El odio y el amor en nuestro cerebro
POR: Francisco María
Aunque el ser humano experimenta el odio y el amor como sentimientos opuestos, en realidad, la ciencia muestra que están muy cerca en el cerebro. Así lo demuestran las investigaciones con las que se ha intentado localizar las bases biológicas de odio y amor.
La investigación más reciente se realizó en un grupo de personas que manifestaban sentimientos de odio profundos. Para la identificación cerebral se utilizaron escáneres.
El proceso de investigación de la localización cerebral del odio y del amor
Para el estudio, realizado por el Colegio Universitario de Londres, se solicitó a 17 personas voluntarias que miraran fotografías de gente emocionalmente neutral para ellas. Mientras observaban estas fotografías, se escaneaban sus cerebros. Después observaron personas que odiaban, y también se procedió con el escáner cerebral.
La primera observación de los científicos fue que cuando las personas miraban la foto de la persona odiada, se iniciaban actividades en la zona del cerebro denominada “circuito del odio”. Este circuito incluye partes de la corteza y subcorteza cerebral.
Lo que sorprendió a los investigadores fue que esas son las mismas regiones cerebrales que se activan en situaciones de vivencias de amor romántico. Odio y amor comparten células cerebrales.
Algunas diferencias en la función cerebral en situaciones de odio y de amor
Sin embargo, se establecieron también algunas diferencias. Mientras el amor inhibe gran parte del córtex que determina comportamientos racionales, en el odio esto no se observa.
El neurobiólogo director de la investigación, Semir Zeki, considera que esta diferencia en la inhibición de la razón se debe a una reacción natural del organismo. Cuando una persona odia, necesita todas sus funciones mentales para calcular mejor las acciones destinadas a dañar a quien odia. En cambio, cuando ama, la razón puede ser un obstáculo para el sentimiento.
Además, la investigación mostró que el nivel de activación neuronal fue proporcional a la vivencia del odio. Es decir, que el estado subjetivo de odio se puede cuantificar objetivamente.
Esta diferencia tiene una clara explicación en el comportamiento de las personas. Aunque odio y amor son pasiones muy poderosas, las personas enamoradas suelen ser menos críticas y juiciosas. Por el contrario, cuando se enfrentan a un rival odiado, necesitan mantener toda su atención y capacidad de reacción.
El odio: objeto de investigación muy interesante para los neurobiólogos
El odio despierta el interés de los neurobiólogos. Aunque parece ser irracional, en realidad, este sentimiento conduce al individuo a acciones y conductas muy elaboradas.
El estudio de la activación cerebral en episodios de odio puede ser especialmente importante para realizar averiguaciones y deducciones en el ámbito policial. Hay juristas que opinan que también puede tener consecuencias en el ámbito de la justicia, por ejemplo al evaluar motivaciones de personas juzgadas por crímenes.
¿Te das cuenta que el odio es mucho más racional que el amor? Entonces, si eres de los que odian, debes controlar también racionalmente tus impulsos agresivos.
FUENTE: https://okdiario.com/ciencia/odio-amor-nuestro-cerebro-9151612