¿Qué son los pensamientos intrusivos y cómo manejarlos?

POR: GLORIA REDONDO

Los pensamientos intrusivos son no deseados, perturbadores e imprevistos. Indaguemos todo sobre esas angustias que empañan tu calidad de vida, así como algunos trucos para tratar las ideas negativas que te roban la paz.

Trasládate a este escenario: quieres cruzar la calle, pero te angustia que un automóvil te atropelle. O no sales de casa los martes, por temor a que justo ese día pase algo trágico. Los pensamientos intrusivos son motivo de preocupación para muchas personas. Sentir que la parte racional se apodera de todas las parcelas de la vida, hasta el punto de gobernarlas por completo, no es para nada agradable.

A pesar de estar extendidos en la población general, estas ideas muy pocas veces son consultadas. La vergüenza o el creer que son normales hacen que la gente viva con ellas y acabe resignada al malestar.

Sin embargo, esto no debería ser así, ya que tratarlas mejora el estado de ánimo y la calidad de vida. Por ello, te explicamos qué son y cómo se tratan estas obsesiones.

¿Qué son los pensamientos intrusivos?

Pensar de modo intrusivo es darle cabida a ideas o imágenes, la mayor parte del tiempo de carácter perturbador o angustiante, que vienen a tu mente sin previo aviso. Su naturaleza es muy variable; los temas más comunes son, entre otros, recuerdos del pasado, actos de violencia, actos sexuales y comportamientos socialmente inaceptables.

En general, los pensamientos no dejan de ser, al fin y al cabo, productos psíquicos, cosas que nuestra mente produce sin que muchas veces seamos conscientes del porqué. A lo largo de un solo día tenemos decenas. Y la mayoría, tal y como vienen, desaparecen y no volvemos a acordarnos.

No obstante, hay una pequeña cantidad que no se va y que se instala por mucho tiempo. Tales reflexiones reemplazan a las ideas principales hasta que nuestro estado mental se perturba. Y se mantienen por la importancia que solemos darle: si la idea es repetitiva y le decimos al cerebro que es relevante, ahí continuará.

Por qué aparecen estas ideas angustiantes

Los orígenes de los pensamientos angustiosos son múltiples y no suceden igual en todas las personas que los desarrollan. Aun así, es cierto que en muchos casos se puede observar un proceso, o un patrón repetitivo con peculiaridades en cada quien, que nos ayuda a entender mejor la raíz de estas cogniciones.

Hay situaciones en las que un disparador externo (un estresor) es el detonante, pero no es lo frecuente. Normalmente, no es posible establecer una causa externa; el origen se sitúa en la misma evaluación que la persona hace de sus pensamientos y la importancia que les otorga. 

Lo habitual es que se presenten en individuos con alto sentido de la responsabilidad y el deber. Un pensamiento que aparece de manera casual y fortuita no se trata como tal, sino todo lo contrario. La persona empieza a sobrestimar su relevancia y a tenerlo más presente; así crea un bucle racional del que es muy difícil desprenderse.



Características de los pensamientos intrusivos

En definitiva, las características que tienen en común estos pensamientos egodistónicos y negativos son las siguientes:

  • Recurrentes: vuelven una y otra vez sin modificarse.
  • Desagradables: su contenido es aversivo o genera emociones negativas.
  • Improductivos: no nos ayudan para planificar y ordenar las tareas del día a día.
  • Obstaculizadores: dificultan la concentración, memoria y otros procesos cognitivos.
  • Repentinos: aparecen de forma súbita sin poder identificar un desencadenante.
  • Incontrolables: los esfuerzos para dejar de pensar son inútiles, incluso tienen el efecto contrario.

De acuerdo con un estudio divulgado en Journal of Obsessive-Compulsive and Related Disorderscasi el 94 % de las personas tienen pensamientos intrusivos con regularidad. La investigación evaluó su presencia en seis continentes y tuvo en cuenta los episodios durante los últimos tres meses. Por tanto, su manifestación está en todas las culturas.

Pensamientos obsesivos y trastornos mentales

Es cierto que tal clase de ideas obsesivas son algo extendido entre la población. Se asume como regla que todos tuvimos o tendremos alguna. Pero el impacto de estas llega a ser patológica.

De hecho, se trata del núcleo de trastornos mentales como la ansiedad generalizada o el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Lo que comparten ambos es que el malestar se centra en la preocupación o rumia que se percibe como invasiva e incontrolable. Cuando es así, son más un síntoma que un episodio pasajero.

Por otra parte, estas angustias pueden desarrollarse también en trastornos alimentarios, trastorno de estrés postraumático, depresión (hasta la depresión posparto) y en lesiones cerebrales traumáticas. De nuevo, en tales casos acompañan a otros síntomas; así que de forma aislada no son indicadores de estas condiciones.

Ejemplos de pensamientos intrusivos

Una situación de lo más normal puede desencadenar en una idea obsesiva, generando la relación entre un pensamiento intrusivo y la ansiedad. ¿Qué situaciones serían estas? Mira, a continuación, los ejemplos más comunes que te presentamos:

  • Místicos o religiosos: imaginar escenas contrarias a lo que predica tu religión y sentir que por eso pecas.
  • Relacionados con acontecimientos traumáticos: recordar algún hecho del pasado que te haga sentir miedo o angustia.
  • Supersticiosos: creer que por pensar en un acontecimiento malo pasará. O que si no tienes un determinado pensamiento, algo horrible ocurrirá.
  • De daño a los demás: ir por la calle y pensar que harás daño a otra persona, que sufrirás una pérdida de control y agredirás a alguien allegado, aunque jamás haya sido tu intención.
  • Sexuales: objetar tu orientación o preferencias sexuales, pese a no tener dudas previas. Se suma el miedo a cometer algún acto sexual ilegal, a conocer a una amistad de tu pareja y pensar que le gustarás o que te gustará.
  • Vinculados con la salud: el temor a padecer una enfermedad grave, creer que sufrirás un accidente o que ocurrirá algo malo en un determinado día o dudar sobre tu salud mental, cuestionando si en algún momento sufrirás un trastorno o si ya lo sufres y no lo sabes.

¿Cómo controlar los pensamientos intrusivos?

En cuanto al manejo de las ideas intrusivas, hay dos corrientes de tratamiento: aquellas que se enfocan en desactivar los pensamientos negativos y las que enseñan a convivir con ellos y relacionarnos de otra manera. Como dijimos antes, una de sus características más básicas es que son incontrolables. Parece paradójico, pero cuanto más se esfuerza uno por no pensar, más fuerte se hace la idea.

Por ejemplo, reflexiona por un momento en un elefante rosa. Ahora trata de quitarte esa imagen de la cabeza: aunque intentas eliminarla, más nítida aparece en tu conciencia.

En razón de ello, los métodos supresores de cogniciones tienen una eficacia limitada. En su lugar, resultan más interesantes aquellas técnicas que nos permiten aceptar los pensamientos y tratarlos como lo que son: un producto casual de nuestra mente.

La defusión cognitiva pretende ese mismo objetivo. Esta herramienta, cuyos orígenes se sitúan en la terapia de aceptación y compromiso (ACT, por sus siglas en inglés), trata de cambiar la relación con nuestros juicios. Son productos de la mente, pero que no reflejan la realidad.

De acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, la técnica de la defusión cognitiva resultó eficaz tanto para disminuir la cantidad de los pensamientos obsesivos, como el grado de malestar que estos provocaban.

Por ello, ante ideas intrusivas, considera que son como una nube: están en el cielo y a veces impiden ver el sol, pero más tarde se moverán y desaparecerán. Otros trucos que ayudan son los que ahora te compartimos.

Dormir suficientes horas

Uno de los mejores remedios cuando no se puede detener la mente es esforzarse por dormir más horas. La falta de descanso es un factor que propicia los pensamientos obsesivos. Y no solo eso, sino que, a menor cantidad de horas de sueño, más angustiosos y reales parecen. Por ello, cuidar tu descanso te ayudará a estar de mejor humor y relativizar las cosas. 

Hablar de las preocupaciones con gente cercana

Tener preocupaciones y no exteriorizarlas es agobiante. Se siente como una olla a presión, en la que los gases son los pensamientos que ejercen presión sobre la olla, es decir, la cabeza. Poner en palabras los pensamientos disminuye dicha presión. Y el apoyo de los demás nos consuela y alivia.

Ensayar técnicas de respiración para rebajar el nivel de angustia

Otra solución contra el pensar negativo es incidir directo en la angustia que provocan estas ideas. En ocasiones, se forma un bucle entre pensamientos y malestar en el que ambos se retroalimentan.

En este sentido, las técnicas de respiración contribuyen en bajar la ansiedad, sobre todo en el plano físico. Respirar de forma tranquila disminuye tanto las pulsaciones como la velocidad de la cabeza.

Tener aficiones enriquecedoras para relajar la mente y distraerse

No hay que olvidar el impacto positivo que tienen las aficiones y actividades agradables sobre la salud mental. Distraerse con algo que te guste es una forma eficaz de librarte de los pensamientos desagradables. Además, relaja la mente y tu humor se volverá más positivo. Prueba con leer, hacer ejercicio, pintar o escribir.

Si las ideas obsesivas no desaparecen, ten en cuenta que un profesional de la salud mental te ofrece las herramientas para canalizarlos. No dudes en pedir ayuda.



Hay que cambiar la forma de mirar los pensamientos desagradables

La cabeza, como cualquier parte del cuerpo, necesita su descanso. Las preocupaciones y rumiaciones dificultan parar y, en muchas ocasiones, son el origen de sufrimiento psíquico. Inclusive, en la mayoría de los casos, lo que provoca el malestar no es tanto lo que nos pasa, sino la manera de reflexionar sobre ello.

A pesar de lo anterior, no debes desesperarte o perder la calma si los pensamientos te resultan molestos. El truco es aprender a convivir con estas ideas y darles el espacio justo que se merecen, para tener una mejor calidad de vida.

En definitiva, hay que evitar entrar en la lucha, porque, al fin y al cabo, es una pelea contra uno mismo de la que siempre se sale herido. Ten en cuenta todo esto y cambia el enfoque de mirar lo que te asusta de ti, seguro aprenderás cosas que jamás te has parado a contemplar.

FUENTE: https://lamenteesmaravillosa.com/que-son-los-pensamientos-intrusivos/

¿Cuál es la importancia de la motivación en el deporte?

POR: GLORIA REDONDO

Si hay un factor mental bien estudiado como facilitador del rendimiento deportivo es la motivación; ella ayuda a no desmayar ante los obstáculos. Conoce aquí todas las razones para tenerla en cuenta en los entrenamientos. 

No todos los días nos levantamos con ganas de ejercitarnos, aunque debamos hacerlo por gusto, porque nos apasiona una disciplina o porque así lo recomendó el médico. Y no siempre se trata de un asunto de cansancio. Hay procesos básicos mentales que influyen en ello; entre estas variables destaca la motivación como un pilar fundamental en el deporte.

Más allá de conseguir resultados, el entusiasmo es crucial para comprometerse con el entrenamiento. Por tanto, potenciando las ganas tendremos un mejor rendimiento en las rutinas y en competiciones. 

Si prácticas alguna disciplina y quieres aumentar tus progresos, sigue leyendo y descubre la importancia estar motivado/a, así como consejos para ponerlo en marcha.

«Por muy fuertes que sean mis piernas, es mi mente la que me convierte en un campeón».

Qué es la motivación en el deporte

Existen muchísimas frases deportivas de motivación e inspiración, pero la mejor metáfora que ejemplifica esta energía es la gasolina de los coches. El combustible es necesario para que el motor arranque y funcione. Entonces, la motivación es la gasolina que alimenta la conducta.

Esta es la variable responsable del inicio y mantenimiento de las acciones. Sin motivación no hay impulso para hacer un esfuerzo o para mantenerlo en el tiempo, a pesar de los obstáculos. En el ámbito deportivo es fundamental esforzarse para progresar, de ahí la relevancia motivacional para obtener resultados.

¿Pero cuáles son los principales aspectos que motivan a los deportistas? En este proceso se consideran los siguientes factores, relacionados con la motivación intrínseca y extrínseca en el deporte:

  • Individuales: los gustos, preferencias e ideologías que nos hacen acercarnos a lo que nos agrada y huir de lo que nos desagrada.
  • Sociales: la compañía de los demás, su aprobación o formar parte de un grupo es un refuerzo valioso y hacia lo que nos orientamos.
  • Materiales: hacer algo para obtener una recompensa. Un ejemplo sería trabajar duro para ganar trofeos, medallas, dinero, reconocimiento público, etc.


Importancia de la motivación en el deporte

La actividad deportiva no se ciñe solo a los resultados físicos o materiales (si es que supone compensaciones económicas); también tiene que ver con la constancia, la superación y la confianza. Como señala la psicología del deporte, son varios los elementos que influyen en el rendimiento de un atleta.

A partir de esto, y considerando la definición anterior, ahora pasaremos a explicar en profundidad por qué es tan relevante motivarse en el ámbito deportivo.

1. Hace que persistas a pesar de las dificultades

Si hay algo que caracteriza la trayectoria deportiva de cualquier atleta, son las dificultades a las que tiene que hacer frente. Estas no se suelen ver, tan solo nos llegan los triunfos y los momentos positivos, pero, en ocasiones, los inconvenientes son tan grandes que la persona se plantea abandonar.

Motivación y compromiso son dos variables que van de la mano. Cuanto más sólida sea la primera, la segunda será mayor. Y la misma relación se aplica a la inversa.

¿Cómo se puede trabajar el compromiso con el ejercicio físico? Dándole el espacio que se merece en la rutina del día a día. Programar un momento para dedicárselo al deporte, hará que sea más fácil organizar el resto de tareas sin que invadan el tiempo libre.

2. Clarifica tus objetivos y moviliza a luchar por conseguirlos

Una diferencia entre los deportistas profesionales y los amateurs es que los primeros tienen bien claros qué objetivos quieren conseguir. Los principiantes suelen contar con una idea vaga, poco estructurada. Además, tampoco acostumbran a plantearse metas a corto, medio y largo plazo, y reevaluarlas constantemente.

No obstante, el establecimiento de objetivos es una táctica que todos los deportistas deberían poner en práctica. En este sentido, un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona resalta que el establecimiento de metas es una herramienta útil para elevar la motivación y la percepción de autoeficacia de los deportistas, mejorando así su rendimiento.

Con todo esto, ¿cómo deben ser nuestros objetivos? El acrónimo SMART nos da las claves para maximizar la probabilidad de éxito:

  • S: específicos. Tienen que estar definidos de manera concreta y operativa.
  • M: medibles en una dimensión o escala objetiva que nos permita evaluar si avanzamos en la dirección correcta.
  • A: alcanzables dentro de nuestras capacidades.
  • R: relevantes, o pertinentes, para conseguir un propósito a largo plazo más significativo.
  • T: temporalizados. Debemos fijar para cada objetivo un tiempo límite en el cual cumplirlo.

3. Favorece la cohesión de grupo

Hasta aquí nos hemos centrado en explicar la importancia de la motivación deportiva desde una perspectiva individualista, pero en los deportes de equipotambién tiene su función.

El impulso entendido de forma grupal es el esfuerzo que hacen los miembros del grupo en la misma dirección para alcanzar una meta en común. Por ejemplo, en un equipo de fútbol, aunque cada uno tenga su posición y su tarea, al final todos trabajan de manera ordenada para ganar un partido.

De acuerdo con un artículo de la Universidad de Extremadura, la motivación es una de las condiciones que los gestores deportivos tienen en cuenta para aumentar el sentimiento grupal. La explicación radica en que el equipo se orienta a trabajar en conjunto cuando existe unión entre los jugadores.

Si estos dos factores forman un binomio, todo el trabajo destinado a potenciar una, tendrá efectos positivos sobre la otra. ¿Cómo se trabaja entonces la cohesión? Mediante dinámicas de equipo en las que los deportistas aprendan a cooperar con sus compañeros para alcanzar una meta en común.



4. Da un extra a tus capacidades físicas

Entender la parte física separada de la mental es un error, pues somos un solo cuerpo. Las capacidades motrices están estrechamente relacionadas con las mentales, por lo que a la hora de entrenar hay que considerarlas y no solo centrarse en la fuerza o la resistencia.

En relación con la motivación en concreto, un deportista que tiene claros sus objetivos aguantará más el esfuerzo físico y el dolor. Esto no quiere decir que no sienta cansancio o incomodidad, pero tiene un mayor margen para soportarlo. Incluso, valorará el cansancio de manera positiva, como un incentivo para seguir luchando.

Consejos para incrementar la motivación deportiva

El entrenamiento mental tiene que ser diario. Un error habitual en el deporte es solo preocuparse por la motivación justo antes de una competición significativa, dejándola de lado el resto de la temporada. Además, debes tener en cuenta varias estrategias para motivarte:

  • Reevalúa tus objetivos cada semana y ajusta aquellos que te cuesta más cumplir.
  • Tendrás días buenos y malos, pero estos últimos te permiten poner en práctica lo aprendido en los buenos.
  • El establecimiento de objetivos es la herramienta más eficaz y fácil de aplicar. Considéralo para fijar metas a corto, medio y largo plazo.
  • Es importante tanto el ritmo como las formas. Por tanto, sé constante y trabájalos todos los días, al igual que haces con la preparación física.

Con todo esto, si quieres ver los progresos y que tus avances no se detengan, toma nota de tales puntos y empieza por incorporar el entrenamiento de la motivación en el deporte.

FUENTE: https://lamenteesmaravillosa.com/importancia-de-la-motivacion-en-el-deporte/

Qué es el apego seguro y cómo desarrollarlo?

POR: SHARON LAURA CAPELUTO

Mostrar sensibilidad a las necesidades de los niños fomenta el desarrollo del apego seguro. En la adultez, es posible superar el apego inseguro a través del autoconocimiento. 

Todo psicólogo competente reconoce que la formación del apego en la infancia no es moco de pavo, pues es un aspecto crucial y está lejos de ser algo trivial. Un apego seguro es fundamental para confiar —tanto en los demás como en nosotros mismos—, establecer las bases para construir vínculos sanos y experimentar una mayor felicidad.

Aunque es preferible desarrollar este estilo de apego durante la niñez, transformar un apego inseguro en otro más adaptativo y menos doloroso no es tarea imposible. En este artículo, exploraremos en detalle qué implica este concepto, consideraciones y claves para fomentarlo en los niños y cómo podemos cultivarlo en nosotros mismos como adultos.

¿En qué consiste el apego seguro?

John Bowlby es el psicólogo británico que revolucionó nuestra comprensión de las relaciones afectivas. Junto a Mary Ainsworth, experta en psicología del desarrollo, formuló la teoría del apego, la cual investiga cómo los vínculos tempranos influyen en la forma en la que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos en la adultez.

La base del apego seguro se establece en tanto los cuidadores responden de manera sensible y consistente a las necesidades de los niños. Cuando los pequeños reciben este tipo de atención, se sienten amados y seguros.

Los resultados de este tipo de apego son invaluables, pues aquellas personas que lo han experimentado están mejor equipadas para establecer relaciones saludables y satisfactorias. Además, cuentan con los recursos afectivos necesarios para amar y dejarse amar, pero, al mismo tiempo, valoran su autonomía emocional y respetan la independencia de los demás.



Principales características del apego seguro

La crianza con apego seguro permite que el infante se separe de sus cuidadores para explorar el mundo, sin miedo o ansiedad. Créditos: monkeybusinessimages/iStockphoto.

Se destaca por una serie de elementos esenciales que promueven el desarrollo emocional y psicológico saludable a lo largo de la vida. Estas son algunas de las características notables durante la infancia:

  • Confianza y seguridad: el niño confía en que sus cuidadores estarán allí para él, al responder a sus necesidades físicas y emocionales con afecto y responsabilidad.
  • Exploración y autonomía: el pequeño se siente tranquilo para aventurarse y explorar su entorno. La clave aquí es que el menor tiene la certeza de que cuenta con un refugio seguro al que volver cuando lo necesite.
  • Seguridad en la separación: el niño comprende que su madre, padre o cuidador regresará, aunque se ausente de forma temporal.
  • Autoimagen positiva: el pequeño se ve a sí mismo como merecedor y digno de amor, al sentar las bases de una autoestima con suficiente solidez para enfrentarse a cualquier desafío de la vida en el futuro.

Otros estilos de apego

Dependiendo de cómo los cuidadores se relacionen con el niño (ya sea de forma consciente o inconsciente), este desarrollará un estilo de apego particular. Como mencionamos en líneas anteriores, el apego seguro crea cimientos robustos para conexiones saludables.

Por el contrario, las carencias en el cuidado afectivo generan apegos inseguros, que tienen repercusiones negativas en la manera en que las personas se vinculan de forma emocional a lo largo de su vida. Entre los estilos inseguros se encuentran los siguientes:

  • Apego ansioso ambivalente: los cuidadores son inconsistentes en sus respuestas a las necesidades del niño. A veces son afectuosos y otras veces muestran frialdad o, incluso, hostilidad. Esto genera ansiedad en el menor y una necesidad constante de confirmación afectiva, al sentir que su valía personal está en juego.
  • Apego evitativo: surge cuando los padres son distantes o muestran una falta de sensibilidad o interés hacia el hijo. El pequeño desconfía de ellos y, aunque esto le cause sufrimiento, prefiere evitar el contacto. Como resultado, desarrolla una autosuficiencia excesiva.
  • Apego desorganizado: los cuidadores adoptan comportamientos contradictorios y confusos. En ocasiones, este estilo puede surgir a partir de experiencias de violencia, abusos o negligencias. El niño presenta una combinación de síntomas del apego evitativo y el ansioso, al manifestar a la vez rechazo y anhelo de la cercanía de sus padres.

Es importante aclarar que los tipos de apego no representan categorías rígidas y determinantes, sino que pueden modificarse a lo largo del tiempo. Tal como se advierte en un estudio difundido en Current Opinion in Psychologylos cimientos no son el destino.

Sin importar del tipo de apego del que partas, puedes avanzar hacia un apego seguro al crecer.



¿Cómo fomentar el apego seguro en los niños?

Es esencial ofrecer consuelo a los niños en momentos difíciles y hacer que se sientan valorados. Créditos: fizkes/iStockphoto.

Es evidente que criar a un niño es uno de los trabajos más complejos que una persona puede asumir. Los errores forman parte del camino. No existe la madre o padre ideal y, de manera afortunada, la perfección no es necesaria para cultivar un apego seguro en un hijo.

Sin embargo, hay ciertas medidas y cuidados que se pueden tomar en la vida diaria para fomentar este tipo de apego.

1. Mostrar sensibilidad ante sus necesidades

Es esencial responder de manera afectuosa a las necesidades del niño desde que es bebé, al ofrecer consuelo y apoyo en momentos desafiantes. En este sentido, es crucial encontrar un punto intermedio entre estar disponible y permitir la autonomía, al evitar los peligros de la sobreprotección.

Por ejemplo, si el pequeño sufre una caída leve, es importante acercarse y brindar apoyo de manera proporcionada, sin reacciones excesivas de preocupación. De esta manera, no solo demostramos que estamos allí para él, sino que también le enseñamos a enfrentar adversidades de forma equilibrada.

2. Ser consistente y previsible

Establecer rutinas claras y coherentes es imprescindible para brindar confianza y estabilidad al niño en el día a día. La consistencia en nuestras acciones cotidianas, desde las comidas hasta la hora de dormir, refuerza esa sensación de seguridad y contribuye al desarrollo de un apego seguro.

3. Hacer que se sienta querido y valorado

Sin lugar a dudas, esta es una de las responsabilidades que no podemos pasar por alto. Amar y valorar a nuestro hijo no es suficiente por sí solo; es esencial hacérselo saber con nuestras acciones:

  • Aceptarlo tal y como es.
  • Validar las emociones del infante, sin juzgarlas ni minimizarlas.
  • Hacerle caricias, darle abrazos y decirle que lo queremos.
  • Escuchar al niño y tener en cuenta su opinión.
  • Respetar tanto sus gustos como intereses, y reconocer lo que lo hace único.
  • Pasar tiempo de calidad con él, ya sea dedicado al juego, una charla o un paseo.
  • Prestar atención cuando quiere enseñarnos algo que ha hecho o que le apasiona.
  • Responder a sus pedidos de atención. Por ejemplo, si nos dice: «¡Mira, papá, cómo salto a la piscina!» o «¡Mamá, mira cómo pateo la pelota!», es importante hacerle saber que valoramos sus esfuerzos y nos alegran sus logros.

Además, a través de estos cuidados, potenciamos el sano desarrollo de su autoestima y autoconfianza, alentándolo a explorar el mundo con curiosidad y seguridad.

¿Cómo desarrollar un apego seguro en la adultez partiendo de uno inseguro?

Trabajar los efectos del apego inseguro en las relaciones es posible con apoyo psicoterapéutico. Créditos: José Carlos Cerdeño/iStockphoto.

Si tus cuidadores no lograron construir un apego seguro en tu infancia, y ahora, como adulto, enfrentas las consecuencias de ese apego inseguro en tus vínculos, tienes que saber que aún puedes transformar esa dinámica hacia otra más adaptativa. Hay oportunidad para mejorar tu autoestima, potenciar tu independencia e, incluso, construir una relación de pareja basada en un apego seguro.

No queremos engañarte: el proceso no es sencillo ni lineal. Más bien, es un camino que demanda valentía, paciencia y esfuerzo. El primer paso es el autoconocimiento.

Es esencial entender cómo te relacionas y las raíces que influyen en ello. En este contexto, la psicoterapia es una herramienta valiosa para explorar y abordar esos patrones, tal como indica un trabajo publicado en la Revista de Psicoterapia.

Una vez que tomas consciencia del tipo de apego que has construido, es crucial enfocarse en lo esencial de cada uno. Si vienes arrastrando un apego evitativo, concéntrate en aprender a confiar y ganar seguridad, para crear conexiones más profundas.

En este caso, puede ser necesario abordar el miedo al abandono o al rechazo, así como superar el temor a mostrarte vulnerable.

Por otro lado, si buscas poner en práctica técnicas para superar el apego ansioso, no pierdas de vista que tu desafío radica en deshacerte de la dependencia emocional. En este sentido, implica cultivar una mayor autonomía, fortalecer tu autoestima y amor propio, mientras aprendes a marcar límites de manera asertiva.

Para finalizar, una vez que se tiene claridad sobre las causas y los efectos del apego desorganizado, es posible transformarlo en uno seguro. Sin embargo, puede ser más difícil, ya que puede surgir de experiencias traumáticas y de profundo dolor. En este escenario, el apoyo psicoterapéutico se vuelve imprescindible para sanar las heridas del pasado y aprender estrategias para lidiar con las batallas internas.

Un esfuerzo que merece la pena

Ya sea que desempeñes el papel de madre o padre, o bien, si tienes el propósito de mejorar tu propio apego emocional, invertir tiempo y esfuerzo en este proceso puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida, tanto para ti como para tus hijos.

En última instancia, desarrollar un apego seguro se refleja en vínculos más satisfactorios y una vida más plena y enriquecedora. Además de sanar el pasado, este trabajo aligera el presente y establece cimientos sólidos para un futuro emocionalmente más saludable.

FUENTE: https://lamenteesmaravillosa.com/apego-seguro-y-como-desarrollarlo/

¿Qué es una evaluación neuropsicológica?

POR: SARA CLEMENTE

La evaluación neuropsicológica o cognitiva es un método diagnóstico diseñado específicamente para explorar el funcionamiento cognitivo de las personas. Blinda información muy valiosa que puede pasar desapercibida en otras metodologías de estudio, por lo que se usa de manera complementaria a las técnicas de neuroimagen o pruebas radiológicas.

Permite estudiar la actividad y el funcionamiento de los sistemas cognitivos cerebrales mediante la exploración de las capacidades superiores. Por eso se lleva a cabo tanto en pacientes con daño o lesión cerebral; con el fin de conocer su grado de alteración intelectual. También se realiza a personas que quieren supervisar su funcionamiento mental durante las diferentes etapas de su vida.

Tipos de evaluación neuropsicológica

No hay dos pacientes iguales. Cada uno ha de considerarse como un universo particular. Por eso, la evaluación neuropsicológica ha de ser flexible y adecuarse a cada caso clínico. De ahí que no se pueda establecer una taxonomía de los tipos de exploración cognitiva como tal, aunque en función de su objetivo, esta puede ser:

Evaluación Cognitiva

Su objetivo principal es conocer en profundidad cómo funcionan la atención, la memoria, el lenguaje o las funciones ejecutivas (planificación, prevención, control, supervisión, organización…). Para ello, se emplean pruebas estandarizadas que registran información, tanto cuantitativa como cualitativa.

En este sentido, es tan o más importante que el profesional se fije en los resultados del paciente en las pruebas que se le han aplicado, como en su actitud y modo de ejecución de las mismas. Es decir, es importante la interpretación de la puntuación numérica que obtiene alguien con una alteración intelectual, pero también lo es la que haga el profesional de la conducta que este presenta a la hora de realizarlas.

En la mayoría de las ocasiones, la información que aportan los familiares del paciente es fundamental. Porque en algunas alteraciones psicológicas, el afectado no es consciente de que sus funciones intelectuales se han visto alteradas; por lo que los datos que aportan las personas más allegadas a él son necesarias para la elaboración de ese perfil neuropsicológico.

De las funciones ejecutivas y la cognición social

Este tipo de evaluación neuropsicológica es muy habitual en niños. Los pequeños han de realizar una serie de baterías neuropsicológicas que permiten conocer su nivel de madurez y rendimiento cognitivo. Estos test tratan de examinar el control inhibitorio, así como múltiples habilidades multitarea y sociales. El objetivo último es la adecuación de las estrategias interpersonales que emplean en su día a día.

Una de estas pruebas más utilizadas es la de BANFE (Batería neuropsicológica de funciones ejecutivas y lóbulos frontales). Evalúa las funciones ejecutivas mediante 15 procesos, agrupados en tres áreas cerebrales específicas: orbitomedial, prefrontal anterior y dorsolateral. Su principal ventaja es que permite obtener un índice global y uno específico para cada región evaluada.

Específica de funciones visoespaciales

Las habilidades visoespaciales son muy útiles en nuestro día a día, ya que nos permiten representar, analizar y manipular objetos mentalmente. Sin ellas nos sería imposible, por ejemplo, echar agua a un vaso de una jarra sin derramarla.

En muchas ocasiones, los fallos que tenemos a priori pueden parecer defectos visuales; sin embargo, algunas veces poco tienen que ver con los órganos primarios sensoriales (los ojos). Al contrario, estas faltas están relacionadas con etapas posteriores de procesamiento de la información, es decir, con procesos gnósicos relacionados con las áreas de asociación de la corteza cerebral.

Las pruebas tipo Poppelreuter, en las que se presentan una serie de figuras superpuestas y entrelazadas, son unas de las más empleadas en este tipo de evaluación neuropsicológica. También son muy usados el test de los 15 objetos y los relojes de Luria.

Como se ha podido observar, la evaluación neuropsicológica típica implica medir distintos aspectos. Entre ellos, la capacidad intelectual general, el lenguaje, la personalidad y el temperamento, la atención, la memoria y otras destrezas de alto nivel de ejecución. Dependiendo de cada caso y de las necesidades del paciente, se analizarán unas habilidades más en profundidad que otras.

Su aplicación puede ser la clave del diagnóstico

La evaluación neuropsicológica tiene diversas aplicaciones y usos. Entre ellas, que permite identificar áreas o funciones intelectuales alteradas. Por ejemplo, trastornos o problemas de memoria que, de no haberse realizado pruebas de naturaleza cognitiva, no podrían haberse detectado.

De hecho, muchas veces las baterías neuropsicológicas son las únicas herramientas de las que se puede valer el profesional para detectar precozmente algunas patologías. Asimismo, son muy empleadas en el diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas como el  Alzheimer o en alteraciones atencionales asociadas a la diabetes o el alcoholismo.

Además, permite diferenciar entre posibles diagnósticos (diagnóstico diferencial) en base a un mismo cuadro clínico. Es decir, la evaluación neuropsicológica es clave para diferenciar entre enfermedades: puede determinar cuándo la alteración cognitiva de un paciente es debida a un accidente cerebrovascular o es fruto de una profunda depresión.

No obstante, es fundamental no confundir la evaluación neuropsicológica con la mera administración de pruebas o tests neuropsicológicos. No es solo eso: la administración de pruebas es solo una de las fases de este tipo de evaluación. Te podría interesar…

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Accidentes cerebrovasculares: causas y tipos

La patología cerebrovascular es la tercera causa de muerte en el mundo, después de las enfermedades cardíacas y el cáncer. Una de estas patologías …

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¿Cuánto coeficiente intelectual hay que tener para ser superdotado?

POR: OKDIARIO

¿Crees que eres superdotado? Salir de dudas es relativamente fácil, tan solo has de hacer un test para medir tu coeficiente intelectual o CI y saber exactamente qué nivel tienes. Ahora bien, qué evalúa exactamente esta prueba y cómo.

El CI es el coeficiente intelectual de una persona. Sin embargo, el hecho de tenerlo muy elevado no tiene por qué incidir en el carácter de una persona. Muchos psicólogos e investigadores creen en la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, quiere decir que el coeficiente intelectual mediría sobre un total de un 8% de inteligencia del individuo, pues existen otras como la sensorial, social, etc.

Sea como fuere, la capacidad de una persona para calcular mejor o tener mayor facilidad para leer, etc., sí se mide por medio del CI, cuyo test fue elaborado inicialmente por Alfred Binet en 1900.

Este psicólogo francés creó este ensayo para poder analizar la capacidad de los alumnos y saber a cuáles de ellos debían ayudar más en la escuela. Así pues, fue el gobierno francés quien encargó a Binet la creación de esta herramienta.

Por ello, Binet desarrollaría el concepto de edad mental, de forma que muchas preguntas serían planteadas a los niños teniendo en cuenta la edad. Es decir, que para adultos o para chicos, las cuestiones pueden y deben variar.

Cómo medir el coeficiente intelectual

El coeficiente intelectual de un individuo se mide en puntos, aunque hay ciertos términos a considerar. Uno es la Curva de Bell, que traza un gráfico en forma de campana que representa las puntuaciones más bajas y altas que la media, la cual estima el promedio al sumar todas las puntuaciones. También existe la desviación estándar, una medida de variabilidad según la población, que suele estar en 15 o 16.

Por lo general, las puntuaciones arrancan desde 1 y pueden superar los 200 puntos. Así pues, según el rango, se puede saber si la persona tiene algún tipo de discapacidad mental o superdotación. Por lo general, la media entre la mayoría de la gente suele estar entre 85 y 115, lo que se considera inteligencia media.

Ahora bien, para saber si una persona puede ser considerada como superdotada, ha de obtener una puntuación por encima de 140. Si supera los 160, es considerado como genio, y si es capaz de elevar su nota por encima de 200, es un genio inconmensurable, también llamado profundamente dotado. Esas son las medias en las que se mueve este test actualmente.

FUENTE: https://okdiario.com/curiosidades/cuanto-coeficiente-intelectual-hay-que-tener-ser-superdotado-3104604

JOHN LOCKE

Una mente sana en un cuerpo sano, es una descripción corta pero completa de un estado feliz en este mundo. John Locke.

Una mente sana en un cuerpo sano, es una descripción corta pero completa de un estado feliz en este mundo. John Locke.

Los nativos digitales son los primeros niños con un coeficiente intelectual más bajo que sus padres

POR: OKDIARIO

Vivimos en la era digital, inteligente e hiperconectada. Los niños ya nacen prácticamente con un dispositivo digital entre las manos pero esto no quiere decir por ello que sean más inteligentes. Es más, un nuevo libro que está arrasando en ventas en Francia, pone esta cuestión sobre la mesa, y afirma que los nativos digitales son los primeros niños con un coeficiente intelectual más bajo que sus padres

Los nativos digitales son los primeros niños con un coeficiente intelectual más bajo que sus padres

Los niños considerados como «nativos digitales», aquellos que han nacido en la época actual, rodeados de todo tipo de dispositivos, tienen al alcance de su mano herramientas que les permiten una comunicación instantánea y mucho más globalizada, pero ¿los hace eso más capaces? ¿su cerebro es más inteligente que los nacidos en años o décadas anteriores? Pues por lo visto es todo lo contrario y de hecho, los niños son tan «digitales» que corren el riesgo de volverse estúpidos .

Esto es lo que argumenta y deja bien claro el neurocientífico francés Michel Desmurget en su bestseller «La fábrica de cretinos digitales» donde intenta advertir de los peligros reales que corren nuestros niños al pasar sus días frente a una pantalla.

«Simplemente no hay excusa para lo que les estamos haciendo a nuestros hijos y cómo estamos poniendo en peligro su futuro y desarrollo» , advierte Desmurget en una extensa entrevista con BBC Mundo  .

Si bien durante décadas se ha observado que el coeficiente intelectual en muchas partes del mundo ha aumentado de generación en generación (el llamado «efecto Flynn», nombre del psicólogo estadounidense que describió este fenómeno), recientemente esta tendencia ha comenzado a revertirse en varios países.

Es cierto que el coeficiente intelectual está fuertemente influenciado por factores como el sistema de salud, el sistema escolar, la nutrición, pero si tomamos países donde los factores socioeconómicos se han mantenido lo suficientemente estables durante décadas, el efecto Flynn ha comenzado a disminuir.

En estos países, los nativos digitales son los primeros niños en tener un coeficiente intelectual más bajo que sus padres . Lamentablemente, esta tendencia está documentada en Noruega, Dinamarca, Finlandia, los Países Bajos y Francia.

Pero, ¿qué está causando esta disminución en el coeficiente intelectual?

No se conocen todavía, desgraciadamente, los factores reales que pueden provocar esta disminución de coeficiente intelectual pero lo cierto es que son varios los estudios ya probados, que relacionan el tiempo frente a pantallas con una disminución del coeficiente intelectual y el desarrollo cognitivo de los niños.

De este modo, algunos de los fundamentos de nuestra inteligencia como la concentración, o la memoria se ven afectados e incluso es posible que baje también el  rendimiento académico.

¿Por qué el uso de dispositivos digitales tiene estos efectos?

Las causas de esta disminución del coeficiente intelectual de los niños digitales con respecto a los padres no radican solo en el simple hecho de usar un dispositivo, de hecho se desencadenan una serie de factores como son:

  • La calidad y cantidad de interacciones intrafamiliares, esenciales para el desarrollo del lenguaje y el desarrollo emocional, disminuyen
  • Se reduce el tiempo dedicado a otras actividades más enriquecedoras(tareas, música, arte, lectura, etc.)
  • Hay una sobreestimulación de la atención, que conduce a una disminución de la concentración, el aprendizaje y la impulsividad, y una subestimulación intelectual, que impide que el cerebro desarrolle todo su potencial
  • Se sigue un estilo de vida excesivamente sedentario que, además del desarrollo del cuerpo, influye en la maduración del cerebro.

¿Qué le hacen exactamente las pantallas al sistema neurológico?

El cerebro se va definiendo a medida que el niño o niña crece, de hecho está considerado un órgano «no estable» ya que sus características «finales» se producen a medida que crecemos, e incluso vivimos.

El hecho de pasar horas y horas frente a una pantalla digita, puede hacer que se retrase la maduración anatómica y funcional del propio cerebrodentro de diversas redes cognitivas que están relacionadas exactamente con el lenguaje y la atención. El potencial de plasticidad cerebral es extremo durante la niñez y la adolescencia, pero luego comienza a desvanecerse y aunque no desaparece del todo, deja de ser eficiente.

¿Cuánto tiempo suelen pasar los niños y jóvenes frente a las pantallas?

Puede llegar a asustarnos, pero la media actual parece estar en las tres horas al para los niños de 2 años, unas cinco horas para los de 8 años y más de siete horas para los adolescentes.

Y asusta mucho más que si hacemos una comparación se llegue a la conclusión que cuando nuestros hijos lleguen a los 18 años, habrán pasado el equivalente a 30 años escolares frente a pantallas lo que equivale también a 16 años trabajando a tiempo completo.

Entonces, ¿cuánto tiempo deberían pasar los niños con los dispositivos?

Lo ideal es que antes de los 6 años los niños no tengan acceso a las pantallas, afirma Desmurget. A partir de los 6 años, si se adaptan los contenidos y se mantiene el sueño, puede llegar hasta media hora diaria,incluso una hora.

Y luego se deben aplicar otras reglas relevantes como el hecho de no usar dispositivos en la mañana antes de ir a la escuela, y tampoco por la noche antes de acostarse o cuando se está con otras personas.

Puede que sea complicado que los padres digan «no» a los hijos cuando se trata de las pantallas pero debemos hacer todos un esfuerzo incluso cuando los propios adultos también pasan tiempo excesivo frente a los dispositivos móviles.

FUENTE: https://okdiario.com/bebes/nativos-digitales-son-primeros-ninos-coeficiente-intelectual-mas-bajo-que-sus-padres-6365229

La exposición al plomo en la infancia disminuiría el coeficiente intelectual

POR: FRANCISCO MARIA

La exposición prologada al plomo, especialmente desde la infancia, puede causar efectos adversos para la salud a largo plazo. Según un estudio reciente, más de la mitad de la población estadounidense, en el año 2015, tenía niveles clínicamente peligrosos de plomo en la sangre. Los resultados muestran que la exposición al plomo es altamente tóxica y, en la infancia, podría disminuir el coeficiente de inteligencia.

El plomo podría disminuir el coeficiente intelectual

Numerosos son los estudios que han demostrado lo tóxico que es el plomo para los seres humanos. Aunque muchos son los países que limitan su uso tanto como sea posible, cambiar décadas de hábitos no es tarea fácil.

Científicos de la Universidad de Duke y la Universidad Estatal de Florida están advirtiendo sobre el impacto del plomo en el coeficiente de inteligencia (CI).

Según el estudio, la exposición significativa a la gasolina de plomo de más de 170 millones de estadounidenses ha causado la disminución de 824 millones de puntos de coeficiente intelectual acumulados en el país (casi tres puntos por persona), desde 1940.

Además, aquellas personas nacidas en los años 1960 y 1970 (cuando el uso del plomo alcanzó su punto máximo), podrían haber perdido de seis a siete puntos de coeficiente intelectual, en total.

La intoxicación con plomo se subestima

El plomo está inmerso en la vida diaria. Se incluye en la composición de muchos objetos y materiales que la sociedad utiliza. Desde los más inocuos como pueden ser los juguetes para niños, hasta la propia gasolina, el revestimiento de los automóviles, la pintura, o la plomería sanitaria.

Los usuarios no se dan cuenta de su exposición al metal, porque el plomo no tiene olor u otro signo distintivo que lo identifique. La intoxicación se subestima o simplemente no se percibe, dicen los investigadores.

Aunque la exposición al plomo es dañina independientemente de la edad, es especialmente dañina para los niños. El envenenamiento con plomo puede obstaculizar el crecimiento del cerebro.

Esto puede llevar a una pérdida de capacidades cognitivas, dificultades permanentes de aprendizaje y problemas de comportamiento, factores que serán decisivos para su futuro.

La caída de algunos puntos del cociente de inteligencia general puede parecer inocua a simple vista, pero los científicos señalan que esto es más que suficiente para un descenso abrupto de las capacidades.

La influencia del plomo puede llevar a considerar a personas calificadas con habilidades cognitivas básicas, por debajo del promedio de 85 puntos de CI, a personas mentalmente deficientes, que no pueden superar los 70 puntos de CI.

A pesar de las limitaciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos en el uso del plomo, los niveles en sangre de los niños siguen siendo mucho más altos que antes del comienzo de la era industrial.

FUENTE: https://okdiario.com/ciencia/exposicion-plomo-infancia-disminuiria-coeficiente-intelectual-8734350

Coeficiente intelectual: ¿Cómo medir el IQ de una persona?

POR: MARTA BURGUES

El coeficiente intelectual o cociente intelectual, del que probablemente hayas oído hablar, es un índice estimativo, que intenta medir la inteligencia de cada persona mediante la realización de una serie de pruebas, en las que se busca establecer una edad mental primero, y una edad cronológica en segunda instancia. Sobre esos datos básicos se calcula, luego, el famoso coeficiente intelectual o IQ.

Normalmente, cuando alguien descubre este concepto por vez primera, de inmediato pretenderá averiguar cómo se mide el coeficiente intelectual, cuál sería un “buen” resultado, etc.

Antes de profundizar más en ello, hay que tener en cuenta que nuestro índice se compara con el de una población con semejantes características a las nuestras. Eso determinará, después de todo, si destacamos, si nos hallamos en la media del grupo, o si nos ubicamos por debajo del promedio.

¿De qué forma se mide el coeficiente intelectual?

Existen diversos métodos para obtener tu coeficiente intelectual, aunque es verdad que algunos son más usados que otros. Las escalas Wechsler, que se dividen en el Wechsler Adult Intelligence Scale o WAIS, y el Wechsler Intelligence Scale for Children o WISC, están entre las más populares.

Centrándonos en los adultos, un examen de este tipo consta de cuatro clases de ejercicios:

  • La comprensión verbal
  • El razonamiento perceptivo
  • La memoria operativa
  • La velocidad de procesamiento

Una vez completados los desafíos del test, se obtiene una puntuación a partir de la cual podría calificarse al individuo de distintas maneras. Generalmente, las siguientes:

  • IQ de menos de 70 puntos: muy bajo rendimiento
  • IQ de entre 70 y 79 puntos: inteligencia límite, o limítrofe
  • IQ de entre 80 y 89 puntos: bajo, pero dentro del promedio normal
  • IQ de entre 90 y 109 puntos: promedio normal
  • IQ de entre 110 y 119 puntos: alto, pero dentro del promedio normal
  • IQ de entre 120 y 129 puntos: inteligencia superior al promedio
  • IQ de más de 130 puntos: inteligencia muy superior al promedio

En resumen, podemos decir que la mayoría de las personas se quedan entre los 90 y los 109 puntos. Esa sería una inteligencia estándar, siempre en términos de estos ensayos.

Aclarado todo lo anterior, y antes de finalizar, queríamos recordar que impera la idea de coeficiente intelectual normal por edad. Por lo que es incomparable el IQ de un adolescente con el de un adulto.

Ahora ya tienes más claro qué quiere decir y de qué manera podemos medir todo ello según diversas edades.

FUENTE: https://okdiario.com/curiosidades/como-mide-coeficiente-intelectual-495593/fotos/3

Las razones del por qué el coeficiente intelectual está sobrevalorado

POR: OKDIARIO

Como norma hemos creído que el coeficiente intelectual mide nuestra inteligencia y es un marcador realmente importante para determinar cuánto inteligentes somos. Pero ahora se demuestra que quizás es algo sobrevalorado y no hay que darle tanta importancia. Hay entonces otros valores que especificarían ello.

Ahora un estudio del Western’s Brain and Mind Institute en Canadá analizó más de 100.000 personas de todo el mundo, y concluyó que ninguno de los componentes por sí solo, ni mucho menos el CI o coeficiente intelectual puede explicar todas las habilidades y la inteligencia de una persona. Y que medir así la inteligencia con una sola prueba, sea la que sea, puede dar resultados engañosos.

Pruebas no del todo fiables

Al margen del estudio, algunas fuentes de especialistas establecen que las pruebas de coeficiente intelectual son algo sesgadas, es decir, parciales, y que las preguntas son subjetivas. Entonces aunque tengamos una inteligencia normal, podemos hacer las pruebas algo nefastas y salirnos mal pudiendo creer que nuestro coeficiente intelectual es bajo y por tanto ser menos inteligentes.

La actitud, la reina de la verdad

Nada tiene una verdad absoluta, por tanto, en cuestión de inteligencia tampoco. En este caso, algunos psicólogos creen que lo importante no es tanto el intelecto sino la actitud y cómo afrontamos la vida. Por ejemplo manifiestan entonces que la actitud es un mejor predictor del éxito que el coeficiente intelectual. Otros intelectuales se preguntan si la inteligencia es innata o bien se va adquiriendo, pero otros parecen escapar de ello, pensando realmente que es la actitud lo verdaderamente importante.

¿Qué hacemos con la creatividad?

Otros profesionales alzan la voz contra la CI y creen que está sobrevalorada porque las pruebas a las que se someten las personas y que están relacionadas con el coeficiente intelectual no miden la creatividad. Y ello es un hecho realmente importante que debe tenerse en cuenta porque la creatividad puede ser algo más importante que muchas otras. Y que puede haber personas con un CI bajo pero con mucha creatividad. Lo importante como decimos no es tanto qué tan inteligente somos sino en cómo utilizamos esa inteligencia.

FUENTE: https://okdiario.com/curiosidades/razones-coeficiente-intelectual-no-importante-1443994