malestar en el estómago o abdomen
- Mareos o inestabilidad
- Escalofríos
Además, otras investigaciones también añaden a estos síntomas los siguientes: agitación, tensión en diferentes músculos del cuerpo, cansancio, dolores de cabeza y/o problemas al orinar (dolor o aumento de la frecuencia).
¿En qué trastornos se producen con más frecuencia los síntomas físicos?
Lo cierto es que los síntomas físicos pueden producirse en cualquiera de los trastornos de ansiedad. Sin embargo, pueden ser más frecuentes o cobrar más importancia en los siguientes:
- Fobias específicas. En este las reacciones del cuerpo hacen que la persona pueda incluso llegar a marearse ante, por ejemplo, la presencia de una aguja.
- Trastorno de ansiedad social. Uno de los síntomas de este trastorno es que las personas afectadas tienen miedo a que el resto de personas puedan ver que manifiestan síntomas. Estos síntomas suelen ser: temblores, sudores, rubor facial, etc. En otras palabras, los síntomas corporales.
- Trastorno de pánico. La mayoría de los síntomas del trastorno de pánico suelen ser físicos. Como, por ejemplo: palpitaciones, sensación de que falta el aire, dolor de estómago, inestabilidad o incluso mareos que pueden derivar en un mareo con pérdida de conocimiento.
Además de en estos trastornos de ansiedad, también pueden estar presentes en otros trastornos como: trastorno de síntomas somáticos, trastorno de ansiedad por enfermedad, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), etc.
Tratamientos para la ansiedad
Existen diferentes tratamientos para los síntomas físicos de la ansiedad. Se debe tener en cuenta que, en muchos casos, los síntomas físicos vienen después de los cognitivos o emocionales. Por ello, es importante realizar un abordaje completo.
Los más eficaces, según diferentes guías clínicas, son los siguientes:
Tratamiento farmacológico
Los medicamentos más utilizados suelen ser los siguientes:
- Antidepresivos de tipo ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina) como: Paroxetina, Sertralina, Escitalopram o similares.
- Benzodiacepinas de acción corta (Alprazolam, Clotiazepam, Lorazepam, Lormetazepam, Triazolam, Zolpidem y Zopiclona) o acción larga (Bronacepam, Clorazepato dipotásico, Diazepam, Flunitrazepam, Flurazepam y Halazepam).
Tal y como comenta de la Mata (2005) el uso excesivo de estos medicamentos puede hacer que se medique en exceso a personas que no lo necesitan. Además, en muchos casos, si no se siguen las pautas indicadas las benzodiacepinas pueden tener efectos adversos como: dependencia al fármaco, deterioro cognitivo, etc. (Markota, Rummans, Bostwick y Lapid, 2016).
Tratamiento en terapia psicológica
Dentro de la terapia psicológica la que más respaldo tiene y más eficaz ha demostrado ser es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC). Las técnicas más utilizadas y eficaces son las que explicamos en este apartado:
- Psicoeducación. Es importante conocer qué es la ansiedad, cómo se manifiesta, qué mecanismos la operan y mantienen, cuáles son los tratamientos, etc. para poder hacerle frente.
- Relajación. La Relajación Progresiva Muscular de Jacobson es muy conocida y, si se practica de manera constante, puede ser muy eficaz.
- Respiración. Llevar un correcto control de la respiración es esencial para que el cuerpo reciba el oxígeno necesario para funcionar de manera correcta. Las respiraciones son muy útiles porque rebajan los síntomas físicos, pero al tener que llevar el control de las veces que se respira puede hacer que la gente se abstraiga dejando de lado también los síntomas psicológicos. Existen diferentes tipos de respiración: profunda, contada, intercostal, abdominal, alternada, etc.
- Meditación. En los últimos tiempos han aparecido diferentes programas de meditación. Como en el caso de la respiración o la relajación, lo que se pretende es relajar el cuerpo a nivel físico y controlar el pensamiento.
- Reestructuración cognitiva. Con el objetivo de modificar los pensamientos que nos hacen daño y pueden dar lugar a los síntomas físicos de la ansiedad, también se puede utilizar la reestructuración cognitiva para generar pensamientos alternativos más funcionales y saludables.
Aunque las anteriores son las más conocidas, tal y como vimos en el artículo sobre técnicas de relajación para el control de los ataques de pánico hay muchas más: yoga, relajación diferencial, imaginación de escenas relajantes, etc.
Es importante tener en cuenta también que, en muchas ocasiones, la TCC y la terapia farmacológica se utilizan de manera conjunta. Todo ello dependerá de cada caso.
En el caso de que estés teniendo ansiedad y no puedas controlarla te recomendamos que realices terapia online, ya que tiene muchas ventajas y puede ayudarte a llevar una vida más relajada.
Conclusiones
La ansiedad es algo que está presente en la vida de muchas personas.Por eso, es importante saber lo que es y ver cómo se manifiesta en nuestro cuerpo para poder identificarla y ponerle solución. Algunos de los síntomas físicos más comunes son: temblores, mareos, problemas estomacales, sudores, etc. y están presente en muchos trastornos mentales. Para poder mitigarlos existen diferentes tipos de terapia siendo las más usadas la farmacológica y la Terapia Cognitivo Conductual (TCC).