Alexander Luria, biografía del pionero de la neuropsicología

POR: GEMA SANCHEZ CUEVAS

Alexander Luria es uno de los psicólogos más importantes de la historia. Encontró varios de los puentes que comunican a la neurología con la psicología. Su obra representa un hito, y durante años ha sido la principal referencia en la mayoría de facultades del planeta. 

Alexander Luria fue quizás el primer neuropsicólogo en el sentido estricto de la palabra. Esta rama del saber une los conocimientos de la neurología con los de la psicología, algo que hoy en día parece obvio, pero que hace menos de un siglo resultaba exótico.

La gran inspiración de Alexander Luria fue Lev Vygotsky, a quien conoció en Moscú cuando apenas comenzaba su carrera. Fue tal la influencia que ejerció sobre Luria que suele decirse que las obras de estos dos hombres son inseparables y que la una fue un desarrollo sin precedentes de la otra.

Lo cierto es que Alexander Luria es considerado por muchos el primer investigador que le dio coherencia plena a los hallazgos sobre el sistema nervioso y su nexo con la conducta. Sus aportes fueron definitivos para darle profundidad a un campo del conocimiento que apenas nacía en el siglo XX.

Hablar es un milagro”.

-Alexander Luria-

La formación de Alexander Luria

Alexander Luria nació el 16 de julio de 1902 en Kazán, Rusia. Su madre era Eugenia Victorovna Haskin, una dentista, y su padre Roman Albertovich Lúriya, un médico. Los dos eran judíos y le dieron a su hijo una buena educación. Alexander hablaba varios idiomas y heredó el amor por la ciencia de sus padres.

Luria comenzó la etapa escolar a los 7 años, pero tuvo que interrumpirla por la Revolución Rusa. Años después se formó como médico en la Universidad de Kazán, a donde ingresó cuando tenía 16 años. Después se doctoró en psicología, en el Instituto Médico de Moscú en 1921.

En 1922, Alexander Luria ayudó a crear la Sociedad Psicoanalítica de Kazán. Por ese entonces, sus lecturas estaban centradas en las obras de Freud y Jung. Más tarde inició su carrera como profesor en la Academia de Ciencias Psicológicas de la entonces Unión Soviética.

Conoció a Vygotsky en un congreso de psiconeurología en 1924. Después, los dos trabajaron en el Instituto de Psicología de Moscú, del cual Luria era secretario. Vygotsky se convirtió en su mentor y pronto comenzaron a producir los frutos de ese afortunado encuentro.

La neuropsicología

Alexander Luria se pronunció de forma crítica frente a las teorías de Pavlov en 1925. Esto hizo que fuera apartado de la élite científica de la Unión Soviética hasta después de la muerte de Stalin. Luria comprendió que sus posturas frente a la sociedad y la cultura no tenían cabida en el régimen dictatorial y por eso se dedicó al estudio del cerebro.

En aquel entonces primaba el llamado “localizacionismo”, una postura en la que el interés central era descubrir qué área del cerebro hacía qué. Luria tenía una visión diferente. Propuso la acertada idea de que no eran los fragmentos del cerebro los que realizaban las funciones, sino que estas eran frutos de sistemas funcionales complejos.

Luria enfocó gran parte de su atención en el estudio del lenguaje. En concreto, se interesó por desentrañar lo que ocurría en los casos de afasia. Este es un trastorno del lenguaje que se caracteriza por la dificultad o imposibilidad para comunicarse. Alexander Luria pretendía establecer la relación entre este trastorno y el pensamiento.

Una obra pionera

Durante la Segunda Guerra Mundial, Alexander Luria fue enviado a un hospital militar del frente en Kisegach. Allí tuvo la oportunidad de observar, de primera mano, los efectos de las lesiones cerebrales sobre las capacidades y la conducta. Muchos de los soldados llegaban a él con heridas en la cabeza y, en medio de esas atroces circunstancias, pudo avanzar en sus planteamientos.

Luria elaboró test para evidenciar los efectos de las lesiones sobre la cognición. A partir de estos identificaba los trastornos cognitivos y señalaba su localización para que fueran intervenidos por los neurocirujanos. También pudo explorar con más profundidad los efectos de las lesiones sobre el lenguaje.

Al terminar la Guerra, Alexander Luria siguió investigando la relación entre lenguaje y pensamiento, pero ahora se enfocó en los niños con discapacidad intelectual. En 1968, su nombre comenzó a formar parte de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos. Vivió en Moscú hasta su muerte, de un ataque al corazón, en 1977, a los 75 años.

Los hallazgos de Alexander Luria quedaron plasmados en libros como Sensación y Percepción (1975); El papel del lenguaje en el desarrollo de la conducta (1979); Lenguaje y comportamiento (1984); Desarrollo histórico de los procesos cognitivos (1987); Conducta verbal (1988) y El cerebro en acción (1988).

Su obra ha sido fundamental para la comprensión del cerebro y el diseño de técnicas para la rehabilitación.

FUENTE: https://lamenteesmaravillosa.com/alexander-luria/